Lights go down

VI

Voy a tratar de ser lo más honesta que puedo.
"Si es como lo de tu secreto, ya me hago la idea" pensó Lena. 

No soy quien crees que soy. No te lo dije antes porque es complicado, y no vayas a pensar que es por tú apellido -le señalo- nada más equivocado que eso.
El café que Lena tenía en la mano lo dejó en esa mesa, no quería delatar sus nervios, entre todas las posibles opciones que manejaba, no se esperaba el rumbo que aquel monólogo de Kara estaba tomando.
Quiero que sepas que te respeto, que te admiro y -hizo una breve pausa para respirar, los nervios la estaban consumiendo- que te quiero, siempre voy a estar a tu lado, mientras quieras que así sea claro - su corazón bombeaba con fuerza y empezaba a sentirse torpe entre cada palabra que salía de su boca, se levantó y empezó a caminar al igual que Alex minutos antes por todo el lugar.
Yo al principio no iba a decírtelo porque nunca imagine que nuestra relación fuera a crecer con el paso del tiempo, pero - se detuvo observando a través del ventanal la ciudad, y a su memoria vino Reign y las asesinas - si llegase el momento en que no pudieses oírlo de mi boca, odiaría que creas que te engañe o que me burle de ti, y que todo esto que hemos construido lo transformes en un recuerdo lleno de rencor hacía mi, no me perdonaría algo así, porque es exactamente todo lo contrario - se giro y aquella verde mirada seguía perpleja en ella, notó la humedad presente en sus ojos y como su corazón latía de prisa- Lena yo soy -hizo una inspiración profunda y lo soltó- yo soy Supergirl.
La morena quedó pasmada. Ahí estaba la confesión que tanto quería escuchar, aquella que desde hacía días la tenía en ese tornado de sentimientos hacia Kara por saberlo y tener que fingir lo contrario.
La rubia camino despacio hasta detenerse frente a ella, se sacó las gafas y soltó aquella coleta, dejando ver su cabello suelto. Bajo sus ojos azules al suelo.
Entenderé si no quieres saber nada más de mi por un tiempo, aunque eso me rompería por dentro porque eres muy importante aquí - se señaló torpemente el corazón- y lo último que quiero es perderte. 

Silencio inquebrantable en todo el espacio, solo el sonido de ambas respiraciones era lo que se percibía.

¿Por qué ahora? Finalmente después de largos segundos había escuchado palabras de sus labios, volvió a intercambiar miradas y vio como una lágrima corría en la mejilla de su amiga, instintivamente la rubia paso su dedo llevándose como una suave brisa la misma. ¿Por qué confesarme esto ahora Kara? ¿Te llamas así acaso?

La rubia asintió - Kara Zor-El- susurro.
Lena empezó a secar las demás lágrimas que involuntariamente salían de sus ojos. 

Porqué no puedo y no quiero seguir mintiéndote. Ya es suficiente con esconder al mundo quien soy, tú me conoces Lena. Sabes cuando estoy alegre, o cuando estoy triste, cuando no quiero hablar y prefiero encerrarme. Has sabido ser paciente conmigo, has logrado motivarme y contigo he podido ser simplemente yo. No la mujer de acero que va por las calles pateando maleantes, ni la que tiene que salvar el mundo constantemente. Por eso no quería dañarlo con la heroína en medio. Pero no quiero ni soportaría la idea de que me odies por ocultarte esa otra parte de mi vida.

Lena camino en dirección a la mesa y se detuvo allí un par de minutos.

No te odio Kara. -Miro un punto fijo en aquella despensa que se apostaba frente a sus ojos- Estoy molesta por tu falta de confianza, por no ser honesta conmigo todo este tiempo, también por hacerme sentir idiota tantas veces, solo espero que no te hayas reído de mi.

Nunca haría eso, no ha sido fácil para mi esconderte esto, más bien ha sido una pesadilla.

Lena alzo la mirada y la clavo en la rubia. Agradezco tu sinceridad, pero la verdad es que ya lo sabía Kara, después de todo no soy una tonta para no darme cuenta.