Fuerza

36 11 2
                                    

Se levantan tierra mía tus bellas montañas,
estando tú mal herida; verdes...orgullosas.
Los que amaste, hoy con sus malignas hazañas,
ven satisfechos y tu corazón desengañas.
Aún no terminan, ¡no! con sus terribles prosas.

Y mientras caes ya rendida, cansada de todo.
En tu interior una llama aún queda
y quema lo que te fue vendido por seda.
Lo cambias lentamente y lo conviertes en lodo.
¡Porque aún no ha nacido el que vencerte pueda!

Poema escrito para el taller de poesía de revolucionpoetica.

Un Momento de QuietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora