Capítulo VII

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Lilith quien al escuchar que la presentaban hizo sus nervios a un lado, hizo una reverencia para después hablar.

–A que se debe el honor de haber solicitado la presencia de ésta humilde servidora– habló firmemente.

–Lilith me han informado de que eres inmune al veneno que posee Albafica, ¿tú sabes la razón?– habló de manera amable Athena.

–Sí...pero no sé si deba decírselo o mostrárselo–

–Lilith...–pero antes de terminar su oración, un caballero ingresó al lugar.

–Diosa Athena– para después hacer una reverencia cómo muestra de respeto para después comentarle lo sucedido en su misión. –he revisando los pueblos lejanos de Francia, Italia así como algunos de Grecia...– a lo que Lilith pusó atención ya que había pasado por aquellos lugares antes de que se quedará en el pueblo. –Me han informado de que son tres hombres de apariencia común quiénes han causado las  muertes en esos pueblos, por lo que sé no sé tratan de los espectros de Hades sino personas con gran poder...– pero fue interrumpido por una voz desconocida para él.

–Dices que sólo son tres– hablando con furia en su voz.

–Em... sí– fue lo único que pudo articular Shion al notar que había más espectadores en el lugar.

–Diosa Athena le mostraré la razón por la cual  soy inmune..."sólo para ya no causen más muertes"–pensó con miedo–pero a solas...no quiero que más gente me tema–susurró para sí misma, pero la diosa logró escucharla.

–Descuida nadie te temerá lo prometo–hablándole sinceramente a lo que sin dudar la vió a los ojos confío en ella.

–Confío en tí– regalándole una linda sonrisa aunque con cierta duda por lo que iba hacer ya que siempre le prometían no temerle pero al final terminaban rechazandola o huyendo de ella; caminó hacia el centro de la habitación inhaló profundo para luego emitir una potente luz que ocasionó a los presentes proteger sus ojos y al mismo tiempo emanar una energía poderosa, sorprendiendo no sólo a ellos sino también a personas alejadas del lugar.

~En un bosque lejano~

–¿Sintieron eso?– obteniendo una afirmación con las cabezas de sus compañeros. –"Ya  te encontré escurridiza mocosa"– pensó feliz al ver que de nuevo su plan funcionaría. –Hay que darnos prisa antes de que se vuelva a cambiar de lugar–sin más partieron a gran velocidad.

~De vuelta en el santuario~

La luz comenzó a cesar revelando a una hermosa joven de largos cabellos plateados casi blancos, unos hermosos ojos color rojos anaranjados, y unas lindas orejas en su cabeza, igual que su apariencia su vestimenta también cambió.

La luz comenzó a cesar revelando a una hermosa joven de largos cabellos plateados casi blancos, unos hermosos ojos color rojos anaranjados, y unas lindas orejas en su cabeza, igual que su apariencia su vestimenta también cambió

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(Así es Lilith)

–Soy una daiyōkai, básicamente una kitsune, segunda al mando de las tierras del sur de Japón– ocultando parte de su rostro con su abanico, dejando atónitos a un par de caballeros al saber su verdadera identidad, así como un patriarca sin aliento ya que no creía que existieran criaturas de ese tipo. –Con lo que acabo de hacer ellos llegarán más rápido sin necesidad de causar más muertes– quitando su abanico para darles una sonrisa mostrando sus afiliados colmillos, pero al recordar cómo estaba rápidamente se cubrió su rostro ya que aún temía que la rechazaran por ser considerada un demonio. –Prefiero estar como antes solo por el tiempo antes de que ellos vengan por mí.– La diosa y el patriarca asintieron a su petición y una vez más cambio de apariencia. –Se que deben tener dudas pero sólo quiero responderselas a Athena– quién comprendiendo pidió privacidad con la chica aunque de mala gana los hombres abandonaron el recinto, cosa que puso a Lilith triste por un posible rechazo.

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