Capítulo LXXIX: Las Maravillas Del Tiempo

912 157 15
                                    

Noviembre 27, 2018

El amor no duele, al menos me había olvidado que un día así sucedió y aquel dolor insistente de ese tiempo estaba demasiado nublado, me negaba a recordarlo, me había olvidado de los meses de ausencia dónde Lena se había marchado buscándonos un tiempo y dónde se había refugiado durante los años nebulosos después de la muerte de mis padres. Estaba el ahora, sólo aquello importante dónde sostenía la felicidad, aun tenía el móvil entre mis manos con aquella llamada confirmando nuestra cita en la clínica Eve. La cita estaba hecha

-Estás nerviosa

-no -respondí con rapidez casi automáticamente

-no ha sido una pregunta, puedo sentirlo -Lena miró hacia nuestras manos entrelazadas

Hemos estado esperando en el recibidor del consultorio elegante con paredes grisáceas y  cuadros informativos, éramos las únicas pacientes en el sitio mientras la asistente se dedicaba  teclear en el computador caro

-lo siento -limpié el sudor de mi mano en la falda, ella me obsequió una sonrisa tranquila

-podemos hablar de todo un poco para que aquello desaparezca -dijo acomodándose en el asiento-. También estoy nerviosa

-Puede haberlo creído hace dos noches en donde reconocías tu temor a embarazarte, hoy te ves bastante... ¿tranquila? -así era, Lena era toda una sonrisa amable desde que habíamos despertado

-estoy hiperventilando por dentro

-no parece...

-de acuerdo, quizá no sea cierto, pero es diferente -vuelve a sonreír y se hunde en hombros

-¿qué es diferente? Dime -pedí intentando distraer mi mente

-son la clase de nervios que experimentaba antes de subir a un escenario, el querer hacerlo y saber que todo sería grandioso, sé que no puede compararse pero se siente así, estoy a punto de hacer algo que me cambiara la vida por completo y que me ha hecho irradiar de alegría cómo jamás lo imaginé ¿sabes?

Vuelvo a tomar su mano, y vuelvo a ser testigo de lo mucho que amo a esta mujer

-eres maravillosa

-lo soy -dice con suficiencia

Pongo los ojos en blanco y miro el reloj en mi mano

-arruinaste el momento -señalo-. Hemos estado esperando veinte minutos

-es típico de médicos, hacerse esperar a pesar de concretar una hora ¿por qué decidiste elegir la primera hora por cierto?

-tengo un empleo donde no puedo llegar tarde, Lena

-porque quieres, podrías ser editora en éste momento, mejor aún, reportera, así pondrías una excusa cómo cubrir una nota

-no creo que funcione  de ese modo, además, no usaré nuestra relación para escalar, ya te lo he dicho

-serás mi esposa, Kara, es un poco ilógico que permanezcas de asistente

-Len...

-bien, es tu elección después de todo

-gracias

Permanecimos en silencio los próximos cinco minutos, y mi trasero comenzaba a adormecerse, Lena había dedicado su atención en el móvil respondiendo algunos correos, y mensajes a Sam

Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora