"Te veo desde un diferente punto de vista. Siento que es demasiado bueno para ser verdad, encontré mi pieza faltante"
—Entonces, ¿Cómo estuvo él? —preguntó Chris con cierta preocupación en su voz lo que le dio a pensar por qué Joel lo odia tanto.
—¿Bien?
—¿No lo hiciste llorar, cierto?
—... No.
—Vamos, Brian, deja las respuestas cortas y cuéntame.
—Lo siento, pero no puedo compartir información personal de mis pacientes —respondió con una pizca de humor.
Christopher lo miró expectante, se cruzó de brazos entonces Erick rodó los ojos y declaró:
—Bien, Joel está completamente depresivo.
El día transcurrió con normalidad. Dieron las cuatro de la tarde cuando Erick se preparaba para ir a visitar a Joel, después de todo él y Chris habían acordado dos sesiones por semana.
—¿Cómo va tu día?
—¿Qué más podría hacer encerrado? —respondió con ironía, pasaron segundos de silencio cuando volvió a hablar —. ¿Qué haremos hoy, Doc? —sonrió con diversión.
—Erick, puedes llamarme Erick —murmuró antes de tomar asiento y escribir la fecha de hoy —. Uh, hoy hablaremos de tu vida a los diecisiete — leyó lo que Christopher le había indicado.
—Bueno... No conocí a nadie en ese tiempo, así que simplemente me quedé solo. El primer día de clases la maestra nos llevó afuera y nos dividieron en grupos, y yo me quede en un rincón.
—¿No conocías a nadie?
—Sí, el chico el cual te conté, pero me trataba como un completo desconocido.
—¿Qué más paso aquel año?
—Comencé a mentir.
—¿No que todos lo hacemos?
—Lo hacía cada día... Y comencé a fumar marihuana —rio un poco.
—Marihuana...
—Estoy mintiendo —rodó los ojos antes de reír —. Aprendí a mentir muy bien, hasta el punto de ocultar completamente mi dolor... Pero ahora solo, quiero terminar con todo esto.
—¿Qué acabas de decir?
—Quiero terminar con todo esto —susurró.
—No voy a dejar que lo hagas —negó mirando fijamente los ojos del otro —. Has llegado hasta aquí, has luchado, sería muy estúpido rendirte ahora.
—¿Me llamaste estúpido?
—No.
—Pero dijiste...
—Sé lo que dije, mira Joel, estás aquí respirando, luchando. ¿Por qué rendirte ahora?
—Porque sería más fácil —se encogió de hombros —. Solo deseo que todo esto sea un mal sueño, que al despertar no me sienta inútil, no sienta dolor. Quiero salir de aquí y comenzar de nuevo — habló con su voz cargada de rabia y tristeza, sus ojos se cristalizaron, sin embargo, no lloro, como antes dicho, Joel sabía perfectamente en qué momento caer —. ¿Por qué es tan difícil ser feliz?
Erick lo observó detenidamente, comprendiendo perfectamente el dolor del otro.
—Porque, tú y yo no somos unos príncipes. No vivimos en la ficción. Somos seres humanos viviendo la cruel realidad.
Cayeron en un silencio rotundo, difícil. Erick le dio una sonrisa y se levantó dispuesto a irse dando por terminada la sesión del día.
—Erick —llamó casi con su voz inaudible, el nombrado se giró y casi no pudo creer en las palabras que vinieron después —. Gracias.
Sonrió y sin pensar una respuesta dijo: —Siempre para ti, Joel.
