CAPÍTULO 9

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"Soy un tonto por ti y todas las cosas que haces"






—Veamos —Joel se acomodó y tomó su regalo —, tiene Puzzle, el juego de la serpiente —se encogió de hombros —. Es mejor que no hacer nada... Qué asco apunto el número de Christopher.

—¡Hola! —Erick entró con una sonrisa y escribió lo de siempre en su cuaderno —, ¿Alguna vez sufriste Ciberacoso?

—¿Estamos comenzando nuestra sesión?

—Supongo...

—Bien.

—Pero antes, ¿Cómo estuvo tu día?

—Termine el libro —avisó con orgullo.

Sonrió —Tengo algunos más en casa, podría traerlos.

—Gracias.

—Okay, hoy nos corresponde tu vida a los 18.

—¿Honestamente?

—Sí.

—Fue mi peor año. Salir de la escuela y no tener animo de nada. Un tipo comenzó a acosarme por internet y, y, estuve desesperado hasta el punto de intentar matarme. Bueno, yo estaba medio muerto después de todo.

Miró el suelo sin querer ver la cara de Joel. Se levantó y lo envolvió en sus brazos; después de tanto pudo abrazarlo tratando de transmitirle a Joel que esta para él.

Se quedaron así por lo que pareció una eternidad, aunque fueron cinco minutos.

—Odie tanto los 18 —susurró, sin embargo, Erick no lo soltó.

Fue a las 4 am, un día martes, Joel tuvo un ataque de ansiedad. Comenzó a recordar su infancia y las lágrimas caían frenéticamente. El aire no entraba por su nariz acompañado de un profundo dolor en su pecho, buscó el celular que Erick le regalo y como pudo lo tomó.

"Donde sea cuando sea. Día, tarde o noche. Cuando estés feliz o triste, sólo llámame y estaré para ti"

Con lágrimas aun resbalando por sus mejillas marcó.

La llamada fue contestada al instante.

—Joel —la voz del menor sonaba adormilada mezclada con preocupación.

—Erick —sollozó.

—¿Joel?

—... Tengo miedo.

—Voy para allá.

Intento ser lo más silencioso posible, nadie quería ver a un doctor en pijama corriendo a las 4:15 por el hospital. Abrió la puerta encontrando al chico acurrucado con su respiración agitada.

Él sólo se acercó y tomó su mano —Estoy aquí, Joel —acarició su mano con su pulgar quedándose en silencio mientras el otro comenzaba a tranquilizarse, en sus mejillas yacían ya las lágrimas secas —. Te mostraré algo —dijo y se dirigió hacia un bolso que trajo, de allí sacó un pequeño cachorro blanco y manchas negras en sus patas.

—¿Es tuyo? —susurró.

—Bueno, sí —pareció pensarlo. No era debido admitir que el sábado fue a adoptar un cachorro especialmente para Joel —. Lo encontré en la calle y quise quedármelo.

—Es adorable —acarició la cabeza del perrito.

—Si quieres podría traerlo algunas noches.

—¿Harías eso por mí?

—Te hace feliz y para mí ya es suficiente.

Joel no pudo evitar sonreír y sonrojarse.

La forma en la cual Erick lo trata le hace confundirse. Cuestionarse tantas cosas, nunca nadie se portó tan atento con él.

Erick actúa como si estuviera enamorado de él.

¿Por qué alguien se enamoraría de él?

Era algo imposible de imaginar.



muerto || joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora