Las notas del amor

Capítulo XXVI

–¿Cómo lo sabes?– preguntó Yato intrigado ya que ella no estuvo cuando vieron a Dohko por última vez.

–Si Kumiko lo dice es que cierto– dijo el joven kitsune.

–¿Cómo es eso posible?– cuestionó Yuzuriha, pero antes de qué el peliplata respondiera alguien se le adelantó.

–Una de sus habilidades es ver breves fragmentos del futuro, pero ella conoce las consecuencias si interviene– explicó Akemi apareciendo junto a los demás caballeros.

–Deja de decirme Kumiko– le recriminó

–Y yo ¿de qué me perdí?– habló Regulus sin entender nada.

–De que te perdiste en conocer a Daichi– le respondió Yuki divertida –¿Y ustedes cómo se enteraron de lo que sucedía aquí?–

–Un espectro fue el que nos avisó– comentó Asmita, a lo que Lilith sonrió enternecida al saber quién podría ser.

–Ya veo..."Sigues tan pendiente de mí Kagaho"– pensó

–Ya bájale a tus celos– susurró Regulus a Dégel a quien sólo lo vió molesto

–Si hombre relájate nadie te la va a quitar– poniendo una mano en su hombro Kardia y riendo junto con Regulus. Una presencia conocida a lo lejos se sintió.

–Em... Dégel– le habló para guiarlo a un lugar un poco privado. –Etto...Yo quiero agradecerle a Kagaho por avisarles, él está cerca...Se que pones celoso por eso te pido que me acompañes– dejando escapar una risita. Al creer que era una prueba de confianza negó. –¿Seguro?– cuestionó dudosa, él sólo le sonrió para acariciarle la mejilla con ternura.

–Sí confío en tí– besándola.

–De acuerdo no tardo– para irse a donde el espectro, logrando verlo apoyado en el tronco de un árbol cruzado de brazos.

–¿Cómo supiste lo del santuario?– habló una vez estando cerca asustándolo al no percibirla.

–Lo oí de casualidad– pero su mirada se concentró en la mancha de sangre que había en su ropa así como otras heridas –Veo que no llegué avisarles a tiempo– con molestia al ver que había sido herida.

–He no te enojes contigo mismo, además éstas heridas sanarán pronto– colocando una mano en su hombro y sonriendole –Gracias por preocuparte– pero luego su sonrisa desapareció y su rostro mostraba tristeza captando toda la atención del joven –Sabes yo tendré que irme a mi hogar–

–Entonces es la despedida– con algo de tristeza en su voz.

–Así parece...siempre te rompo promesas, perdóname por eso– dijo mientras veía como el viento jugaba con las hojas de los árboles.

–No te preocupes...lo bueno que está vez me lo dijiste– revolviendole el cabello levemente, logrando que ella riera por lo que hizo.

–Oye– quitándose la mano de él, para luego verlo fijamente –No quiero que te pase nada– mirándolo con preocupación.

–Las guerras cobran vidas– como si no fuera nada por qué preocuparse.

–Por eso te lo digo– molesta y triste le dijo –No quiero que la gente que quiero muera en algo sin sentido–

–Entonces no moriré si esto te hace sentir mejor–sonriendole sinceramente.

–La verdad sí– alegrándose –Cuando todo esto termine le pediré a Akemi que te busque para que me visites y conozcas el lugar donde vivo, ¿Qué dices?– él solo afirmó con la cabeza.

–Ya debes irte se preocupará por tí– refiriéndose al acuariano.

–Ésta bien, cuídate– abrazándolo como despedida pero antes de que romperán el abrazo él sujeto su mentón dándole un tierno beso en los labios, quedando ella en shock. Al separarse Lilith iba a hablar pero él lo impidió.

–Perdón pero no me pude resistir; además me lo debías por no cumplir tu promesa– le dijo sonriendo ella solo intentó tranquilizarse.

–Bien sólo por esta vez te lo dejo pasar– para luego exhalar– Tú siempre buscando excusas para tus acciones...nos vemos– dándole una última sonrisa desapareció de ahí dejándolo solo.

–Cuídate Lilith, espero verte pronto– para emprender la marcha de regreso.

Al llegar al templo del patriarca su tía la recibió antes de ingresar.

–Espero estés lista, mañana partiremos– iba a ingresar para encontrarse a los demás pero al ver de reojo lo que hacía su sobrina se detuvo –¿Que haces?– levantando una ceja.

–Pido ayuda– quemando una hoja negra susurrando unos nombres de unos kitsunes que conoció hace tiempo; así como pidiendo que acudieran lo más rápido posible. –Espero que lleguen antes de que partamos– mirando a donde se fueron las cenizas de la hoja.

En otro lugar,más específica en el sur de Japón,dos kitsunes trataban de convencer a un joven ogro líder de su clan.

–Ya dije, nos iremos, ya no queda nada por qué quedarnos– habló decidido.

–Hay que esperar Riku (multimedia), pronto vendrán y además necesitamos de ustedes para seguir defendiendo años demás habitantes de los intrusos que sólo matan por placer y sólo quieren hacer de las suyas aquí– intentaba convencerlo Katashi.

–Por favor amigo– le suplicó Taro, pero antes de que Riku hablara un leve susurró se escuchó a lo que ellos reconocieron de inmediato

–Bien haz lo que quieras pero nosotros...– interrumpido

–Tranquilos nos quedaremos por un tiempo más, por lo que escuché piden de su ayuda, además si esperamos ya 400 años unos días no nos afectan– dijo sonriendo y colocando su mazo en su hombro derecho para retirarse a su clan, asimismo padre e hijo acudieron al llamado.

Regresando con Lilith, la azabache decidió retirarse, pero no quedó sola por mucho tiempo.

–¿Ya ahora por qué tan sola? Dégel y tu familia te esperan adentro– ella solo suspiró para responderle.

–Espero a los reemplazos para darles algunas indicaciones– volteando se a verlo –¿Por qué tan platicador conmigo Tenma?– acercándose a él.

–Quería disculparme contigo por desconfiar de ti, pero veo que realmente eres alguien con buenas intenciones– regalándole una sonrisa en cambio ella solo le sonrió con tristeza, cosa que notó.

–Descuida eso ya está en el pasado, además ya han desconfiado de mí que ya me acostumbré– recordando algunos sucesos.

–¿Pues que ocurrió?– deseando saber por qué desconfiar pm de ella.

–Hice cosas terribles por dejarme llevar por la ira, y la influencia de Daichi, pero aún así fue mi culpa, por la qué mis garras están manchadas de sangre de inocentes, causé temor, y a pesar de que pedí perdón, mostré que había cambiado, aún así desconfiaban de mí, no los culpo soy terrible– Tenma solo la escuchaba  atento, sin querer una lágrima resbaló por su mejilla a lo que ella limpió

–Pero ya todo está en el pasado, además cambiaste para bien y viste que lo que hiciste estuvo mal– intentaba animarla, logrando su objetivo.

–Gracias Tenma...por lo que veo tardarán más en llegar, vamos con los demás a lo mejor Dégel está preocupando– comenzando a caminar.

–Preocupado no, diría algo irritado por los comentarios de Kardia y Regulus así como los consejos de Yuki de que no se deje llevar por los celos– riendo al recordar sucesos anteriores.

–Bueno hay que apurarnos antes de que pase algo y no estamos presentes– dando una carcajada para ingresar al lugar.