Yo conocí a Yoongi en Daegu. Tras llegar ahí, teniendo dieciséis, me hospede rápidamente en casa de la abuela. Cuando no estaba en la escuela, solía estar todo el día en mi cuarto estudiando, durmiendo o leyendo alguno de los libros que me traje de Seúl; encerrado en todo eso mientras el enojo que sentía no se apaciguaba. Los fines de semana ayudaba a mi abuela con la pequeña granja que tenía, ella hablaba y hablaba de una forma constante, como si pudiera tocar todos los temas que rondaban por su cabeza en tiempos muy pequeños. A mí me gustaba oír su voz, cansada y sutil mientras yo pasaba mis manos por el pelaje del caballo que tenía. No me gustaba interrumpirla, aunque ella pretendía que dijera muchas cosas. Yo estaba tan enojado que no lo hacía, pero no quería irme a cualquier otro lugar.
Yoongi iba, sin falta, cada sábado a arreglar y terminar un granero detrás de su casa. Al principio pensé que la abuela tendría más animales para ponerlos ahí dentro, porque era lo que siempre decía ella; pero no era así, solo buscó alguna razón para poder pagarle y que Yoongi pudiera terminar la universidad. Me parecía tan pesado lo que hacía, pero él decía que le gustaba viajar los viernes en la noche para llegar a Daegu, y los domingos por la tarde ir de vuelta a Seúl.
Yo no le creía, lo veía en sus ojeras y en las veces por la noche en que seguía trabajando y cabeceaba. Me pregunté por qué no me decía la verdad, hasta que un día todo avergonzado y hasta sonrojado me dijo que quería que yo lo viera como alguien tan genial que podría manejar todo eso.
Él me había dicho aquella noche que le gustaba, y sea cual sea la causa, mi abuela escuchó. Y me había asustado a tales grados que corrí hacia mi cuarto y me encerré en él, hundí mi rostro en mi almohada y quise llorar.
Aún así, ella me habló detrás de la puerta.
—Leoncito, a mí no me molesta que lo hagas. Nunca me molestara lo que hagas y a quien quieras. Tú eres así, y te amo por como eres. Vas a cumplir diesiocho y volverás a Seúl, tú padre tendrá menos poder sobre ti. Pero siempre que vivas debajo de su techo, harás lo que él diga. Así que desde ahora, ten planeado lo que harás.
Esa noche no dormí, pensando en que pasaría un tiempo corto en casa con mi padre, mientras estudiaba. Trabajaría y estudiaría. Y después rentaría un departamento. Sería independiente, y la voz de mi padre no interrumpiría sus relaciones.
Pensando en su “a quien quieras”, cuando yo quería a Yoongi con una amistad. Nada más. Sintiéndome mal por eso.
Cuando volví a Seúl, después de haber cumplido 18 años, mi padre me recogió en el aeropuerto. Era martes y mi hermano estaba en la universidad, mi madre asistía en el hospital. Me pregunté todo el vuelo si él me abrazaría, porque no quería que lo hiciera, sería tan incómodo para mí que estaría dispuesto a alejarme.
Pero no lo hizo, así que fue mejor.
—¿Sigues enojado? —me preguntó mientras me ayudaba con una de las maletas y caminamos a la salida.
—No —pero el modo en que respondí, decía lo contrario.
Cuando salimos, estaba Yoongi esperándome también. Yo lo abrace muy fuerte, mientras papá se enojaba.
Pensó que era Hoseok, hasta que lo presenté.
Mamá lo adoró desde el primer momento, y Baekhyun se mostró alegre de tenerlo en casa, conmigo.
En ese momento, quien estaba enojado, era papá.
Yo busqué a Hoseok tan pronto como llegue a mi casa, y Yoongi me ayudó a encontrarlo. Seguía gustándole a Yoongi, pero siempre prometió que no importaba a quien quería, me apoyaba; incluso bromeaba sobre nosotros, sobre mí y Hoseok, y como diría él un discurso como mejor amigo borracho cuando yo me casara con Hoseok.
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Canciones y cuentos para Kookie ೃ HOPEV
Fiksi Penggemar❝ -Es hora de dormir, Kookie. -¡Es hora de cantarle a Kookie! ❞ ❝ -Hora de dormir, Jungkookie. -¿Un cuento cortito, por favor? ❞ Taehyung, con veintiséis, parece tener una vida cómoda y sin muchas preocupaciones. Está tratando de conseguir un...