Mαƙɳαҽ Lιɳҽ

𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝚈 - 𝙿𝙰𝚁𝙺 𝙹𝙸𝙼𝙸𝙽

"𝙳𝙴𝚂𝚃𝙸𝙽𝚈"

Park Jimin pensó que jamás la volvería a ver; esos ojos castaños con abundantes pestañas, esos labios generosos, pelo lacio y negro como la noche, piel como el oro y un cuerpo tan hermoso cómo su rostro. Aunque esa mujer fuera poseedora de un cuerpo con proporciones casi a la medida, no había nada que le llamara más la atención que su sonrisa y expresivos ojos, porque nunca en su vida pudo estar con otra mujer sin pensar en las emociones que esos ojos le hacían sentir, o que ninguna sonrisa lograba robarle tantos suspiros y arrepentimientos cómo la suya.

No fue hasta que sus ojos hicieron contacto visual que sintió como todo se derrumbaba a su alrededor, y se odio por haber sido un crió tan inmaduro cuando la tuvo, por haber sido tan cobarde, porque en ese entonces no era la persona más indicada si de hablar de amor se trataba, porque en su momento vio más correcto el alejarse y verla marcharse, pensó que fingiendo ser unos desconocidos sería más fácil, pero fallo y de la peor manera.

Nunca dejó de quererla, pero se sentía una mierda al enterarse que era mucho más que eso, la amaba después de tanto tiempo, y lo peor de todo es que tenia que aceptarlo justo en ese momento, en el momento en que la vio de nuevo y con alguien más.

-Jimin-Llamó Yoongi, su mejor amigo y hermano del alma.

El ambiente se intensifico, y Yoongi se preocupo al no recibir respuesta de parte de su amigo o su novia. La manera en la que se miraban sin decir palabra alguna le estaba preocupando, pero Yoongi era ajeno de los significados de la mirada de ese par, y no podía decifrar que significaba exactamente pues él no estaba enterado de nada, en lo absoluto, y era porque ella fue ese amor que Jimin guardo con tanto recelo.

Ella era su primer y único amor.

Miles de recuerdos se apoderaron de Jimin, por su mente paso las veces que paseaban tomados de la mano, la primera vez que probó sus labios, las veces que se abrazaban por minutos interminables, las sonrisas cómplices que solían compartirse, y lo que más le rompió el corazón fue recordar que fue la primera vez de ella. Él le hizo el amor, pero le hizo pensar que no fue más que uno de sus deslices, una chica más que se entregaba a él y se le abría de piernas. Después de eso llegó el recuerdo de ese bello rostro hundido en lágrimas y todo por su culpa. Él la había dejado ir porque sería lo mejor para ambos y, aun así, su conciencia nunca permaneció limpia porque comprendió que ello sólo era un consuelo para su cobarde ser.

Pero lamentablemente Yoongi los conocía lo suficientemente bien, y se dio cuenta del mar de emociones en el que se estaban ahogando, en emociones que solo llegaban a sus ojos ya que nada lograba llegar a sus labios, y se vio envuelto en ellos también. Estaba al frente del hombre que le había roto el corazón a ella y a la mujer que le había robado el suyo a su mejor amigo.

"Las concidencias no son más que un trago amargo cuando así se lo propone el destino."