Capítulo XI: Zona

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Septiembre 10, 2015

Lena era una idiota, no sé cuántas veces había dicho aquello y ciertamente no me cansaría de mencionarlo

Toda ese día después de nuestra discusión, fue lleno de tensión, no nos dirigimos la palabra, ella ni siquiera me miraba, parecía que yo no existiera en esa habitación, no me imaginaba vivir así los próximos cuatro años. En instantes a mi mente vino la idea de mis padres, regresar a Bisbee, era solo una opción, pero sería realmente agotador viajar diariamente, y también sería bastante cobarde regresar con la cabeza gacha porque mi compañera de habitación era una idiota. Tenía que afrontar aquello

Las clases habían comenzado, mis maldito horario era el mismo que ella así que la primera mañana era un caos en la habitación y aún más si pudenta verde ocupaba alrededor de veinte minutos en la ducha

Mi primer clase se trataba de historia de la cultura y civilización, el profesor era un hombre lo bastante mayor para manejar un calva y lo bastante cordial para dedicar todo su módulo en presentaciones y tratar de lograr un vínculo emocional en donde contáramos acerca de nuestros pasatiempos y planes. Ahí pude notar como Luthor era completamente diferente a la idiota que yo había conocido. Hablaba lo suficientemente desenvuelta con un vocabulario elegante y de cierta manera atrapaba con lo que decía. Habló sobre sus influencias en el periodismo y lo que hizo verse interesada en él, su motivo era el mostrar al mundo más allá de lo que era en sí, hablar con verdad y abrir los ojos de la sociedad

Llegó mi turno, lo mío no era hablar en público, así que sólo me enfoque a decir que me encantaría llegar a ser como la formidable Cat Grant

La siguiente clase, práctica periodística. Mas presentaciones y así se fue la mañana

Suspiré, mientras arrojaba mi mochila a la cama, quede sentada en ella mientras mi vista se centraba en sus pertenecías sobre el escritorio que ya se había apropiado aún más

Luthor parecía ser amante de la lectura, y no de cualquiera. Sino de filosofía. Tales obras se trataban de Platón y otras en su mayoría de Friedrich Nietzsche, aquéllos libros perfectamente acomodados, podían dar a notar que ella era demasiado culta al parecer. Después mi vista se encontró con otras obras, Marqués de Sade figuraba en varías. Mi compañera disfrutaba de la literatura violenta y erótica. Negué ¿porque no me sorprendía? Y solo ahí pude imaginar a Lena Luthor, sentada sobre un sillón de piel, iluminada con algún reflector desde lo alto, leyendo aquello con una sonrisa torcida y dando una larga calada a su cigarrillo con gran gozó por el curso filosófico con pornografía, fantasías sexuales y sufrimiento, ya conocido por el escritor

¡Oh, Kara! ¿En qué cosas estás pensando? Deseché en seguida ese pensamiento que había venido sin ningún razonamiento válido

Y ahora me encontraba contemplando las dos filas de discos perfectamente acomodados, aquello tampoco me sorprendió puesto que el aspecto de pudenta verde es bastante obvio, era de esperarse que su música no sería algún hip-hop o pop, pude identificar algunas bandas gracias a los posters de Alex en Florida. Led Zeppelin, The Doors, Pink Floyd, AC/DC, The Cure, Ramones y hasta ahí llegó mis conocimientos, los otros hasta me parecían difícil de pronunciar

Y después quede fija en algo más, me cuestioné el hecho de que el escritorio era lo bastante extraño para su tamaño y figura, y sí me detuve a contemplarlo aún más...

¡Esa maldita! se trataba de dos escritorios unidos. El mío obviamente, y yo con la idea de que la habitación sólo contaba con uno sólo

Me puse en pie, demasiado molesta por tal acto de egoísmo, y comencé a quitar sus pertenecías tratando de dejar libre mi escritorio, después sólo tendría que moverlo hacia mi lado de la habitación, y quizá poner una cinta dividiendo espacios, ¡si, eso haría!

Escuché el tintineo de las llaves para después la puerta abrirse, no me detuve en mi acción, no me importaba desatar la tercera guerra mundial por un maldito escritorio

No hubo ningún movimiento más, la imaginé a mis espaldas con alguna navaja mariposa entre sus manos, lista para atacar por tocar sus pertenecías

-te daré no dos, sino un maldito minuto para justificar el que hayas deshonrado mis cosas con tan sólo tocarlas -su voz era tosca

Giré hacia ella, quién no llevaba ninguna navaja mariposa entre sus pálidas manos, lo cual agradecí, solo se encontraba de pie con los brazos cruzados y mirándome con obvia molestia

-Es mío -señalé al ya desocupado escritorio

-¿tuyo?

Y aquí íbamos, a discutir por un maldito escritorio

-sí, mío -afirmé elevando las manos dando a notar la obviedad

-no eres nadie para decidir que es tuyo en esta habitación, cuatrojos -señaló en un intento de hacerme sentir menos lo cual aumento mi enojo

Aquí estaba en mi segundo día en la universidad perdiendo los estribos debido a Luthor que parecía haber llegado a mi vida para arruinarla

Tomé uno de sus estúpidos discos y la señalé

-¡es mi jodido escritorio! -recalque nuevamente

-¡suelta mi disco, Kara!

oblígame!

-¡eres tan infantil!

-¡tú, una idiota!

-¡y tú tan estúpida!

Oh, nunca me habían acusado de ser aquello

-¡te odio! -el primero que salió de mi boca y lo bastante tembloroso a decir verdad, y ella sonrió con suficiencia al escucharlo

-¿vas a llorar, Kara? -cuestionó haciendo un maldito puchero en burla

Nunca en mi vida había usado aquella palabra en contra, nadie había provocado tal enojo en mí, solo había estado con ella dos días y ya podía sentir que la odiaba lo suficiente para dejarlo en claro

Las emociones en mi voz habían decidido aparecer, y de alguna manera traicionarme con mi voz temblorosa y las mejillas ardiendo por el enojo. Y si quizá quería llorar pero sólo de tal coraje por aquella chica que parecía regodearse por su estúpido apellido

No sé en qué momento un escritorio había desatado tal escena

-¡oh, si vas a llorar! -afirmó con otro estúpido puchero más exasperante. Giré hacia la ventana en un segundo-. ¡No te atrevas!

Y mi impulsividad hizo presencia por primera vez en mi vida, lancé su disco lejos. Volví hacía ella quien ahora ya no me miraba, su concentración estaba puesta hacia la ventana o mejor dicho hacia el disco que había desaparecido de nuestra vista

-¡ahora traílo aquí! -realmente lo había dicho sin ningún filtro, acaba de referirme a ella como si fuera mi mascota

Y esta vez sí me miró, y todo lo que pude notar era irá en su totalidad

-¡pagarás por eso! -señaló con su índice

Acto seguido se lanzó sobre mi tirándome sobre mi cama, la había hecho enfadar. Y no podía importarme menos

Lena había ocasionado sacarme de mi zona, una zona asegurada donde jamas creí salir. Yo Kara Danvers me había metido en una pelea en mi segundo día en la universidad, demasiado irreal. Ahora la tenía sobre mí, intentando desquitarse por mi acción y yo soltando golpes al azar

Pude escuchar la puerta abrirse, y ella fue alejada de mi al instante, ahora tendríamos que enfrentar nuestros actos. Recordé que ella podría salir de aquella situación fácilmente, estaba en problemas... acababa de hacer enojar a la hija del gobernador y a su vez, a la hermana del director




Starlight [Supercorp - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora