Lights go down

XVI

Hacía el máximo esfuerzo posible por movilizarse en aquella horrible silla. No pensó que en algún momento podría sentirse tan inútil.
Siempre fue consciente que su trabajo era peligroso, que quizás un día no tendría tanta suerte y caería tendida en algún frío pavimento producto de una bala atravesada en su cuerpo.
Sin embargo, creía firmemente que no se libraría y moriría al instante.
Pasar por esta circunstancia, era otra cosa.
A pesar de su consternación, al oír la noticia sobre Alex, saco fuerza de lo más profundo de su ser, y ahí estaba recorriendo aquel conocido pasillo.
¿Detective Sawyer?
El director del DEO interceptaba su camino.
¡Director Henshaw!
¿Qué haces aquí?
No sabía que tenía que pedir permiso para venir.
Me refiero a tú condición Sawyer.
¡Alex!
Su expresión suavizó a tal punto que creyó verlo romperse.
¿Donde está? Interrogó ante el mutismo que se había formado entre ambos.
Te llevo - fue a acercarse para empujar la silla de ruedas, pero se lo impidió, aún le quedaba su orgullo-
No, gracias. Puedo sola.
No dijo nada y le hizo una señal para que le siguiera rumbo al elevador.
¿Cómo paso?
Abordaron al abrirse las puertas metálicas y marco la planta donde se encontraba el área de hospitalización.
Reign la atacó - los ojos de Maggie cayeron en él-
¿La que casi mata a Kara?
Dio un gesto afirmativo.
¿Por qué a ella? ¡Oh Dios! Acaso sabe que Alex es la hermana de Kara.
No. La atacó para llevarse a su hija.
Su cuello giro tan rápido que el tirón en sus músculos le provocaron un dolor punzante.
¿Su qué?
La luz parpadeo indicando que estaban en el piso correcto. Las puertas se abrieron y ella tiro de aquellas ruedas.
Giro y se atravesó en el paso de J'onzz.
Qué hacia la hija de esa... Lo que sea que sea en su casa.
Es una larga historia.
No tengo mi agenda llena en este momento.
¿Maggie?
La voz familiar de Eliza le hizo guardar silencio. Se giro lentamente y mostró una mueca que quedó a mitad de camino al ver el rostro demacrado de la mujer.
Su corazón aceleró en su pecho y el nudo en la entrada de su estómago le corto la respiración.
¿Alex?
Fue más un susurro que una pregunta. Vio brotar las lágrimas de aquella que en un momento casi se convierte en su suegra.
Aún no despierta y no saben si lo hará.
Vio como Hank se acercaba y la envolvía en un abrazo.

**

El tiempo se detuvo y su corazón parecía querer salir del pecho, sólo veía oleadas de fuego y al responsable sonreír en medio de las llamas.
Reaccionó y con su aliento frío soplo para apagar en segundos aquello.
El humo se desvaneció en instantes y ella esperaba ver el cuerpo calcinado de su amada.
Quería correr y verificar que seguía con vida, que podía llevarla volando en brazos pero ni un paso podía dar. Estoica en ese sitio viendo todo como si fuera una película de horror. Una pesadilla de la cuál no lograba despertar.

Sentía sus ojos inundados de lágrimas pero cuando alzó la mirada con todo el coraje que reunió vio al traje negro moverse entre los restos de humo en dirección al sorprendido atacante. Su boca se desencajó y a la vez parecía que un clic la había retornado a la vida.
¿Tu nombre?  Lena hablo con firmeza y un halo de oscuridad en su voz.
Su audición no la engañaba, era ella intacta. Su Lena. De un golpe de aire llenó de nuevo sus pulmones y pudo respirar nuevamente.
¿Qué mierda? El cuestionado comenzaba a retroceder asombrado de que alguien sobreviviera a su ataque.
¿Tu nombre?
Esta vez la voz sonó con mayor severidad y aquella arma extraña que lo apuntaba.
¿Para que quieres saber?
Kara quería evitar que Lena lo matará. Pero tras ver cómo segundos antes había estado apunto de morir, dejó que ella se hiciera cargo. Su razón estaba nublada y si fuera a ir sobre el hombre, dudaba que lo apresara. Ella misma sería capaz de pulverizarlo.
Sabré a quien le quite la vida.
El hombre sonrío con sorna.
Ya quisieras matarme.
Inclinó su cabeza ligeramente, esperaba que Kara le reprendiera, que le gritara para que no procediera. Nada de eso paso. Y su enojo pudo más que la razón.
Al jalar del gatillo vio como el hombre se quedó quieto aún con aquella sonrisa en su cara.
Supergirl tenía agarrado al otro atacante aún inconsciente mientras observaba a Lena y ese posible alienígena.
La sonrisa del extraño poco a poco se fue desvaneciendo al ver cómo de su pecho comenzaba a emanar un líquido rojo.
Elevó su vista a aquella mujer de traje negro con sorpresa.
No te preocupes, vas a volver al infierno de donde saliste.
Intento hablar pero un brote de sangre de su boca se lo impidió.
Sus rodillas cedieron y cayó al suelo aún con los ojos abiertos.
El cielo estaba opaco y el dolor le desgarraba internamente.
En su campo de visión volvió a aparecer la causante de su fatídico destino.
¿Tu nombre?
Probó por última vez.
Cha... Chato - con cada esfuerzo para pronunciar su propio nombre, notaba como se apagaba lentamente cada latido de su corazón- Santana.
Exhalo y cerró los ojos.
Lena bajo su arma y miro a Kara con un poco de arrepentimiento en su rostro.
La rubia no le reprochó. Pasaron unos minutos largos antes que alguna emitiera sonido.