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Lena en la intimidad era mucho más fuerte que como CEO de aquella empresa, la dominaba a su antojo y la hacia desvariar. No necesitaba aquel licor alienígena para sentirse embriagada, con la humedad de los besos que dejaba ella a su paso, cada poro de su cuerpo estaba en ebullición.
Te gusta - el atrevimiento en sus palabras, la sensualidad en su tono, la calidez de su aliento contra su oreja, todo la tenía en una burbuja que exacerbaba sus sentidos.
Aquella mano estaba oculta entre sus piernas, la manera de tocarla era algo nuevo para la rubia, suspiros esparcidos dejaba contra el hombro niveo.
Estás muy caliente - buscó el azul de aquellos ojos y cuando se cruzaron en una sola mirada, hizo lo que deseaba desde mucho tiempo atrás.
Los dedos de la rubia se enterraron en su espalda y poco a poco comenzó a moverse dentro de ella.
Se percataba de la humedad que comenzaba a correr, el hervor en esas profundidades, quería estar atenta a cada estímulo que recibía, a cada sonido que le arrancaba pero no pudo. La rubia repitió su gesto que le hizo emitir un sonido bastante sensual.
Igualdad de condiciones miss Luthor - mordió el lóbulo de su oreja tras soltar aquello- Esté sin duda va a ser mi lugar favorito de ahora en adelante.
El balanceo de la rubia le hizo seguir el ritmo, una especie de baile que cada vez se volvía más frenético entre cada embestida, sus cuerpos sudorosos delataban el clima que entre ellas habían provocado.
Ya aquellos movimientos eran erráticos, jadeos producto del esfuerzo que culminó con un gemido bastante audible de ambas.
¡Joder Lena!
Kara estaba totalmente tumbada aún con Lena sobre ella. Noto como está salió de su parte más íntima y llevaba los dedos a su boca.
¡Por Rao! Cerró los ojos para controlar aquella llama que parecía querer arder nuevamente a causa de ese gesto.
Alguna vez me dirás quién es ese tal rao.
Cuando dejes de provocarme.

No soy yo la que sigue dentro de alguien.
¡Oh! Lo siento.
El intento quedo en vano cuando Lena le sujeto la muñeca.
Quédate, me gusta sentirte.
A mi igual.
Apoyo su cabeza en el desnudo pecho de la rubia, y con sus cabellos oscuros esparcidos dejó que esa confortable sensación la llevará al profundo sueño.

**
La mañana se hizo presente y los rayos del sol entraban con fuerza por aquel balcón de la oficina en L Corp.
Ambas seguían dormidas en el sofá. No se percataron el día anterior de haber cerrado la puerta con llave, causando aquel grito de susto en Jesse; la secretaria de Lena.
¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón!
Lena alzó su cabeza por el grito y cayó en cuenta de la escena mostrada.
Su rostro se torno rojo en seguida.
¡Jesse! ¡Cielos!
Kara comenzaba a removerse.
No diré nada a nadie, perdón, pensé que no estaba en su oficina. Le explicaba mientras daba la espalda a su jefa.
Lena agarró del suelo aquella camisa de Kara, era lo que estaba más cerca. Se cubrió y se levantó con cuidado, Kara abrió los ojos ante el movimiento.
¡Espera afuera! Y no dejes pasar a nadie.
Al instante la mujer había salido.
Es tarde Kara. Mi secretaria nos vio.
Si, me acabo de dar cuenta.
Aún somnolienta se sentó en el sofá, sonrío al ver a Lena con su camisa puesta y abierta.
Te queda bien - señaló la abertura en su pecho-
Vístete, tenemos que irnos.
Hizo caso omiso, camino desnuda hasta donde los rayos del sol llegaban, sin mostrarse en el balcón y se quedó ahí sintiendo como sus células se recargaban.
Kara ¿Que haces?

Recuperó mis fuerzas, el sol amarillo está cálido hoy.

¡Kara! Por favor date prisa.

De acuerdo, eres gruñona por las mañanas ¡Que lo sepas!
Lena sonrío ante el gesto infantil de la rubia.
Terminaban de vestirse cuando la puerta sonó un par de veces.
Perdón la interrupción pero la señorita Sam quiere verle.
Anunciaba la secretaria desde el otro lado de la puerta.
¡Mierda! Susurro Kara a punto de correr hacia el balcón.
¿Que haces? - Lena también susurraba- Jesse te vio, no puedes solo salir volando y menos como tú.
¡Rayos!
Actúa normal ¿de acuerdo?
La rubia se aliso aquella camisa lo más que pudo, ajustó sus anteojos y paso su mano por el cabello ya recogido.
¿Estoy bien?
¡Rayos!
¿Que ocurre Kara?
Tú cuello.
Lena entendió, seguramente tendría marcas consecuencia de los impulsos de Kara.
Dile a Sam que me espere unos minutos, no hemos terminado la reunión.
Al concluir la última palabra pudo percibir el calor en sus mejillas.
Kara saco del bolso de Lena que estaba colgado al otro extremo de la oficina un estuche de maquillaje.
Espero que esto sirva.

Lights go downDonde viven las historias. Descúbrelo ahora