Capítulo LXII: Aquel Enero

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diciembre 20, 2015

Las vacaciones terminarían de momento, todo había sido maravilloso en cada hora transcurrida. Un recuerdo de invierno que sobreviviría en nuestra memoria o en alguna fotografía en mi no diario.

Los viajes en carretera eran mi parte favorita, ver a Lena tras el volante cantando a lo alto el coro de Livin' On Prayer de Bon Jovi alejaba a la chica mala de Bisbee colocándola en lo encantador. Quedar varadas a la orilla de carretera porque el lujoso camaro se había puesto caprichoso y más caprichosa era Lena dando un par de puntapiés a la llanta porque su amado automóvil la había defraudado, si, ella lo había dicho

-¿puedes dejar de hacer eso? -pedí tomándola del brazo

-¡míralo, Kara! estamos en medio de la nada

Si, lo estábamos. La oscura carretera de la ruta estatal de Arizona ochenta, estaba desierta. Después de todo el viaje a Tombstone no había sido una maravillosa idea. La noche nos había cubierto y abandonado entre el frió y los sonidos nocturnos

-¡y supongo que golpeando harás que funcione! -sentencié irritada

-me has defraudado -sermoneó entre dientes

-¿en serio? -la irritabilidad se había ido dando paso a la gracia-. ¿le estás hablando al automóvil?

se hundió en hombros mientras sustraía el móvil, transcurrieron un par de minutos mientras la escuchaba dar nuestra ubicación

-cuarenta minutos -dijo en suspiro, cruzó los brazos mientras su espalda quedaba recargada en camaro, me uní a ella mientras la fatiga en mi cuerpo hacía su aparición-. hay que esperar

no sabía cuánto era el tiempo que había transcurrido desde la avería del automóvil ni de los intentos de Lena por hacerlo funcionar

-duerme un poco -dijo con media sonrisa intentando recuperar la serenidad

-no te dejaré sola esperando mientras duermo por los próximos cuarenta minutos

-pasarán rápido

-no lo haré -el bostezo me traicionó en aquella afirmación

-Kara...

-puedes entrar conmigo mientras usamos esos cuarenta minutos para algo que valga la pena -yo era un tazón de buenas ideas

frunció el ceño en confusión

-¿estas proponiendo...?

y si, pasamos los próximos cuarenta minutos en el asiento trasero experimentando diferentes posiciones para el sexo las cuales resultarán cómodas.

Era normal terminar con esa situación en algún lugar inadecuado. En un cubículo de alguna tienda departamental, en un sanitario del bar al que Maggie y Alex nos habían invitado o en su pequeña oficina del club atomic

-increíble -dijo agitada acomodándose a mi lado en medio de la pequeña oficina

-¿debemos detenernos? esto... esto tiene que parar algún día ¿no? -pregunté aferrándome a su cuerpo desnudo-. no podemos tener encuentros en todos los lugares, ¿no crees?

-no lo sé -respondió divertida-. y no quiero que terminen sinceramente

-deberías saberlo -estaba convencida de ello

-¿por qué?

lo último que deseaba era parecer interesada en su pasada vida sexual

-¿tuviste muchos encuentros? -no lo logré

Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora