A ti

60 14 5
                                    


Alcé mis ojos y logré verte,
esa luz se iba desvaneciendo,
no pude retenerla,
no pude encenderla de nuevo.

Sentí morir lentamente al verte ahí, tan frágil y rota,
tan triste y desolada...

Quise abrazarte y estrujarte,  guardarte dentro de mi,
más no pude hacer nada para evitar tu agonía. 

La noche llegaba tras las borrosas sombras de un bosque humedecido,
noté tu fogata y sentí su calor,
no dejes las  brazas sin rojo fulgurante...
en  cenizas opacas, sin vida y candor.

Temo por ti,
temo perderte por siempre, ahora que estás lejos de mi.

No permitas que la llama se escape,
no dejes el camino llenarse del cómodo  verde que no te permita regresar a casa.

Mantente caliente o ardiendo en tu invierno,
recuerda es pasajero,
pronto la primavera vendrá y compartiremos de nuevo sus colores y melodías.

Un Momento de QuietudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora