Domingo por la mañana.
La habitación de Eun Ah era un caos. Había ropa por todos lados, zapatos regados por el piso y ella... bueno, ella era un manojo de nervios. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan nerviosa por una sencilla cita. Claro que había salido con chicos durante su estancia en el extranjero, incluso había llegado a tener una relación seria y estable con Jason, un abogado. Pero esta vez era diferente y no sabía por qué.
Taecyeon le había dicho que pasaría a recogerla a su casa, pero ella había respondido que prefería encontrarlo en algún lugar. Él había aceptado.
La razón de Eun Ah para que él no pasara por ella era muy sencilla. Le gustaba caminar, la relajaba. Durante el paso del tiempo se había convertido en algo así como una terapia para ella cuando se sentía nerviosa, preocupada o estresada. Y ciertamente esa mañana los nervios reinaban en su sistema.
Había salido con suficiente tiempo para dirigirse tranquilamente a la librería donde habían quedado de verse. Él no le había dicho a dónde irían a comer y además el día había amanecido con sol pero el viento se sentía algo frío. Bastante raro para ser primavera.
Al final había optado por usar unos leggins negros, una blusa de tirantes negra, maxi sweater beige y zapatos de tacón bajo negros. Básico pero cómodo.
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Taec había llegado unos cuantos minutos antes de la hora acordada y esperaba pacientemente afuera de la librería que sería su punto de encuentro. Él sabía perfectamente la razón por la que ella había propuesto encontrarse en un lugar intermedio y como todo se trataba de generarle confianza, había aceptado sin chistar.
La vio justo cuando ella cruzaba la calle y sonrió para sí. Puntual, sencilla, cómoda. Si, cada día le gustaba más, su corazón latía más rápido cada que la miraba y cada día se volvía más cursi.
-¡Hola!- Saludó ella con una sonrisa, sosteniendo su bolso.
-¡Hola! Te ves linda.- dijo él sin más.- Que clima más extraño, ¿no crees?
-Un poco, si. ¿Qué hacemos aquí? Pensé que iríamos a comer y esto es una librería- comentó Eun Ah señalando la pequeña tienda.
-Ahhh, eso. Bueno tengo curiosidad por buscar algo allí. ¿Me acompañas?- dijo empujándola dentro.
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Eun Ah amaba leer. Si caminar era encantador, para ella la lectura era algo tan esencial como respirar. En cuanto habían entrado se había interesado por cada volumen que había allí. Taecyeon se había quedado un poco atrás y fingía revisar los libros, cuando en realidad estaba muy atento a las reacciones de ella. Le divertía ver como los ojos de la chica brillaban de felicidad y asombro, de vez en cuando soltaba exclamaciones de sorpresa o júbilo cuando encontraba un libro exótico y se había fijado en sus delicadas manos con dedos finos recorrer el lomo de los ejemplares más viejos que allí aguardaban pacientemente hasta ser comprados por algún ávido lector que los llevara a casa con él.
De cuando en cuando, Eun Ah buscaba a Taec con la mirada. Él siempre estaba cerca, a unos cuantos pasos de distancia, y le sonreía tranquilamente. Otras veces estaba sentado en el piso, ojeando algún libro de su interés, pero nunca estaba lejos. Era como si quisiera decirle que estaba al pendiente, que estaba ahí para ella, cuidándola. Y por primera vez en cinco años, Eun Ah se sintió protegida, tranquila y con la mente despejada.
-Escoge uno- dijo Taecyeon detrás de ella- El que más te guste- sonreía. Su sonrisa le daba cosquillas en las piernas.
-¿Cómo? ¿Quieres que te recomiende un libro, es eso?- preguntó ella pasando su mirada una vez más por toda la estantería de la tienda.
-Mmm... Algo así- A veces le gustaba jugar a ser críptico.
-De acuerdo. Pero si mis gustos literarios no son de tu agrado, no te quejes.- comentó ella como advertencia, pero la sonrisa en sus labios evidenciaba que el gesto de él le había gustado. Un par de minutos después ella se volvió hacia él con un libro pequeñito de portada negra y amarilla con la imagen desvanecida de una chica en la portada.-¡Este! Leí una parte de él en Inglaterra, pero nunca pude leerlo completo- dijo ella mirando el librito. Él se lo quitó de las manos.
-Cuentos de Eva Luna. Parece interesante. ¡Ajusshi, me llevaré este!- le dijo al dependiente y un par de minutos después estaban en la calle de nuevo. Eun Ah no sabía muy bien que estaba pasando. Ahhhh- suspiró Taec- Tanto ver libros me ha abierto el apetito. ¿Qué dices, comemos?
Ella lo miró. Parecía un niño pequeño en vacaciones. Relajado y juguetón. Él paso un brazo por sus hombros y juntos se encaminaron al auto.
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Veinte minutos más tarde, ambos habían salido del coche y Eun Ah se quedó de piedra al ver el lugar. No era un restaurante, era un pequeño kiosco blanco en medio de un parque que estaba junto a un lago tranquilo y silencioso. Taec llevaba una canasta y varias cosas en las manos.
Sacó una manta, dos cojines pequeñitos, un par de copas cuidadosamente empacadas, una botella de vino espumoso, y una variedad de pequeños contenedores con comida deliciosa.
-¡Ta taaaan! Espero que te guste lo que preparé.- canturreó el hombre.
La famosa comida había resultado ser un picnic.

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Enamorándote nuevamente
Roman d'amourADVERTENCIA: La siguiente historia contiene escenas para adultos, contenido sexual y vocabulario explícito. Apto sólo para mayores de edad. Cinco años atrás Lee Eun Ah y Taecyeon comparte...