Ganando con mucha ventaja llegó Lilith.
-Vaya los dejé muy atrás..."¿Será qué están luchando entre ellos por no besara al patriarca"?-se preguntó
-"Puede ser y ¿Qué harás cuándo sepan que solo les jugaste una broma?"-habló Yuki.
-"Eso lo resuelvo después, ahora veré qué haré mientras los espero"-adentrándose a la casa de Aries ya que una idea se le había ocurrido.
Llegando a la otra casa del zodiaco se encontró con su guardián, quién al verla la consideró una amenaza.
-¿Qué deseas aquí?- preparándose para un posible combate.
-¿Eh??...a cierto no nos conocemos personalmente tal vez Sasha les habló de una tal Lilith bueno esa soy yo, así que relájate soy una aliada...hace rato hice una carrera con Shion y Albafica pero cómo no han llegado pues decidí visitarlos- así hablándole amablemente lo cual le agradó al santo de Tauro, siguieron conversando una rato más hasta que ella decidió seguir su camino, mientras el de Tauro iba a entrenar con sus discípulos.
Nuevamente la siguiente casa la encontró vacía, pero sintió una leve presencia, lo que se le hacía extraño, pero aún así siguió su camino ya que no quería curiosear sin permiso. Pronto llegó a la casa de Cáncer, donde se encontró con un joven de cortos cabellos azules, quién al verla le sonrió a lo que ella también le correspondió el gesto.
-Pero mira quién vino a visitarme-acercándose a la yōkai-Es una linda chica, oye lindura, ¿Qué haces por estos rumbos?- dijo de manera coqueta.
-Pues vine a visitar a cada caballero, ¿Oye como te llamas? ya que recuerdo que la última vez que estuve aquí no te ví...yo me llamo Lilith-tomando la mano del dorado para saludarlo.
-Así que tú eres la famosa Lilith...yo soy Manigoldo de Cáncer-aun agitando la mano de ella.
-Te puedo pedir un favor-dijo divertida a lo qué él le asintó de igual modo- Cuando veas a Albafica y a Shion les dices que la meta es en la fuente de Rodorio-
-Dalo por hecho-le aseguró
-Me pregunto tendrán la misma reacción que cuando supieron mi edad cuándo sepan que el reto era broma-se preguntó en voz alta a lo que el joven frente a ella le dió curiosidad su edad.
-¿Por qué dices que reaccionarán como cuando supieron tu edad...pues cuántos años tienes 50?-riéndose por lo último.
-No exageres tengo 689 años-riendo ella al final por causar la misma reacción en él, después de otras bromas entre ellos se despidió de él para seguir con su camino, hasta llegar a la casa de Leo, de donde salía un joven algo despeinado a lo que parecía que se acababa de despertar, lo que le pareció tierno y sin dudarlo fue a revolverle el cabello, asustando al chico ya que no la había notado hasta que hizo eso con su cabello.
-¿Oye que te pasa para qué...-retirando su mano pero al verla se quedó admirando sus orejas que sobresalían de su cabeza-¿Qué eres?... Veo que no eres ni humana ni espectro amazona o dios...pero posees gran poder-saliendo de su asombro.
-Bueno primero soy Lilith, creo que el nombre te suena y lo que yo soy es un daiyōkai un demonio poderoso, por eso tengo estás lindas orejas, veo que eres curioso eso me agrada-sonriendole tiernamente causando que las mejillas del chico se tiñeran de rojo-Me haces recordar a alguien especial...por cierto ¿cómo te llamas?
-Ah sí...me llamo Regulus caballero dorado de Leo-sonriendole-¿Y a quién te recuerdo?- queriendo saber
–A alguien muy curioso jijiji–haciendo que el chico hiciera una mueca de disgusto, para que volviera a sonreír le enseñó unos trucos asombrándolo, poco después se despidieron. Ya sola en su camino Yuki volvió a hablarle.
–"Así que él te recuerda a alguien especial copo de nieve"–recalcando especial.
–"Si...y antes de que saques conclusiones extrañas ese alguien eres tú... siempre metiéndote en problemas por tu curiosidad apuesto que estás dentro de mí por la misma o me equivoco chispita"– sintiéndose victoriosa por su comentario.
–"Ganaste este round...pero no te preocupes Aimi encontrará la solución, espero que no tarde otros siglos"– Lilith iba a decirle algo pero notó que estaba ya ingresando a la casa de Virgo, encontrándose nuevamente con Asmita meditando, ocasionando que se debatiera en saludarlo o no, pero prefirió no ser grosera.
–¡Buenos días Asmita!...veo que estás ocupado...–esperando una respuesta pero sólo obtuvo silencio –Bueno yo ya me voy...ya sé dónde está la salida adiós–dirigiéndose a la salida pero una voz detuvo su caminar.
–Estas sangrado– inconscientemente ella dirigió su vista a su brazo izquierdo.
–Yo creí qué ya había sanado– acercándose a él –¿Cómo supiste que estaba herida si según tienes los ojos cerrados?–algo curiosa
–"Mira quién es la curiosa ahora"– habló Yuki distrayendola de lo que le decía Asmita hasta que recordó que hablaba con él, lo cual el notó.
–Te decía que yo no necesito usar la visita para saberlo...con mis otros sentidos pude darme cuenta–captando la atención de Lilith.
–Vaya... pareciera que fueras un yōkai al poseer unos sentidos muy desarrollados–
–Entonces eso explica tu inusual energía...pero dime ¿cómo es que posees doble energía en tu cuerpo?–
–Ahh...veo que también te diste cuenta de eso, acabo de enterarme que mi hermana por ser tan curiosa se quedó atrapada en mi mente o algo así– habló nerviosa ya que ni ella misma conocía muy bien cómo llegó a su mente. –Creo que debo irme no quiero seguir molestándote en tu meditación...a lo mejor en otra ocasión podamos seguir hablando... además debo de tratar está herida que parece ser que fue más profunda de lo que creí, fue un gusto conversar contigo adiós Asmita–yéndose del lugar no sin antes escuchar un adiós por parte del joven alegrando a Lilith, quién continuó con su recorrido.
–Nuevamente no hay nadie en estas casas–dijo saliendo de la casa de Sagitario ya que esa casa como las anteriores no había nadie para conversar, para luego visualizar una figura familiar a qué sin dudar corrió para abrazarlo ya que se alegró al verlo.
Continuará....
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Las notas del amor
FanfictionCuando crees que sabías todo sobre tu vida, así como a la persona que creíste te protegería era realmente el asesino de tu felicidad. Lilith es una joven que aparenta ser frágil y débil pero no todo es lo que parece. Una noche huye de casa al saber...