Capítulo 21

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Etapa final

Día 21: Intercambio de regalos.

Llegamos a casa de Siwon luego de que el diluvio se convirtiera en una ligera llovizna. Siwon dejó ver una parte de él que desconocía –aunque está claro que desconozco muchas cosas de él- pero el verlo compartir tiempo con Sooyoung fue maravilloso. Fue divertido y hasta a ratos hacía unos preciosos pucheros infantiles que me hacían sonreír como una tonta enamorada. Nos regresamos luego de que la dejamos completamente agotada de nuestro día de juegos caseros. Claire había llegado a casa y aunque me dolió irme, sabía que debía mantener la mentira para mi hermana, era lo mejor.

Estaba ansiosa por el juego que me había dicho Siwon, pero intenté disimularlo. –Tengo que hacer unas llamadas- me dijo y yo simplemente asentí. ¿Tal vez lo había olvidado? Pensé mientras me sacaba mi ropa para tomar un baño caliente. Empecé a aplicarme el gel del baño cuando la puerta se corrió y Siwon entró mirándome con hambre.
Nos bañamos en silencio, tomándose el tiempo de enjabonar su delicioso cuerpo y con paciencia ayudó a aclarar el mío. Esperé por algún movimiento sexual, pero aunque sus ojos reflejaban deseo, sus manos me mimaban sin demostrarlo. Terminamos el baño y me disponía a tomar una de las toallas pero él aferró su mano a la mía y me llevó hacia el vestidor.
-Siwon, estamos mojando todo- le dije pero me ignoró. Al entrar en el enorme vestidor noté como las luces estaban bajas y el suave olor a incienso llenó mis fosas nasales. –Te dije que íbamos a jugar- dijo soltándome y colocando su cuerpo junto al mío- y tengo muchas ganas de hacerlo- tomó de mi tocador un pequeño frasco. Lo abrió sobre la piel de mi pecho y al tacto era como un aceite que empezó a esparcir sobre mi piel mojada. Mi respiración se hizo más fuerte y me estaba excitando más y más a cada segundo y aún más cuando pasé las manos por donde su rastro había estado antes y con esa misma esencia la pasaba por sus fuertes brazos y su marcado abdomen. –Ven- dijo mientras noté que la silla de mi tocador estaba en la mitad de la habitación. Se sentó allí conmigo en su regazo.
Siwon me besó en el cuello, secando el agua con sus labios, acariciando mi piel lentamente haciendo que me derritiera ante su suave toque. Regresó a mi boca y me mordisqueó el labio inferior, chupándolo con ternura. Cuando él bajó la cabeza, lamió algunas gotas de mis pechos haciendo que arqueara mi espalda. La sensación de tenerlo dentro de mí era demasiado estremecedora, pero luego me levantó sacándome de su miembro tomándome por sorpresa. -Girate dijo en voz baja y lo hice acomodando mi espalda contra su pecho. -Quiero verte mejor. -Agarró su miembro mientras me acomodaba en sus piernas para entrar de nuevo en mí- Mírate- dijo mientras suavemente entraba, haciéndome jadear ante la imagen. Estábamos frente al enorme espejo del vestidor, nuestros cuerpos mojados, desnudos y sonrojados. –Eres mi fantasía hecha realidad, mi pecado y mi redención juntas- dijo y fue entonces cuando sentí como mi piel ardía por donde me había aplicado aquella esencia. –Quiero que ardas por mí como yo por ti- seguía hablando mientras lentamente me movía a un ritmo lento, pausado, seductor- Me miraba en ese espejo, mi rostro estaba sonrojado, mis ojos brillaban con pasión.

Sus manos acariciaban mis pechos, el calor aumentaba y la imagen de verlo entrar y salir de mí era abrumadora para todos mis sentidos. La pasión en el rostro de Siwon lo hacía ver mucho más hermoso de lo que era. Gemí, empezando a temblar, tenía una contradicción, quería explotar pero al tiempo quería que esto fuese eterno. En el espejo, vi mis pechos moverse al ritmo de nuestros movimientos- No apartes el rostro del espejo – me dijo mientras sus manos acariciaban mi piel que cada vez ardía más y lentamente trazaban movimientos en mis muslos. –Nunca podré estar con nadie más- dije y era cierto, la manera en la que me tocaba, la manera en la que me miraba, nadie podría darme todo eso. Un hombre dulce, un hombre excitante, un hombre seductor; todo eso era él y nadie podría compararlo, me había estropeado para cualquier otro. -No necesitas estar con alguien más- dijo con una sonrisa mientras una de sus manos me sostenía desde el cuello y la otra se deslizaba hacia mi sexo provocando un jadeo. –Tú eres mía y yo solo tuyo Bora, entiende eso – lo era, lo sabía pero ¿Por cuánto tiempo? ¿Y si se cansaba? ¿Qué será de mi si eso sucede? Pero no pude hacer más preguntas porque en ese momento el éxtasis me alcanzó y grité pero él no se detuvo. El calor me abrasaba mientras gritaba su nombre frente al espejo y él seguía mirándome fijamente con una sonrisa en sus labios mientras escuchaba como mi nombre salía de su boca cada vez con más urgencia... Hasta que gruñó su liberación. –Yo nunca me voy a cansar de esto, Bora- escuché, dándome cuenta que había formulado todas esas preguntas a viva voz pero antes de que yo dijera algo más su boca tomó la mía en un beso carnal, ardiente y desesperado.
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Han pasado 11 días.

Me he despertado con un dolor incomodo en mi vientre. Me siento en la cama y reviso la hora en el teléfono, son las 3 am. Al ponerme de pie me doy cuenta que ese dolor solo significa una cosa... Mi periodo ha iniciado.
-¿Pasa algo?- La voz de Siwon llega a través de la puerta. Desde el día del sexo frente al espejo nos hemos sentido más cómodos que antes si bien se puede decir. Me ha acompañado a ver a Sooyoung y se ha dedicado a consentir a mi hermanita comprándole tantas cosas que creo que no podría nunca superarlo, pero la cereza del pastel es el enorme unicornio de 2 metros que la verdad aun no sé cómo logramos meter en la habitación. Sooyoung lo ama tanto como a Siwon.
-Vuelve a la cama- le dije algo avergonzada. Este hombre podría verme desnuda todas las veces que quisiera, podría ser atrevida con él, pero el tema del periodo pues... Me daba algo de pena sinceramente.

Terminé mis cosas y al salir estaba sentado en el borde de la cama vistiendo su pijama completa –camisilla y pantalón de chándal- se la había puesto a regañadientes cuando le dije que esa noche no me sentía bien respecto al sexo. Al parecer notó que ya me había bajado -¿Quieres tomar un té? ¿algo?
-Estoy bien- dije rebuscando en mi neceser por mis pastillas contra el dolor mientras él me largaba el vaso de agua que tenía en la mesa de noche que estaba de su lado, tomé un gran sorbo y le sonreí- Gracias.
-Ven- dio golpecitos en el colchón, aún tenemos algunas horas para dormir- me dijo y yo me acomodé con él en la posición de cucharita.- ¿Crees que estarás bien para el coctel?- me preguntó y yo asentí. En la noche habrá un coctel al que Siwon fue invitado, había una exposición de arte también bastante sensual. Estarían allí conocidos importantes para sus negocios así que desde luego iré.
-Estaré bien, he sobrevivido a esto por años- le dije en broma mientras él me abrazaba.
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Como lo había dicho, sobreviví.

Estaba subiendo la cremallera de mi vestido de noche cuando Siwon entró luciendo un traje clásico con corbata negro. Estaba delicioso.
-Estás preciosa- me dijo y sonreí, me había esmerado por arreglarme esta noche. Seguí la sugerencia de Siwon de un vestido color vino tinto, de mangas largas y de escote profundo en la parte delantera con una abertura que hacía notar mis piernas fácilmente. Me dejé mi cabello suelto y me maquillé a conciencia para destacar mis rasgos asiáticos. –Me encanta ver cómo te transformas- Siwon siempre decía que en algunos momentos me convertía en la sexy Alexa. Bueno, esta noche me sentía así.
-Gracias, tú también te ves muy apuesto- le dije mientras le daba una pequeña caja- tengo un presente para ti.
-¡Oh vaya!- exclamó sorprendido mientras abría la pequeña caja, dentro habían un par de mancuernillas de plata con ónices. –Son preciosas –dijo dándome un suave beso en los labios -¿Puedes ponérmelas? –me preguntó y lo hice.
-No pensé que esto fuera un intercambio de regalos, no pensé que sería navidad a principios de mayo- dijo mientras abría una caja para mí con una preciosa pulsera de oro dentro con un par de pendientes cortos- Quería que lucieras algo para la ocasión. –era preciosa, filigrana de delicada elegancia se cruzaban y pequeños dijes en forma de lágrimas hacía que luciera fabulosa con los pendientes de lágrimas de oro. Siwon me ayudó a ponerlas y me miró fijamente. –Seré la envidia esta noche.
-Lo siento, pero eso es algo que debo decir yo- le corregí.
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La exposición se llevaba en el Soho, una zona que daba la impresión de que jamás dormía. El lugar era por su fachada un lugar antiguo pero las instalaciones eran modernas y amplias, cuadros enormes de fotografía erótica llenaba el lugar, y las conversaciones fluían así como el champagne. Entramos y noté las miradas en nosotros pero me agradaba la sensación de que me vieran con Siwon y él lucía orgulloso, pero entonces sentí que algo se tensaba y lo miré directamente.

-¿Qué sucede?- le pregunté en voz baja mientras caminábamos en el interior.
-Quiero que estés preparada, acabo de ver a mi padre y a mi ex - esposa. – me dijo y fue entonces cuando los vi.
-Entonces que empiece la fiesta- susurré.  

El cliente - Choi SiwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora