"Aún me pones nervioso cuando caminas por la habitación. Las mariposas cobran vida cuando estoy cerca de ti"
—Es que aún no lo creo.
—No estudié carrera doble para soportar esto.
—¡Voy a renunciar!
—Chris no me interesa que el paciente te haya vomitado encima —apretó los dientes, venía escuchando la misma historia hace minutos —. Tengo una sesión con Joel, así que deja de molestar.
—Parece que tendrás que ver a tu noviecito más tarde —burló. El chico ni siquiera sabía que el doctor y el paciente eran novios hace tres semanas, sin embargo, le gustaba fastidiar.
—¿Eso por qué?
—Ha estado con una chica dentro hace 45 minutos.
Oh, querido Christopher, tú quieres ver el mundo arder.
—Las visitas de Joel son solo de veinte minutos, Chris te lo repetí miles de veces.
—Ya no te enojes —rodó los ojos —. Solo entra y sácala —comentó antes de despedirse con un ademán—, y cuida esos celos.
Rodó los ojos; sabía de qué chica se trataba. La misma chica que llamo bebé a su novio. Erick aún no tenía la oportunidad de hablar con Joel acerca de ella, tampoco Joel daba alguna explicación.
Tomó la manija de la puerta, estaba a punto de girarla cuando la chica salió con una sonrisa.
—Ya me iba... Doctor. Lo siento si fue demoroso, pero el tiempo con Joel pasa volando.
No se resistió.
—Quien quiera que seas, no puedes venir a la hora que se te plazca para eso hay horarios —siseó en voz baja, la chica estaba a punto de responder cuando continúo —. Mi corazón está atado con el de Joel, y nadie, ni siquiera tú va a cambiar eso.
Y con aquello basto, para que la hiciera a un lado y entrar a la habitación.
—¡Hola!
Joel sonrió —Hey, ¿Qué tal?
—Oh, nada interesante —se acercó dejando un beso sobre sus labios, estuvo a punto de separarse cuando Joel profundizo el beso, Erick se desconcertó, sin embargo, lo correspondió de la misma manera —. Sé que me odiaras por esto, pero hoy tenemos otra sesión —avisó al separarse, Joel bajó la mirada, hace semanas no tenían sesiones y el mayor pensaba que no era necesario —. Recuerda que en cuanto más le hablas a alguien sobre tus problemas, más ligero te sientes... Entonces, algún día podrás seguir feliz.
—Yo estoy feliz cuando estoy contigo.
Erick se esforzó para no sonrojarse y comenzar de una vez —Vida a los 19.
—Fue peor que los 18 —dijo finalmente después de diez minutos de silencio —. No volvieron a meterse conmigo, pero mantuve mis emociones dentro. No creía que alguien quisiera escucharme; fui miserable lo único que pensaba era cómo iba a suicidarme y que nadie me encontrara.
—¿Qué más hiciste?
—Recuerdo que comencé a ir a la iglesia. Me recomendaron orar.
—¿Todavía oras?
—A veces. Solo a veces, siento que Dios me odia por eso deja que esto me suceda —hizo una mueca —. Comencé a salir más.
—¿Tuviste amigos?
—No, solo eran personas con las cuales salía. Hasta que comencé a decaer, fume mucho más y lo único que recuerdo es que años después caí aquí.
Sus ojos se encontraron y vio como Joel hacia el intento de no llorar.
—Voy a morir.
—Lo sé.
—No podré estar contigo —su voz se mantenía seca, aunque se veía la gran amargura —. Estaba tan asustado de enamorarme de ti Erick. Estaba asustado porque sucedió sin que yo lo supiera y me sigo enamorando más.
—Tranquilo —susurró antes de abrazarlo, sus brazos cubrieron al mayor aferrándolo posesivamente a su cuerpo.
—¡No puedo evitarlo! No quiero pensar en eso, pero lo hago. Quiero un milagro, quiero mejorar.
Ambos cerraron sus ojos fuertemente, Erick acariciaba su espalda con amor en un silencio difícil.
—¿Cómo lo haré Erick? ¿Simplemente acostarme y morir?
No supo exactamente qué respuesta dar a tal pregunta; así que solo presiono sus labios contra los del otro.
—Te quiero, Erick.
Sus palabras enviaron una emoción a través del cuerpo del menor, y a pesar de que fuera increíble besar a Joel, cada soplo de su aliento y caricias volviéndolo loco tuvo que separarse.
—Uh, Joel, ¿Quién es la chica?
—Bueno... Ella estaba enamorada de mí en la escuela, se podría decir que era la única que se preocupaba por mí, aunque sigo sin creerlo. No supe de ella hasta hace unas semanas —explicó restándole importancia —. Al parecer mi madre le dijo dónde estaba.
—¿Entonces no son nada?
—Creo que puedo llegar a verla como mitad amiga, pero la verdad es que no me interesa. Le dije que no era necesario que venga, siempre ha sido una testaruda —rio.
Erick asintió y volvió su cabeza hacia una pequeña caja escondida. Tenía pensado dársela en la noche, pero dadas las circunstancias; Erick mostró el regalo que tenía para su novio.
—Te traje algo.
El rostro del mayor se ilumino —¡Acuarelas!
—He oído que pintar con acuarelas ayuda a la relajación. Tómalo como una parte de las sesiones.
—Siempre quise pintar con esto —besó su mejilla —. Gracias.
Erick sonrió y aclaró su garganta luchando imposiblemente contra el sonrojo —Tengo que ver a otros pacientes. Vendré en unas horas —por último, le entregó el cuadro para pintar junto demás útiles.
Joel observó maravillado el cuadro; tenía tantas ideas que plasmar.
Él decidió pintar un paisaje pensando en cierto joven de ojos verdes; porque Erick es su todo. Su estrella, su cielo, su universo.
