VIII

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Estaba tan ensimismada en aquellos cálculos que olvidó aparecer en su oficina durante el día.
El teléfono quedó en silencio para evitar interrupciones a su creatividad e ingenio; seis horas después veía las treinta llamadas perdidas, en su mayoría de Kara Danvers.
Le marcó con algo de preocupación. ¿Kara? ¿Pasó algo?
¡Por Rao! ¿Lena donde has estado?
¿Quién es rao? Y en mi empresa por supuesto.

Fui a tu oficina dos veces y no estabas allí, pensé que algo te había ocurrido, en Catco tampoco estabas - una risa interrumpió el sermón de la rubia- y ya me escucho como una novia acosadora - "qué, dije novia" mentalmente se corrigió pero no lo hizo con quien debía.
¿Novia? Elevó una ceja aunque Kara no podía verla. Aún no me llevas a un cita y tampoco recuerdo que me pidieras ser tu novia.

¡No te burles por favor!

¿Sabes que disfruto verte nerviosa?

¡Lo sé! Me he dado cuenta hace tiempo de eso Lena.

He estado trabajando en algo.
Espero que no sea en un lexo traje.
Lena frunció el ceño, "tendría poderes telepáticos acaso" descarto la idea tan pronto como llegó.
Estoy trabajando en la solución a tu pequeño problema.

¡Oh!
Dedujo que la sangre de Kara debía estar acumulada en su rostro.

Cuánto antes halle una, mejor para nosotras.
Nuevamente aquella voz rasposa despertó los sentidos de Kara.
En ese caso... Ven a mi casa esta noche.

Aún no llego al desenlace Kara.
Quiero tener esa cita contigo, te prometo que no perderé la cordura.

Entonces es imposible que me niegue.

A las veinte en casa miss Luthor.

Allí estaré miss Danvers.
Una sonrisa se plantó en aquel rostro hasta que terminó su jornada.

**
Aquel video se reproducía en la pantalla de su televisor, pausaba y retrocedía tratando de seguir el ritmo.
La mesa era una desastre total: harina, huevos, botes de salsa, queso, bol con carne, entre muchas otras cosas, ocupaban el espacio.
La puerta se abrió y al ver a su hermana con un delantal puesto y la mesa, mostró sus dientes en una gran sonrisa.
Kara Danvers cocinando ¡Quién lo diría!
¡Alex! La señalaba con una espátula ¡No te rías de mi!

Alzó las manos a modo de rendición y arrimo una banqueta para sentarse.

¿A que se debe todo esto?

Invite a cenar a Lena.

¿Cómo en una cita?
Asintió mientras volvía la vista a la imagen de la tv.

No era más sencillo llevarle a un restaurante.

No, quiero hacer algo especial. Además Lena debe conocer los mejores de Ciudad Nacional o quizás es dueña de unos cuantos, no tendría gracia.

¡De verdad estás enamorada!

¡Lo estoy! No quiero arruinarlo está vez.

Déjame te ayudo.

¡No! Tengo que hacerlo yo.
Vamos, no le diré nada a Lena.
Tras una mirada llena de duda, la rubia finalmente aceptó la ayuda de su hermana, entre ambas charlando y cocinando el tiempo paso y todo quedó pronto a la espera de la agasajada.

**
¡Sam!
La morena se giraba en dirección a Lena, estaba apoyada en la pared de aquel pasillo que conducía a la puerta de su departamento.
¡Lena!
La empresaria sin querer empezó a sentir el rápido latido de su corazón, la última vez que la vio fue como Reign en la entrada de su compañía. Una que quedó con destrozos importantes por su causa.
Trago saliva e intento serenar su rostro. ¿Ocurrió algo?

Lights go downDonde viven las historias. Descúbrelo ahora