Capítulo XXVII

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Un nuevo día había llegado y con él lo acompañaban dos yōkais, quiénes arribaron cercas del Santuario. Lilith, Yuki y Kaori, se encontraban en la habitación preparándose para pronto partir, tuvieron que detener sus labores al sentir esas presencias cercanas al lugar, dándose una mirada emprendieron la marcha para acudir hacia ellos, antes de irse se toparon con Regulus.

-¿A dónde van?- al ver que Yuki y Kaori se desvanecían en el aire.

-Reúne a todos, comunícales a Sasha que tenemos a nuestros reemplazos- le dijo amablemente la peliplata antes adentrarse en las sombras. Sin más el joven se dirigió a cumplir aquél pedido.

Al llegar al lugar Katashi y Taro al sentir la presencia de Lilith cerca se arrodillaron inmediatamente.

-En qué necesita nuestra ayuda- habló firmemente Katashi sin levantar la vista.

-Necesito que nos acompañen; ya en el lugar se les explicará todo- aquella voz hizo que ambos levantarán sus caras y observaran a una pelinaranja, para luego ver surgir a Lilith de la sombra de Yuki.

-Lady Yuki...está viva- intentando no tartamudear al ver a la gemela de Lilith con vida, ella solo asintió para darse media vuelta y comenzar el camino de regreso, acción que todos entendieron Kaori por su parte se acercó a Taro.

-¿Cómo está la situación?- preocupada por su familia, él sólo le removió el cabello y le sonrió antes de contestar.

-Sólo conflictos menores, esperan pacientemente el regreso de sus salvadoras- Lilith que sólo escuchaba atentamente, se puso seria ante la respuesta.

- "Espero que sea verdad lo que dices Taro"- se dijo a sí misma ya que tenía miedo de volver a ver a su reino irreconocible.

Cuando llegaron con los demás, tanto Albafica Shion y Kumiko reconocieron a aquellos dos yōkais.

-¿Qué hacen ellos aquí?- sorprendido y algo confundido les preguntó mientras tanto Albafica como Kumiko fruncían el ceño, los demás caballeros se preguntaban cómo es que ellos ya los conocían.

-Tranquilo Shion... Ellos serán nuestros reemplazos para apoyarlos en está guerra- sonriendo Lilith le contestó.

-¿Sus reemplazos?- susurró Kardia.

-Sí... además ésta es una manera de ayudarlos indirectamente ya que dimos la palabra de apoyarlos- habló Yuki algo seria.

-Así que de ellos se trataban...Katashi y supongo que él es tu hijo... Taro o ¿me equivoco?- dijo Kumiko estando cerca de ellos inspeccionándolos con la mirada si podían ser de fiar.

-Éstas en lo correcto Kumiko, no las decepcionaré- colocando una mano en su pecho como promesa.

-Más te vale- dicho esto se alejó un poco de ellos con el fin de presentarlos formalmente ante los demás -Ellos son unos formidables guerreros, él fue soldado y amigo de la anterior gobernante del sur Miu y el es su primogénito Taro, son buenos siguiendo órdenes- mirándolos por el rabillo de su ojo para luego darse media vuelta y dirigirse a ellos -Ella es la Diosa Athena y sus caballeros dorados quienes están a cargo de la situación por lo que deberán obedecerlos sin objeción, Kokkuri los vigilará y me notificará lo que suceda...y no quiero saber que causaron problemas sino sus cabezas rodaran- dijo amenazándolos y mostrando sus filosas garras.

-Eso jamás pasará- habló decidido Taro a lo que la pelinegra sonrió. Sin más la reunión concluyó no sin antes decirle al joven kitsune que les explicará un poco lo que estaba ocurriendo.

Mientras tanto Yuki y Lilith fueron junto a Regulus; en forma de zorros; a Rodorio con el fin de poder despedirse de Aimi y Agasha, a la cuál ésta última iba a enterarse que ambas hermanas se iban.

Las notas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora