Bangtan One Shots

Amare di nuovo VHope

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19 abril de 1916,
Francia, París.
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Atado, vendado y amordazado, yacía frente al amor de mi vida, moriría en sus manos de eso estaba seguro, lo amaba incondicionalmente, me había enamorado de cada parte de él, sus labios, sus caricias, su risa y su sonrisa. Todo había pasado frente a mis ojos instantes antes de morir, le regalé la última sonrisa mirándolo directamente a los ojos, su índice llegó al gatillo y temblorosamente lo apretó, dándome el fin.

No supe en que momento la bala atravesó mi cráneo, pero doy las gracias por no haber sentido tal dolor. Más aún, haber sido apartado de su lado era lo peor, mi amor y mi vida se habían ido con él.

Nuestra promesa se mantendría intacta hasta el final de los tiempos, Kim TaeHyung era el amor de mi vida y eso no cambiaría, estábamos destinados a estar juntos.

"— Prométeme que pase lo que pase volveremos a vernos. — había dicho con una sonrisa mientras acariciaba su hombro, con mi acento francés imperfecto. — Prométeme que volveré a verte."

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Febrero 2012,
Venecia, Italia.
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Huyendo, estaba huyendo, mi matrimonio arreglado con Min YoonGi era mi tortura, por suerte había conocido a Kim TaeHyung. Lo había visto en una fiesta organizada por mi madre, aquel chico francés había llamado mi atención apenas cruzamos miradas, se había convertido en mi amante y yo en el suyo, ambos atrapados con otros hombres por quienes ni siquiera sentíamos una pizca de cariño.

Siendo prófugos de la mafia italiana de los Min, mi ahora esposo forzado era su líder y yo huía con el enemigo, Kim TaeHyung pertenecía por su matrimonio a la mafia francesa de los Jeon, estábamos obligados a escondernos y negarnos el amor que sentíamos el uno por el otro.

Recorrimos Italia escondiéndonos, con temor, pero a la vez estábamos tan enamorados que no importaba morir el uno por el otro, a duras penas salimos de Italia, yendo a Francia. El mismo cuento, su pareja Jeon JungKook se había enterado de nuestro amorío y nos había empezado a cazar, días y días corriendo y escondiéndonos hasta que logramos encontrar un lugar perteneciente a la primera guerra mundial, estaba abandonado así que suponíamos que podríamos ocuparlo como un refugio, un escondite.

Estuvimos durmiendo en uno de los bunkers abandonados, yacían en las paredes algunas cosas talladas en francés al igual en baúles, todo deteriorado excepto las palabras talladas, TaeHyung me había traducido algunas pero solo una llamó mi atención, una promesa de dos amantes, prohibido de seguro, sus iniciales y una fecha al final.

"Prometo que este no es el fin, prometo que después de la muerte estaremos juntos, te prometo, amor mío, que lucharé por nuestra libertad"

ㅡK.T. 12 abril de 1916

Una leve memoria había pasado por mi cabeza, lo único que pude ver fue a un chico en frente de mí, apuntándome con una pistola, yo agachado ante él, sentía el amor que había entre nosotros y a la vez el dolor que sentía por separarme de mi amante, di el último trago amargo antes de que todo se tornara oscuro. Desperté de golpe, sudado, melancólico, con miedo, miré a TaeHyung durmiendo a mi lado, lucía exactamente igual que el chico de mi sueño, le moví levemente despertándolo.

ㅡ Tae, he tenido una pesadilla. ㅡ mi voz temblaba, lo había sentido real, demasiado real. ㅡ Estabas tú ahí. —Sentencié viéndolo mirarme extrañado, pero a la vez entendía.

Le conté la pesadilla, recibiendo de su parte una expresión de sorpresa, confesó que tuvo el mismo sueño, pero él viéndome a mi, apuntándome, acabando con mi vida y luego acabando con la suya. Miré a mi alrededor y era exactamente el mismo lugar, dirigí mi mirada a la pared donde estaba esa promesa y recordé mis palabras, las cuales repetí.

— Prométeme que pase lo que pase volveremos a vernos. — había dicho con una sonrisa mientras acariciaba su hombro, con acento francés que desconocía saber. —Prométeme que volveré a verte.

No sabía francés, pero extrañamente recordaba a la perfección aquella frase. Mi sonrisa se enanchó, mirándole, de su parte recibí lo mismo, nos unimos en un tierno beso lento, nuestro amor iba más allá, destinados, eso lo describía todo. Éramos uno solo, siempre lo hemos sido.

Por nuestra mala suerte fuimos atrapados, nos torturaron a su antojo marcándonos completamente, pero aún así nuestro amor era mayor, no importaba cuántas veces me torturaran e intentaran hacerme odiar a TaeHyung, me era meramente imposible, lo amaba con mi vida, si debía morir por él, lo haría sin dudar.

Algunos años más tarde, 2015 para ser exactos, escapamos de donde nos tenían prisioneros saliendo al fin de Europa yéndonos a América por nuestra libertad.

Continuamos nuestra vida juntos, ahora ambos librados de nuestros tormentosos pasados, habíamos desaparecido del mapa, ambas mafias habían dejado de buscarnos dándonos la libertad que tanto deseábamos.

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13 febrero de 2017,
Florida, Estados Unidos.
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Estábamos frente al altar ambos dándonos los votos de amor, habíamos pasado mucho juntos y que mejor que sellar nuestro amor para siempre en un compromiso.

ㅡPrometo ayudarte a amar la vida, tratarte siempre con ternura y tener la paciencia que se requiere, hablar cuando sea necesario y a compartir el silencio cuando no, a estar de acuerdo sobre los pasteles y a vivir en la calidez de tu corazón que siempre será mi hogar. ㅡ algunas lágrimas recorrieron mi rostro mientras nuestras manos estaban unidas entre nosotros. ㅡ Prometo amarte apasionadamente, en todas las formas ahora y para siempre, prometo nunca olvidar que este es un amor para toda la vida y saber siempre que en lo profundo de mi alma, no importa qué nos pueda separar, siempre nos volveremos a encontrar el uno al otro.

Sonreí y fue su turno, sus palabras me habían llegado hasta lo más profundo de mi corazón, finalizó la ceremonia, ambos salimos juntos, unidos hasta que la muerte nos separe, pero todos sabemos que es parcial, llegamos a casa y dedicamos el día completo a estar juntos y expresar nuestro cariño de distintas formas, sus caricias me hacían olvidar todo siempre, si para algunos el sol es su calma después de la tormenta, para mi él es mi calma en todo momento, TaeHyung era, es y será siempre quién me de calor, quién me diga que me ama, quién siempre me dirá que todo está bien, porque así es él, mi única e irreemplazable felicidad.

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14 febrero de 2018,
Florida, Estados Unidos.
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Decidimos la adopción, ahora estábamos juntos y tres niños llenándonos de felicidad, dos corriendo a nuestro al rededor, mientras que la más pequeña en brazos de su padre. Podría jurar que no había nada más puro que nuestro amor, nada ni nadie nos superaría nunca, no después de haber pasado todas nuestras vidas juntos y ahora al fin, terminando así nuestra historia, nada nos separó jamás ni nada lo haría.

Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio... y coincidir. Después de tantas vidas volver a ti, en cuerpo y alma entrelazados.

Un momento de impacto, cuyo potencial de cambio tiene efectos expansivos, más allá de lo que podamos predecir y que hace que algunas partículas entren en coalición y se unan más que nunca mientras que otras partículas se dispersan hacia grandes aventuras y terminan donde nunca creeríamos que podríamos encontrarlas. Eso es lo que pasa con estos momentos, aunque uno lo intente no se puede controlar que efecto tendrán sobre nosotros, solo hay que dejar que las partículas que entran aterricen en donde deben hacerlo y esperar hasta la próxima coalición.