Nada

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No sabes cómo quiero tenerte.
Eres una de esas personas
tan adictivas como el tabaco,
hasta tienes su sabor amargo;
no te falta de nada.

No me apartes la mirada,
que estoy leyendo en tus ojos
todas las veces que estábamos
sin estar, y todo lo que sucedió
pero no pudo ser.

Cuántos momentos nos robaron
esos "peros",
y cuántas dudas resolvieron
tus "porqués";
Cuántas locuras hicimos bajo un
"no hay huevos";
Cuántas lágrimas escondían mis
"estoy bien".

Cuánto?
Perdí la cuenta.

Ojalá guardar nuestros segundos
en una botella
de cristal
y pinchármelos en vena
cada vez que note que me faltas.

Supongo que esto es una especie
de venganza,
por dejar que te pincharas
con los cristales rotos
y los pedazos de mi corazón;
en mi defensa diré
que fuiste tú quien no quiso salir.

Déjame darte el beso de Judas
que me delata a mí
como artista
de los cuadros que pinto
en mi cabeza, donde
también soy culpable de pecar,
pero al menos peco contigo.

Puede que no hoy,
ni mañana,
pero esperaré lo que haga falta
para correr otra vez hacia la niebla,
segura de que estás ahí.

Al fin y al cabo,
somos lo que nos queda
por vivir.

O sea, nada.

InfranqueableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora