Capítulo LXVIII: El Día Que Transcurre

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Puedo sentirme decisiva, puedo simplemente sobrellevar lo que ha estado ocurriendo en las últimas semanas ¿por qué nos complicamos tanto? Las personas simplemente tratamos de ser espectadores de lo que sucede sin ejercer algún cambio en ello, nos hacemos a la idea de que todo puede ser solucionado mientras nos sumergimos en el orgullo transformándolo en un sitio seguro, pero no es más que el comienzo de la creciente cobardía. Nuestra zona segura

¿Por qué simplemente no tomar lo que deseas?

Yo era un punto grande de positividad. Habíamos pasado por tanto que ahora mi único interés y anhelo era tenerla a mi lado nuevamente, no era que eso no estaba en el pasado, simplemente estaba dispuesta a todo por ello, no existían detenimientos, esclarecer todo temor extraño que se colocó en ambas en aquel tiempo doloroso que no había intentado otra cosa más que fortalecernos

No había algún testigo de cómo los nervios acechaban, si bien podía saber qué era lo que quería, también podía sentir la emoción de tenerla frente a mí y que las palabras no pudieran fluir como lo tenía planeado

Lena se encontraba como todos los días dentro de la oficina, la podía ver sumergida en su ordenador mientras la señorita Grant hacia lo mismo, ambas parecían una buena fotografía empresarial. Lo cierto era que pudenta no perdió el tiempo en nuestra distancia, ella se había hecho de un puesto, el más importante del periodismo en toda Florida. La pregunta insistente apareció ¿cómo lo había hecho en tan poco tiempo? Quedé observándola por los próximos minutos mientras intentaba descifrar aquello, ¿se trataba de la importancia del apellido Luthor? ¿Era eso que había influido?, aunque pareciera ser la única explicación no sería propio de Lena

Seguía demasiado atenta a su ordenador. Aquel perfil estaba palpado en mi memoria desde el primer día que la conocí, su concentración la hace ver demasiado llamativa, su rostro serio que puede llegar a confundirse como si en su pensamiento hubiera la intención de querer asesinar a alguien. Lena podía parecer demasiado imponente para aquellos que no le conocían, tal como lo había sido para mí los primeros días en esa habitación de universidad

-Deja de mirarla -me reprimo en un susurro, no es correcto, pero aun así no dejo de observarla, y en realidad no sé cuánto tiempo puedo pasar haciéndolo. Supongo que he sido demasiado obvia, ella mira a mi dirección y al instante bajo la cabeza, avergonzada siento como los colores suben al rostro

-¿Kara? -mi mirada se detiene ahora en Eve quién se encuentra frente a mí

Ella es una sonrisa eterna al parecer, desde el primer instante que la vi no deja de hacerlo, hasta puedo imaginar que su rostro queda entumecido al terminar el día. Es la primera vez que se acerca a mí, al menos directamente, pues las únicas palabras que hemos cruzado han sido "buen día", "hasta luego" y "la cafetera se ha quedado sin filtro" admito que la última ha sido una mentira, solo quería fastidiarla al verle entrar a la sala de descanso con su taza rosada

-Eve, ¿qué sucede? -logro un tono amigable

-Lena -parece que se amonesta internamente-. La señorita Luthor me ha pedido que reserve el lugar donde irían a cenar esta noche

Quedo mirándola más allá de cinco segundos, no había planes para una cena. Mi único plan era caminar sin destino fuera de CatCo mientras la noche anima la plática

-¿cena?

-me ha pedido que haga la reservación donde deseas ir -sonríe al notar mi mente en blanco-. Puedo recomendarte Norman's, es un sitio elegante, quizá logre conseguir una reservación ahora...

Al instante me arrepiento de negarle los filtros, pues parece amigable

-gracias, Eve –agrego y ella sigue con su eterna sonrisa, la veo retirarse mientras lleva su móvil a su oreja

Quizá deba regalarle una caja de filtros en disculpa, eso haré

El día transcurre, parece lento. La señorita Grant hace buscarle un rib-eye, su apetito hoy es fino, recorro varios restaurantes en Florida encontrando al fin aquel antojo caro

-¿algún plan para esta noche, Ke-rha? -pregunta mientras acerco su plato al escritorio

Lena ha desaparecido de su oficina, lo cual no sé si agradecer por la ahora pregunta, no me imaginaba contando nuestros planes frente a ella

-¿necesita que me quedé hasta tarde? -no quería escuchar la respuesta

Vierto un poco de agua en su vaso, puedo darme cuenta que soy funcional como camarera. Niego ante la idea irracional que viene a mi mente

-en absoluto -responde sin agregar algo más

No entendía su pregunta

-si tengo planes, señorita Grant

Me deslizo frente al escritorio para después posicionar mis manos en mi espalda, aquella pose mía como si ahora tuviera que dar una reverencia... tenía que cambiar eso

-Kara -es la primera vez que utiliza mi nombre correctamente, aquello es extraño pero agradable, retira sus anteojos de lectura-. Las personas en ocasiones creen tener el control, al menos creí tenerlo queriendo darle todo lo que no logre tener a su edad

-no entiendo...

No responde inmediatamente, me mira detenidamente mientras parece que su mente se ve ocupada

-erre con facilidad y lo alejó de mí, su padre lo volvió contra su propia madre, yo ahora era una mujer frívola ante sus ojos y jamás volví a saber de él porque así lo quiso

Estaba hablando de Adam

-lamento saber eso, señorita Grant

-Kara, lamento lo que intentó hacer

Quedo un par de segundos en el mismo sitio, ella lo sabe. Y no puedo pensar en otra cosa más que en Lena

-Lena, no debió decirle...

Sonrío quedamente

-fue mi error preguntar si le conocía, su mirada cambio totalmente al cuestionarle aquello -cuenta con un tinte de arrepentimiento-. No la culpes, creo que todos hubiéramos reaccionado de ese modo al recordarlo

Tiene razón, no puedo culparla. Si Lena se hubiera visto en la misma situación mi reacción seria calcada

-¿puedo regresar a mi escritorio? -cuestiono, espero que ella entienda que no quiero hablar de aquel tema más

La señorita Grant asiente y comienza a degustar del rib-eye. Salgo de su oficina con aquellas palabras revoloteando en mi cabeza, ha sido demasiado extraño no poder posicionar aquello en situación

La pequeña conversación permanece en mí el resto de día mientras me encargo de la desbordante agenda de la Señorita Grant.

El último piso se encuentra deshabitado, terminó por apagar mi ordenador para después ir hacia el elevador, el cielo a través de los grandes ventanales obsequian una noche tranquila, mi jornada laboral ha terminado y ahora lo único que puedo pensar es en esa noche donde las palabras buscaran el significado de casi dos meses en distancia. Mentiría si niego estar nerviosa, las palmas de mis manos se sienten húmedas, ajusto mis anteojos y miro mi atuendo, aquella falda plegable de lana con diseño de cuadros color gris, y el suéter color coral de botones, ahora me parecen desatinados. Aliso la falda y peino mi cabello que cae en media coleta.

Puedo hacer esto, me ánimo

Las puertas de acero se abren y ahí esta ella, frente a mí en espera de aquel cubo de metal

-hola -logro decir titubeante, no puedo evitar sonreír

Lena me obsequia una sonrisa de lado, mi favorita. Quiero besarla, pero no sería correcto, aun no. La idea me hace sentir esa sensación de revoloteo en el estómago y creo que vuelvo a tener dieciocho

-hola -su voz en comparación es firme

La noche ha comenzado 

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Dos capítulos este día.

Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora