Capítulo LVII: Límites

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-si es lo que estoy pensando...

-Lo es -señalé hacia mamá quien sostenía una bandeja con dos tazas servidas, el exquisito aroma a té chai llegaba despertando un poco mi apetito. Ella quedó sin movimiento frente a mí-. Estaré aquí para navidad si así lo desean

-Kara, todo esto está mal -dijo con preocupación

Suspiré. No quería marcharme con una discusión entre ambas, no nuevamente

-madre, mírame -pedí convencida de mis próximas palabras, lo cual podría parecer extraño cuando lo que salía de mí, era lo opuesto a lo correcto-. ¿Cuándo te darás cuenta que ya no soy una niña? he sabido lo que quiero desde mucho antes de valerme por yo misma ¿no te diste cuenta cuando dejaron de pagar mis cuentas?

-Sé lo que eres, Kara, pero no me pidas que vea cómo quieres vivir precipitadamente -su voz era tranquila, no existía aquella intensión de abrumar la situación

-Mis decisiones han sido suyas porque sentía que eso era respeto -solté con sinceridad

Mamá cerró los parpados, quizá con el pensamiento de que yo era un caso perdido, desilusionada en su totalidad

-Aún eres menor de edad -sentenció mi padre desde el sofá, había pasado por alto su presencia detrás del periódico-. Ella es cinco años mayor ¿sabes en qué problema puedes involucrarla?

¿Sus palabras estaban cargadas de intensiones amenazantes? Se escuchaba terrible. No quería creerlo, y si lo hacía ese sería el perfecto motivo para detener mis planes

-Quiero seguir viéndote como mi padre en un futuro -señalé con determinación mientras él descendía el periódico de su rostro

-lo seguiré siendo, Kara -se puso en pie, su rostro se encontraba fruncido y quizá preparándose para uno enfurecido

-Lo sé, pero sabes que no podré perdonarte si esa es tu única manera de retenerme -podía sentir esa clase de fuerza ejercida desde un punto desconocido, dónde la firmeza y la tranquilidad hacían una mezcla en mi interior-. nunca podré entender cuál ha sido el verdadero motivo por el cual nunca me has hecho parte de la realidad en la cual viven mamá, Alex y tú, si decido quedarme estos días o irme me seguirás viendo como el ser más estúpido en la tierra

Quedo mirándome, transformando los segundos en minutos, o al menos eso me pareció. Podía sentir la tensión esparcida en la escena. No deseaba otra cosa, solo el que pudiera comprender lo obvio. Que mi intención no era un arrebato, si la expresión de mis pensamientos acumulados podían serlo para él ¿yo era la equivocada?

-Jamás he pensado que eres estúpida -aquella voz a la que me tenía acostumbrada de repente fue lo más parecido a la amabilidad

No estaba acostumbrada a ello, retrocedí incrédula

- ¿por qué siento que eso ha sido lo más gentil que me has dicho en toda mi vida? -pregunté, no era acusación o al menos no era lo que quería

¡Demonios! sí que era acusación. Supongo que mis padres están tan acostumbrados a creer que no debíamos juzgarlos pero ahora comprendía que podía hacerlo, porque el sentimiento que me había hecho experimentar desde que tenía memoria había forjado la distancia entre padre e hija. No era grato pensar y sentir que no era bienvenida en su presencia

-Jamás ha sido mi intensión -la sinceridad quedo reflejada en sus ojos, aquellos a los que no podía ver directamente en el pasado

No podía esperar algo más que aquellas palabras, sería difícil para él, quizá le era más natural hacerlo con Alex con quién compartía experiencias y gustos en común. Yo solo era la chica parlanchina, abierta como un libro, enredada entre historias demasiado sentimentales para él y la que había evitado cualquier problema cotidiano. Quizá la idea de debilidad era expuesta por aquella sobreprotección que creyeron que yo pedía... quizá.

Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora