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S a m

-Sam, levántate.

-¿Quién eres?- pregunté sin abrir los ojos del todo, la cabeza me daba vueltas y apenas podía distinguir una sombra frente a mí.

-Soy Ben, idiota. Nuestro vuelo sale en un par de horas.

-Olvídalo- respondí pasándome las sábanas por encima-. Posponlo para... En tres o cuatro años.

Mi hermano se quedó callado y al cabo de unos minutos ya se me empezó a hacer raro, así que me levanté de la cama y sin previo aviso me cayó un baldazo de agua helada encima.

-¡Hijo de puta!

-Ey, más respeto con mamá- dijo Ben entre risas y me tendió una toalla, la cual se la arrebaté de mala gana-. ¿Quién es ella?

-¿Quién?

Ben me agarró de los hombros y me hizo voltear a mirar la cama donde aún dormía plácidamente la chica que había conocido la noche anterior en la fiesta del hotel.

-Es mi novia, ¿algún problema?- le lancé mi toalla mojada a mi hermano.

-Sí, que tienes que despertarla ahora mismo.

-Descuida, eso iba a hacer.

-Pero espera a que me vaya...

-Shh, mira y aprende- lo callé y me senté al borde de la cama.

Suavemente fui retirando el cabello de Mandy de su rostro y con suma delicadeza le susurré en el oído un "buenos días, princesa".

-Pero qué imbécil- murmuró Ben.

-Es la frase favorita de toda chica- le guiñe un ojo.

-Pero por supuesto que no.

-Shh- volví a callarlo, pues Mandy fue abriendo los ojos lentamente y al verme, sonrió de oreja a oreja.

Lentamente se incorporó en el colchón y levantó los brazos para estirarse y otorgarme una vista espectacular de su cuerpo cubierto únicamente por un diminuto bikini. De pronto, Ben carraspeó la garganta y no sólo me arruino el show, sino que asustó a la pobre.

-¿Quién es este tipo, Lucas?- preguntó ella ahora cubriéndose hasta el cuello con las sábanas.

-¿Lucas?- Ben se empezó a reír-. ¿No pudiste inventarte un mejor nombre?

-Largo- le señalé la puerta.

-Bien.

Ben no salió de la habitación, pero si se metió al baño, entonces traté de tranquilizar a Mandy con una sonrisa.

-Es mi hermano- le aclaré-. ¿Estás bien?

-Sí... Eso creo.

-Bien, debes irte- me levanté de la cama.

-¿Qué?

-Mañana tengo escuela y aún no he empacado- encogí los hombros y ella se levantó de la cama tan rápido como si también le hubiera caído un baldazo de agua helada encima.

-¿Escuela?- exclamó ella-. ¡Me dijiste que tenías veintidós!

-Te dije que en cuatro años los cumplo, Mandy.

-¡Me llamo Sandy!

-Ups, no soy bueno con los nombres.

-¡Eres un cerdo!- Sandy, Mandy, o como sea que se llame, recogió su ropa del suelo y salió corriendo de la habitación lanzando un portazo.

-Bravo, Sammy, bravo- Ben salió del baño aplaudiendo-. Acabas de romperle el corazón a la tercera chica en lo que va del verano.

-Estoy seguro de haberle dicho que tenía dieciocho- me lancé a la cama-. Quizá se le olvidó por lo irresistible que soy.

-O por lo borrachos que estaban.

-En mi defensa, nos conocimos y llegamos aquí sobrios. Ella quiso, yo quise, ambos quisimos. Luego bajamos a la fiesta y volvimos otra vez.

-Ya, tan solo disfruta tus últimas horas de diversión porque mamá y papá están más furiosos que nunca- Ben me lanzó un almohadazo-. Y más aún contigo que llevas faltando una semana a clases.

-Me da igual.

-"Me da igual"- me remedó él-. Te veo en el lobby en treinta minutos. Si no estás ahí, me regreso Nueva York sin ti.

-Como digas.

-Y Sam...

-Qué- me apoyé sobre los codos para mirarlo.

-Madura, ¿sí? No puedes ir por ahí jugando con chicas y luego botarlas como si fueran basura.

-Vamos, Ben- me reí-. Esto no fue nada serio.

-¿Y ella lo sabía?

-Sí- le devolví el almohadazo que me había lanzado antes, pero él lo esquivo.

-Se trata de los sentimientos de otras personas.

-Mamá no está aquí, ¿puedes dejar de comportarte como el aburrido hermano mayor?

-Lo haré, solo déjame decirte una cosa más.

-Suéltalo.

-Algún día aparecerá alguien que pondrá tu mundo de cabeza y créeme, te va a destrozar el corazón.

-Wow, Benny. ¡Eso fue tan profundo!- exclamé sarcásticamente e incluso él se echó a reír.

-Lo digo en serio- Ben se dirigió a la puerta-. Te veo en veinte minutos.

Prohibido SoñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora