5

2.2K 38 0
                                    

Ni príncipe ni verdugo: «por libre albedrío»

Como vimos en el punto anterior, muchos de los descalificadores, tal vez, en algún momento de sus vidas, hayan sido descalificados y, por lo tanto, tal vez ocurra que la descalificación sea la unica manera que conocen o que encontraron para relacionarse con los demás. Quizás es la única forma posible que tienen de sentirse, por algunos instantes, importantes. Su forma de pensar es «yo crezco y tengo poder si soy capaz de destruir tu estima y controlarte». Sin embargo, esa necesidad ilimitada de demostrar poder sólo es el resultado de una estima baja, herida, que encuentra valor a sí misma hiriendo y lastimando a otro.

«Utiliza esta exagercación de sí mismo para superar la inferioridad»
Jay Carter.

La máscara del «ego elevado» es la elegida por ellos. Los hallaremos siempre con un ego altísimo, capaz de invalidar cualquier acción o a cualquiera que trate de superarlos.

Personas de este tipo pueden encontrarse en todas partes, sea cual fuere el ámbito en donde nos hallemos, tanto en el terreno laboral, como en el social o familiar.

Son seres que proyectan en los otros todas las frustraciones e inseguridades que no les permitieron crecer ni desarrollar su potencial y sus sueños. Como ellos no pudieron llegar a la meta, su objetivo será que tú tampoco lo logres: «Si yo no lo logro, él tampoco» es su típico razonamiento. Sólo al lograr disminuirte y menospreciarte, él podrá sentirse, al menos por un momento, importante.

Él descalificador conoce a la perfección todo lo que eres capaz de alcanzar si te lo propones e ideas metas para alcanzarlo. Sabe que cuentas con la genética de un campeón, y como conoce tu potencia intentará por todos los medios hacerte sucumbir y amedrentarte. Este es el único camino que conoce y que es capaz de ejecutar el descalificador para que nada se salga de su control.

Sin embargo, no es tu destino ni el mío el tener que convivir con personas cuya meta es limitarte y lastimar permanentemente tus emociones, ni tampoco nos compete ser su socorrista.

Él descalificador no es más que un simple nene asustado que va reprimiendo y rechazando todo lo bueno que la vida había deparado para él.

«Cuanto más gordo sea tú enemigo, mejor para vencerle. Es más fácil clavarle un cuchillo en el buey que una uña en la pulga»

Quizás, en este momento, te preguntes: « Una persona descalificadora: ¿podría formar pareja?, ¿sería capaz de sentir amor?, ¿de compartir sus pensamientos con un amigo?, ¿podría trabajar en equipo?, ¿sentir la belleza de vivir?» .

La respuesta es « no» , a menos que tome conciencia de sus actitudes, de su manipulación y decida revertir su mentalidad y su trato.

Gente tóxica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora