Capítulo 3: Sellado.

18.6K 2.3K 1.3K
                                    

Con Deidara seguíamos andando en su ave, yo miraba en la dirección donde dejamos a Sasori esperando poder verlo y así avisarle a Deidara.

—Sasori-senpai se está demorando demasiado. —murmuré con aburrición. —¿Quizá debamos ir a ayudarlo?

—El Maestro Sasori sabe lo que hace. —me dijo Deidara confiado. —Nosotros sigamos sus órdenes.

Me estaba aburriendo de esperar por lo que se me ocurrió una fantástica idea.

Molestar a Deidara.

—Dígame una cosa, Senpai. ¿Las bocas que se encuentran en ambas manos pueden sonreír?

—Sí.

—¡Genial! ¡¿También hacen otras cosas?!

—Pueden hacerte explotar en este mismo momento.

—Pero usted no lo hará porque sino Sasori-senpai lo convertirá en marioneta. —le informé a lo que él se quedó callado. —¡Punto para mí!

—Sabes, tu voz chillona me es muy molesta.

—Mi voz no es chillona.

—Chillona.

Miré hacia atrás viendo como Sasori se acercaba.

—¡Es Sasori-senpai! —anuncié a lo que Deidara comenzó a descender aterrizando así en la arena. —¿Ha matado a aquel chico? —pregunté curiosa.

—El veneno que he incorporado en su sistema hará efecto dentro de poco.

—Se ha tardado maestro Sasori. —habló Deidara. —Creí que no le gustaba hacer esperar a los demás.

—Así es, pero no pude evitarlo.

—Será mejor ir andando.

—¿No descansaremos en ningún lugar? —pregunté con un suspiro. —No hemos descansado y tengo sueño.

—No se puede hacer nada. —dijo Sasori para luego enrollarme con su cola y posicionarme sobre el ave de Deidara. —Descansa ahí.

—La consiente mucho, maestro Sasori. —dijo con molestia Deidara. —Lo dejaré pasar porque descansaremos de su voz chillona.

—Mi voz no es chillona. —digo con molestia mientras me recostaba en el ave. —Despiértenme cuando lleguemos.

Cerré mis ojos para poder descansar.

❇❇❇

Desperté al sentir un fuerte golpe, miré donde me encontraba viendo así que ya habíamos llegado y que el golpe que recibí fue porque Deidara me había tirado de su ave.

—Llegan tarde. —decía la voz de Pain.

—El Jinchuriki era demasiado fuerte. —le dijo Deidara. —Además, ___ no supo colocar bien sus trampas.

—¡¿Ah?! —exclamé mientras me incorporaba. —¡Mis trampas funcionaron! El que ese chico las evitara no fue mi culpa.

—Debiste de preparar todo bien. No estás calificada para estas misiones.

—¿Qué has dicho? —pregunté fríamente. —Repítelo.

—Basta de peleas. —decía Pain. —Debemos de sellar al Shukaku.

Pain comenzó a formar unos sellos, entonces del suelo comenzó a aparecer la estatua demoníaca y también aparecieron los demás miembros de Akatsuki posicionándose en los dedos de aquella estatua; nosotros tres nos quitamos nuestros sombreros para luego posicionarnos con los demás.

HOPELESS; Uchiha Sasuke. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora