Desencanto (Traducción)

Capítulo 12

//Soy una persona horrible, recién me fijé en la hora y me di un golpe mientras decía "no he publicado que horrible" lo siento

"Entonces, ¿cuál es el plan?"

Kazuichi estaba de pie en el centro del comedor, mirando alrededor a la habitación polvorienta y tenuemente iluminada. No había muebles, ya que la habitación que Nagito había decorado había sido simplemente una simulación en un programa de realidad virtual y, por supuesto, no había placas de hierro sobre las ventanas. Todavía podía oír el leve rasguido de los ratones desde dentro de las paredes, aparentemente sin inmutarse por los gritos de él y de Gundam. El otro hombre cruzó la habitación para unirse a él, sacando el contenedor de su abrigo.

"Debemos sacar a las bestias de su escondite utilizando el banquete que preparé", respondió el criador, abriendo la tapa y sacando un puñado de trozos de frutas y verduras. "Aquí. Dispersalos a la luz de la luna, y debemos esperar en la oscuridad para que las criaturas se den a conocer". Le tendió el recipiente a Kazuichi, y el mecánico obedientemente tomó un puñado del suyo.

Después de un par de minutos, los dos habían cubierto todo el suelo iluminado por la luna en frutas y verduras, y encontraron un lugar en el borde de la habitación donde podían esperar que apareciera un ratón. Kazuichi se sentó con un gruñido y se apoyó contra la pared de madera, limpiando el residuo pegajoso de la fruta en su mono. Cuando Gundam se sentó junto a él, le lanzó una mirada inquisitiva que el mecánico apenas podía distinguir en la tenue iluminación.

"Tenía la impresión de que poseías una fobia a la oscuridad" comentó con voz tranquila para no asustar a los ratones. "Sin embargo, pareces no tener remordimiento en sentarte aquí en las sombras para acechar".

"Bueno, está bien siempre y cuando solo estemos sentados", respondió Kazuichi, rascándose la barbilla. "Odio tropezar en la oscuridad sin saber hacia dónde voy, especialmente en ese pasillo". Gundam guardó silencio por un momento, claramente sorprendido por su respuesta y sus implicaciones.

"...Ya veo. Sin embargo, era inevitable que nos viéramos obligados a atravesar ese pasillo en la oscuridad. Las criaturas que buscamos son monstruos terroríficos que surgen solo en la oscuridad de la noch".

"No era de la noche cuando llegué aquí" respondió el mecánico con petulancia. "Si hubieras llegado a tiempo, todavía habría estado apagado, y probablemente habría sido lo suficientemente oscuro para cuando llegáramos al comedor".

"Como te dije antes, simplemente tardé más de lo que predije para conseguir los artículos necesarios", repitió Gundam con un bufido indignado, logrando mantener la voz baja a pesar de su agitación.

"Bueno, ¿por qué lo dejaste en el último minuto?", Preguntó Kazuichi obstinadamente, negándose a dejar que el otro hombre tuviera la última palabra. "¿Qué estabas haciendo por el resto del día?"

"Hmph. Tú no eres mi único discípulo, Kazuichi Souda" contestó el criador, su voz adoptó un tono algo altivo. "Estaba preocupado con el entrenamiento de la Reina Oscura, quien, como he mencionado antes, aún no ha alcanzado todo el potencial de su poder".

El mecánico quedó atónito en el silencio por su respuesta, y se dio la vuelta, mirando fijamente a uno de los rincones oscuros de la habitación con los ojos entrecerrados. ¿No soy... su único discípulo? Por supuesto, tenía sentido que Gundam pasara tiempo con Sonia; los dos apenas se habían visto desde que el primero recuperó sus recuerdos, y habían sido muy buenos amigos incluso antes de haber ingresado al Programa Neo World. Kazuichi miró con frustración la esquina inofensiva mientras sentía una familiar puñalada de celos. ¿Por qué estaría celoso de que Gundam pasara tiempo con Sonia? Estoy bastante seguro de que ya la superé, ¿por qué...? Él sabía la respuesta, por supuesto; en el fondo de su corazón, sabía que estaba celoso de la princesa, no del criador. Él quería ser el único discípulo de Gundam. Su frustración y confusión hervían en su cabeza antes de finalmente hervir, y se encontró hablando antes de saber lo que estaba haciendo.