Capítulo 9

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Día 6: La jaula de oro.


"Un lugar que es tan puro, tan sucio y crudo..."
Zayn / Pillowtalk

Quise separar mi cuerpo del cuerpo de Siwon en el instante en que mi nombre salió de sus labios, el temor me recorrió y me di cuenta que me miraba a los ojos fijamente, como si Alexa hubiese desaparecido y tuviera en sus brazos a otra mujer y así era, tenía a Bora.

-¿Cómo lo sabes?- susurré con temor, no quería escuchar que me había seguido o investigado. Quería apartarme de él pero sus fuertes brazos se aferraron más a mí.
-Cuando recibí tus resultados médicos- dijo con esa voz tan sensual- los recibí con tu nombre marcado en él- me dijo nuevamente.
-Ahora... Ahora que sabes mi nombre, imagino que sabrás todo lo demás.
-Lo sabré Bora- agregó mi nombre, sonaba como una caricia en sus labios- lo sabré pero porque tú me lo digas, no porque yo lo investigue. –Salió de mí y me acomodó en su regazo aferrando mi cuerpo al suyo y mis nervios empezaron a calmarse mientras sus dedos acariciaban mi espalda desnuda.
-Olivia tal vez se descuidó- dije en voz baja, deleitándome de sus caricias que no estaban en tono sexual, era como para tranquilizarme, para que me sintiera a salvo.
-No, lo hizo a propósito. Me lo dio para que me sintiera más curioso sobre ti y pagara más dinero por información, cosa que no estoy dispuesto a hacer. Mi dinero no volverá a llenar sus bolsillos. -Me estremecí ante eso, le había confiado mucho a una mujer que me demostró que por dinero estaba dispuesta a todo. –Pero no tienes nada que temer, ya me encargué de eso.
-¿De qué? ¿De Olivia?- pregunté mirándolo y una sonrisa infantil, como si hubiese hecho una travesura iluminó su rostro.
-Ya verás mi querida Bora, ya verás...
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Decir que estoy tranquila desde la maravillosa casa de Siwon sería una verdad a medias o una media mentira tal vez. Desde la noche en la que me dijo mi nombre real han pasado 3 días. Desde esa noche me he convertido por completo en Bora, pero una Bora muy diferente a la que usa jeans, tenis y camisetas sencillas, la nueva Bora ha pasado sus días escogiendo ropa de Carolina Herrera, Chanel, Dior, Stella McCartney y muchos otros diseñadores que solo en sueños podría comprar. Perfumes, accesorios, bolsos... Era toda una niebla de lujos mientras descorchaba champagne y comía frutas exóticas.

Pero me sentía sola en la jaula de oro que Siwon había hecho para mí. Desde la mañana siguiente, Siwon había puesto una extraña barrera frente a mí. Se iba a trabajar y pasaba el día sin llamarme pero con claras disposiciones para que la señora Dawson se encargara de todas mis necesidades en la casa junto a las encargadas de la limpieza, que eran tan silenciosas que nunca las sentía durante sus labores. Pero en las noches, las noches eran diferentes. Siwon llegaba y la pasión nos consumía. No puedo evitar ver alrededor de la sala, la cocina y la habitación y no recordar que lo hemos hecho en muchas de esas superficies. Siwon es un amante atento, cariñoso y apasionado. Me hace sentir de una manera tan libre que olvido por completo la manera en la que me he sentido durante las horas en las que lo espero.

Tampoco sé qué pensar acerca de que sabe Siwon sobre mí. Según me había dicho, él solo sabe mi nombre y no ha investigado más acerca de mi vida en Seúl o ahora en Londres y le creo... En pequeña medida pero le creo. No tendría por qué mentirme, ciertamente podría decirme todo lo que descubrió con gran facilidad, pero al parecer no lo ha hecho.

Esta tarde en particular, luego de hablar con Claire y Sooyoung decidí hacer ejercicio en las magníficas maquinas del tercer piso hasta quedar hecha una masa de gelatinas por el esfuerzo. Mantenía un ritmo de ejercicios regularmente porque aunque odiaba hacer dieta, me gustaba tener mi cuerpo lo más tonificado que podía, aparte me ayudaba mucho a desconectar mi cabeza de los problemas del día a día. Al terminar me dirigí al enorme baño, pero en la ducha, me quedé pensando en Siwon y viéndolo en mis fantasías. Haciendo caso omiso de todas las partes adoloridas de mi cuerpo y aquellas que me pedían que me tocara me lavé el cuerpo con uno de esos finos jabones y usé una nueva línea de shampoo para mi cabello que solo el nombre me daba entender que era costoso y eso se notaba. Mi cabello nunca había lucido de esa manera tan saludable. Salí envuelta en una suave bata de baño y encendí el televisor.

Empecé a pasar canales pero nada me apetecía y mucho menos escoger entre el extenso guardarropa algo para ponerme, algo que solo duraba 5 minutos en el momento que Siwon llegaba y terminaba en el suelo.
Subí a la cama y empecé a aplicarme crema corporal. Puse la televisión en un canal de música donde la conocida voz de Zayn y la letra de esa canción hizo que los recuerdos de Siwon volvieran a calentar mi cuerpo e imaginar que mis manos eran las suyas y los recuerdos de las noches anteriores regresaron; la forma en la que me besaba, en la que gruñía y que movía su cuerpo sobre mí, debajo de mí, detrás de mí. Como me había llenado con su cuerpo, el sabor adictivo de sus besos, del salado sabor de su piel húmeda por el sudor. Seguí tocándome recordando la forma posesiva de cómo me poseía, como si alguien fuese a arrebatarme de sus brazos y que nunca más pudiese tocarme.

Con una maldición, me rendí a mi lujuria gritando su nombre, estaba sintiendo los últimos espasmos del éxtasis cuando escuché su deliciosa voz.

-Que hermosa vista.-Abrí los ojos y allí estaba- ¿No puedes aguantarte? -Él caminó hacia mí, se arrodilló en la cama y agarró mi muñeca.

Lentamente y sin decir más, llevó mi mano a su boca para chupar mi dedo medio e índice entre sus labios.
Mientras los lamía, cerró los ojos. Me estremecí por la sensación, sintiendo cada tirón de su boca en todo mi cuerpo. ¿Podría alcanzar el éxtasis de esta manera? Quería decirle que me dejara de tratar de esa manera, indiferente de día, apasionado de noche; pero miré hacia la ventana por un segundo y vi que el sol aún estaba brillando.

Tomó mis dedos mojados y los devolvió entre mis piernas. -Acaríciate a ti misma. Dudé hasta que se quitó la camisa y empezó a salir de sus pantalones, su miembro salió entre sus bóxers completamente duro.

-¿Quieres esto?- susurró y mi cuerpo parecía responder claramente, me estaba derritiendo por él. -Quizá luego, por ahora quiero más de tu sabor.

Agarrando mis tobillos, tiró de mí con fuerza a través de la cama. -Extiende las piernas.
Cuando lo hice, se quedó mirando mi cuerpo, sentí que me ruborizada –Eres mía Bora.
-Soy tuya todo este mes- le dije en tono rebelde, pero él se rió como un niño, aquella risa que me tenía de rodillas –en todo sentido- pero no pude pensar más, él enterró el rostro entre mis piernas, gimiendo contra mi sexo. Una y otra vez su lengua jugó conmigo, él maniobró alrededor para quedar encima de mí y entendí lo que quería y aunque había hecho el sesenta y nueve antes, ansiosamente separé mis labios para él, con una deliciosa anticipación.
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No sé cuánto tiempo había pasado, pero la oscuridad se hacía presente por la ventana de la habitación. Estaba medio dormida cuando Siwon se sentó en la cama y me recogió en sus brazos. Reclamando mis labios, me dio mi sabor, tomando el suyo propio, nuestras lenguas entrelazándose perezosamente.

-¿Puedo preparar algo para cenar?- le pregunté tentativamente. Aunque la señora Dawson cocinaba divinamente, quería preparar algo para los dos, algo para aprovechar la intimidad que estábamos viviendo.
-No, todo lo contrario- dijo dándome una suave caricia en mi mejilla- Prepárate para salir, con todo olvidé lo principal de mi llegada temprano. –Dijo suavemente- vamos a ir a cenar con unos posibles clientes. Quiero que estés elegante y perfecta, quiero lucirte.

Y aquí estaba yo. Me puse un vestido de color claro entre formal y elegante hasta la rodilla que era la imagen que Siwon quería que mostrara esta noche. Cepillé mi cabello para darle volumen y peinado suelto en capas suaves con un par de pendientes que sería el único adorno para verme sobria. Un par de zapatillas que ayudaban a estilizar más mis piernas y un pequeño bolso de mano con dinero en efectivo y mi teléfono.

-Preciosa- dijo Siwon y no pude evitar darle una significativa mirada a su atuendo y decidido que verlo con corbata le daba un toque completamente erótico en vez de aburrido y formal. Me tomó de la mano y depositó un suave beso en ella mientras yo me maldecía por sentirme como la gelatina luego de esa ligera caricia.

Entramos al restaurante y mientras caminábamos a la mesa donde al parecer ya estaban los hombres que Siwon esperaba- Junto a dos mujeres- y entendí que era una obvia salida de trabajo, aparentaríamos una relación delante de parejas posiblemente casadas. Puse mi mejor sonrisa, pero me paralicé al ver una cara familiar... Muy familiar que me sonrió entre la sorpresa y la admiración.

Raj, mi primer cliente.

El cliente - Choi SiwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora