13.

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-Estás loco.

-Vamos, Kit-Kat. Quiero ayudarte y no quiero que vuelvas con ese imbécil. Tan solo llama a tu tía, dile que estás haciendo un proyecto con una amiga y que dormirás en su casa.

-Querrá hablar con ella.

-Natalie es muy buena en las imitaciones.

-Bien. ¿Y qué hay de tus padres?

-A mi papá no le interesa y mamá no tendrá problema mientras no durmamos en la misma cama, además, podría enseñarte matemáticas toda la noche si deseas.

-No lo sé...- crucé los brazos y después de unos segundos, resoplé-. De acuerdo, me quedaré contigo.

-Genial.

-Pero primero debo ir a la biblioteca.

-Para serte franco, dudo que te puedas trabajar así, Kat. Estás cojeando.

-Si puedo.

-No, no puedes. Vamos a casa, estacioné mi auto cerca.

-Está bien.

Ambos caminamos un par de calles y luego, subimos al auto plateado de Sam. Durante todo el camino, me quedé mirando la ventana pero cuando vi a unos niños jugando con la nieve, recordé a Tommy e hice que Sam se detuviera.

-Mi hermano- abrí la puerta y Sam frenó-. Debo ver cómo está. Tu ve adelantándote a tu casa.

-Kat, cierra la puerta. Puedo doblar en U y pasar por ahí.

-¿En serio? ¿No estamos ya en tu casa?

-No.

Cerré la puerta y Sam cambió de dirección hacia el edificio de tía Mel, y al llegar, se metió por el callejón y apagó el motor ahí.

-Te acompaño- me dijo él bajando al igual que yo y los dos nos metimos por la ventana de mi habitación tal espías.

-Pat debe estar tomando su siesta de media tarde, pero de todas maneras, vigila el pasillo- le indiqué a Sam entre susurros y él asintió.

Me dirigí a la habitación de mi hermano de puntitas y al entrar, lo vi recostado en su cama mirando a la nada, y al verme, corrió a abrazarme.

-¿Estás herido? ¿Pat te hizo algo?- le pregunté y él negó con la cabeza-. Escucha, hoy no me quedaré aquí. Quiero que estés con tía Mel en todo momento, ¿sí? Volveré mañana.

Tommy volvió a abrazarme y por las señas que me hacía Sam desde la puerta, tuve que separarme de él. Salí de su habitación, me metí a la mía y cogí un bolso de mi armario para meter algo de ropa.

-Rápido, Kat. Acabo de escuchar un cucharon caer desde la cocina.

-Listo. Vamos.

Ambos salimos del edificio de tía Mel y nos encaminamos a la casa de Sam, y al llegar, la que nos abrió la puerta fue su mama quien al vernos juntos, sonrió.

-Veo que se llevan mejor. Me alegra- dijo ella y tanto Sam como yo asentimos.

-Kat y yo tenemos un proyecto de ciencias juntos- le dijo él.

-¿Proyecto de ciencias? Pero si no están programados hasta enero.

-¿Acaso dije ciencias? Quise decir matemáticas- Sam besó su mejilla-. Hoy luces guapísima, mamá.

-Adelante- ella nos dejó pasar no muy convencida y Sam me llevó a su habitación.

Ya ahí, le gritó a Natalie que viniera y ella no tardó en entrar al par de segundos saltando animadamente.

Prohibido SoñarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora