Capítulo XXVIII

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Habían pasado días desde la última vez que los vieron a los caballeros, ahora se encontraban dentro de las tierras  del sur, su hogar, en su caminar las cuatro veían el panorama con  nostalgia y tristeza al ver como su hogar se encontraba en condiciones irreconocibles, se encontraban con demonios grotescos, los cuáles no pertenecían al reino, quienes fueron eliminados rápidamente por ellas, al ver que sólo iban a causar problemas. En cuánto a sus habitantes sólo encontraban a muy pocos quiénes al verlas se sorprendían y se alegraban por su regreso.

Kumiko las guío a un lugar oculto entre árboles sin vida y extrañas ruinas antiguas, en donde ahí se realizaría el ritual que traería la prosperidad y restauración del reino

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Kumiko las guío a un lugar oculto entre árboles sin vida y extrañas ruinas antiguas, en donde ahí se realizaría el ritual que traería la prosperidad y restauración del reino.

–Vamos cachorras hay que darse prisa la luna pronto se tiñará de rojo– apresurando el paso . Al llegar al lugar indicado las tres vieron como la azabache se acercaba a una extraña piedra la cuál era iluminada por la tenue  luz de la luna que se colaba de las ramas de los árboles que se hallaban a su alrededor. 

–Coloquense aquí– señalando el lugar a sus sobrinas para luego dirigirse a Kaori –Necesito que nos proteges de cualquier peligro en ésta fase estaremos indefensas ante cualquier ataque enemigo ¿cuento contigo?– Kaori asintió y se puso en alerta, s...

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–Coloquense aquí– señalando el lugar a sus sobrinas para luego dirigirse a Kaori –Necesito que nos proteges de cualquier peligro en ésta fase estaremos indefensas ante cualquier ataque enemigo ¿cuento contigo?– Kaori asintió y se puso en alerta, siendo así Kumiko comenzó con el ritual, sacando una daga entre sus ropas para reposarla en sus manos  y dirigiéndose con sus sobrinas –Con ésta daga se harán un profundo corte en su palma derecha, logrando que la sangre fluya para caer a la piedra, deben hacerlo decididas a ayudar sino habrán terribles consecuencias– alzando su vista al cielo notando como la luna comenzaba a teñirse de rojo, en eso se hizo un ligero corte en su mano izquierda y tocando a la piedra con la misma mano, haciéndola brillar no tan intensamente de un color rojo asombrando a las demonesas –Yo Kumiko  hermana menor de la reina Miou, tu antigua cuidadora y creadora, te trae ante ti piedra sagrada a las sucesoras  del reino así como también tus cuidadoras– dicho ésto retiró su mano; sintiéndose mareada por un momento ya que la piedra absorbió sangre y energía de ella; entregó la daga a Yuki primero haciendo su corte, de igual modo Lilith hizo un corte en su mano, se acercaron a la piedra dejando fluir aquél vital líquido  carmesí jurando protegerla así como también la piedra las aceptaba como sus nuevas cuidadoras. Ante más sangre se derramaba en la piedra ésta tomaba un color rojo más intenso, casi pareciéndose a un rubí, siguieron así hasta que el amanecer llegó.

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