|Capítulo 17|No Hagas Tonterías...

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Pude entender lo que me dijo Jesús, aun que me lo dijo muy bajito.

-Nunca te soltaré -dijo a la vez que me abrazaba con fuerza.

Estabamos de espaldas, así que con un movimiento brusco me giré y le abracé y el tras mi gesto me besó, estubimos besándonos y no recuerdo más, creo que me dormí.

Cuando desperté, por culpa de Bea, que nos tiró un baso de agua encima, Jesús y yo seguiamos abrazados. A lo que Bea nos interrumpió;

-¡Paaachuu! ¿¡Y mi desayuno!?

-Ñá -gruñé- ¿Bajamos a la churrería Dani?

Hay una nueva churrería al lado de mi casa y le pusieron el nombre de Dani.

-¡SIIIIII! -Gritó Bea

-¿¡Qué decí de míh?! -Se escuchó a Dani gritar desde el salón.

-¡NAADA MI LOOOF! -Dijo Bea

Me levanté y eché a Bea de allí, teníamos que vestirnos, sí, 'teníamos', Jesús también. Cogí una falda azúl y una camisa blanca, Jesús seguía tumbado, así que abrí su maleta y cotilleé su ropa, le saqué una camisa blanca y unos pantalones azules, para que fueramos iguales. Le tiré su ropa a la cabeza.

-¿Qué haces? -preguntó

-Vístete, tenemos que bajar a desayunar -cogí la ropa que me iba a poner y se la enseñé- ¿Qué te parece?

-¿Te vas a poner eso? -dijo con los ojos abiertos como platos.

-Si no quieres no.

-Daría lo que fuera por verte en falda.

-Que tonto.

Me giré dispuesta a cambiarme de espaldas a el, cuando de pronto, me interrumpió.

-¿Me cambio contigo? -preguntó extrañado.

-Si quieres, pero de espaldas a mi, por favor.

Se quedó callado y de reojo ví que se giraba y comenzaba a quitarse su pijama. Yo hice lo mismo, cuando me terminé de vestir, me giré e inmeditamente me di cuenta de mi error, Jesús aun no se había puesto los pantalones, le ví sus boxers azules, me puse completamente roja y me tapé los ojos con las manos y con la voz entrecortada dije;

-¡Lo.. Lo.. Lo sien... Lo siento!

-No pasa nada -contestó riéndose.

Me giré y me senté en el suelo intentando que mis mejillas dejaran de parecer tomates, al poco tiempo Jesús me dijo que me podía levantar, y así hice.

-Peeerdóón -dije con voz de niña pequeña

-No pasa nada bebé -dijo a la vez que me abrazaba.- ¿Vamos a desayunar?

-Vaale.

Salí de mi habitación y Bea se quedó mirandome con los ojos como platos.

-Pachu, no me digas que... ¿Llevas falda? ¿Y te has cambiado con el? -dijo Bea mirándome de arriba a abajo.

-¿Algún problema? -le dije.

-No, pero es raro -contestó.

Bajamos a la churrería dónde pedí una docena de churros y cuatro tazas de chocolate caliente, estubimos charlando cuando de pronto vi a Batman. No sabía ni como mirarle, desde lo que pasó en la noche anterior.

Me levanté de la mesa para ir a pagar, ya que habíamos acabado, tardé un poco en salir, ya que había una cola bastante larga.

Cuando salí no estaban ni Bea ni Dani, supongo que abrian ido a dar una vuelta o algo por el estilo. Me puse a buscar a Jesús con la mirada, cuando le vi, no podía creer lo que estaba viendo... Estaba besando a Ainhoa, miré a Batman, porque se quedó mirádome con tristeza y sin pensarlo cogí mis llaves y entré en mi urbanización, luego en el portal y despues en casa. Entré a mi habitación y saqué un cuter que tenía guardado en el cajón. Ya dije que mi pasado era duro, hacía mucho que no compartía mi dolor con el. Sin pensarmelo dos veces conté hasta tres y lo pasé por mi muñeca, tres gotas de sangre calleron al suelo, junto a mis lágrimas.

No sentí nada de dolor en la muñeca... Demasiadas cosas rondaban por mi cabeza... Volví a contar hasta tres cuando algo me interrumpió. Batman, fue Batman. Agarró mi muñeca, tiró el cuter al suelo y me abrazó.

-No hagas tonterías... Otra vez no... -me susurró- todo esta bien... Ha sido un error...

-Tu sabes lo que ha pasado ¡Lo has visto! La estaba besando... Y... ¿cómo sabes lo de la otra vez...? -le dije sin dejar de abrazarle.

-Los días de piscina... Aun que intentabas ocultarlo... Se notaba...

Agarró mi muñeca y me llevó al baño, me quitó la sangre y me desinfecfó la erida.

-Ponte unos pantalones, hoy quiero estar contigo toda la tarde.

-Vale... Espera aquí...

Entré a mi habitación y cogí unos pantalones verdes del armario, me los puse y no paraba de pensar en la situación... Batman, ayudándome... Nunca me había fijado en que él si que se preocupaba por mi. En ese momento, Jesús ya no pasaba por mi mente. Salí de mi habitación, abracé a Batman y nos fuimos de la urbanización, saliendo por la puerta de atrás, para que nadie nos viera.

Este capítulo me ha quedado más corto de lo que pensaba T.T Loo sieento. Vale, una cosa, NO voy a subir más capítulos porque no estoy inspirada y no me ayudais en nada. Ya sea por el grupo o en comentarios. Hasta que no me ayudeis no subo mas, que mi imaginación es insuficiente.

Bueeno y lo de sieempre, gracias por leer y darle a la estrellitaa ☆★

Un Verano Fantástico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora