Capítulo IV: Novata

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Seis años habían pasado desde la muerte de mamá, y lo cierto era que no había día en que no la recordara, no dejaba de cuestionarme cómo sería mi vida si ella se hubiera quedado

Recordaba cómo me esperaba detrás de aquellos panqueques que ya había comenzado a comer. Yo reclamándole por qué no me había esperado, y ella sonriéndome con las mejillas regordetas de comida. Así era ella, y así quería recordarla

Nunca se está lista para decir adiós

Las ramas golpeaban fuertemente la ventana de mi habitación, realmente odiaba el maldito árbol, y es que siempre era el mismo desesperante ruido durante la época de vientos.

Mi cuarto estaba a oscuras, mis ojos acostumbrados a ello me dirigieron hacia la ventana. Más allá de aquel estorboso árbol se alcanzaban a ver las luces del vecindario. Era tarde, las once cincuenta para ser más exacta, y por una vez en eso años agradecí la existencia de aquel árbol, pues había logrado despertarme, miré nuevamente sobre el reloj digital que se encontraba sobre el viejo buro de madera

Dejé la ventana y me senté en la cama esperando los últimos minutos, envuelta en pensamientos

La vida después de la muerte de mamá fue bastante difícil, pero aprendí a vivir con ello, de cierta manera

Obviamente me mudé con tía Alex y Maggie, quienes habían estado conmigo durante el tiempo de duelo. Todo había sido un cambio en nuestras vidas, los primeros meses tía Alex no me dejaba respirar, parecía estar realmente preocupada y me inundaba de preguntas y pláticas motivacionales, en un intento de no mostrar lo que en verdad ocurría. Maggie tuvo que intervenir y puedo decir que fue tía Alex la que no se encontraba bien, puesto que en ocasiones era normal verla con los ojos hinchados por el llanto. Ella nunca aprendió a vivir con la ausencia de mamá y hasta hoy en día era algo notorio

Había regresado a casa durante las vacaciones de invierno, dejar a un lado la universidad por un tiempo me serviría para poder al fin leer la historia de mi madre

Cumplir la promesa había sido demasiado difícil, pero lo había logrado

Estaba aquí, a unos minutos de cumplir los veintiuno

Miré nuevamente hacia el reloj digital, la cual marcaba las doce de la madrugada. Me puse de pie y me dirigí hacia el pequeño baúl delante de mí cama, al abrirlo ahí estaba, lo tome nuevamente como si fuera lo más preciado en el mundo, pero claro que lo era, se trataba de los recuerdos de mi madre

Después de seis años podía abrirlo, encendí mi pequeña lámpara y deslice la segunda hoja del no diario y comencé a leer...

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Agosto 16, 2015

La ciudad parece agradable, no puedo negarlo. Aunque ciertamente comienzo a creer que he decepcionado a Alex en la protesta en contra de mis padres.

Hace dos días que hemos llegado y no he tenido el tiempo de salir de casa, hemos pasado los días arreglando y acomodando... es maravillosa, no tendré que compartir habitación con Alex, lo cual es agradable. Adoro a mi hermana pero es incómodo escuchar sus conversaciones en susurros y tintes pervertidos dirigidas a Maggie, una chica que conoció en línea, aunque Maggie pudiera ser una mujer de cuarenta años aprovechándose de la ingenuidad de Alex. Lo cierto es que mi hermana está enamorada

La mañana era agradable, quería conocer la ciudad y aprovechar mis semanas libres antes de ingresar a la Universidad de Arizona, lo cual sería en pocos días

Alex seguía durmiendo por lo que me aventuré por mí misma

Tomé una blusa abotonada en azul y unos jeans y salí de casa bajo los señalamientos de mamá quien parecía preocupada. No era que Bisbee fuera un lugar tan enorme ni peligroso, simplemente la idea de que me aventurara a lo nuevo despertaba sus inquietudes. Algo típico de mamá

Tomé la bicicleta y me eché andar por la ciudad, de la cual quedé sorprendida era el hogar de una próspera escena cultural del centro. Esa área se destacaba por su arquitectura, que incluye casas de estilo victoriano.

Y me detuve, de golpe. Presenciando el negocio de instrumentos musicales, había pasado las últimas semanas ahorrando dinero para hacerme de una guitarra acústica. Durante el tiempo en Florida, mi amigo James me había enseñado un poco a dominar ciertas notas

Encadené la bicicleta afuera del local y entré. Realmente era unos de los mejores negocios de instrumentos en los que había estado, observé todo a mi alrededor ordenados convencionalmente: viento, cuerda, percusión y eléctricos

- ¿puedo ayudarte en algo? –escuché la voz femenina en el fondo del local

Me giré hacia ella, era una chica probablemente de mi edad por lo que podía notar, me acerqué a ella ajustando mis anteojos. Era linda y parecía simpática, tenía piel apiñonada, sus ojos color avellana y cabello castaño podían llevarla a algún comercial de turismo en Hawaii

-Hola -saludé demasiado animada, más de lo que debería -. Realmente quisiera... adquirir una guitarra

Ella asintió sonriente

- ¿acústica, flamenco, italiana, eléctrica, electroacústica, campesina o rusa? -preguntó aun sonriendo

Había hablado tan rápido que apenas había podido retener algo en mi cerebro

Escuché como la puerta se había abierto, y yo aún seguía pareciendo una novata en aquel lugar

-supongo que acústica -indiqué mientras notaba como alguien se colocaba en mi lado izquierdo

- ¿Fender, Seagull, Larrivee, Jasmine, Taylor, Gibson o Yamaha? -volvió a preguntar

Escuché un suspiro exasperado cerca

No pude sentirme menos presionada que en ese instante, no sabía que era lo que la chica encargada decía ¿desde cuando las guitarras tienen nombres? Bueno, James llamaba a la suya Lucy. Pero la chica no había dicho Lucy ¿o sí?

-Verás, recién estoy aprendiendo -dije dejando mi vergüenza a un lado

Otro suspiro exasperado, no quería detenerme a mirar de dónde provenía aquello. Lo más seguro era que se trataba de alguien con aires de superioridad que por conocer de tal tema yo ya era una idiota

-bien, puedo recomendarte...

-Que busques tutoriales en internet y dejes de quitar el tiempo a Sam -recriminó

Y esta vez sí giré hacia ella, encontrándome con una chica de piel pálida, cabello negro que caía de manera desordenada por debajo de sus hombros, y penetrantes ojos verdes. Llevaba una chaqueta de estilo militar y lentes oscuros encima de la cabeza. Su gesto era de superioridad

- ¿Disculpa? -cuestioné ajustando los anteojos incrédula de lo que estaba sucediendo

Ella sonrió

-lo que has escuchado

-Lena -llamó Sam del otro lado

Pero la chica egocéntrica seguía mirándome

-no nos hagas perder el tiempo y ve a casa -dijo dándome un guiño

La odie en ese instante

-no sé quién te crees que eres ¿pero puedes irte con tu nefasta actitud a otro lado?

Ella elevó una ceja y se acercó a mí

-soy Lena Luthor, y no me iré a otro lado porque este es mi negocio, cuatrojos, igual que la ciudad -dijo en un susurró

Y no solo la odie a ella sino también a Bisbee

Kara Danvers

Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora