Capítulo VI

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By Tom

Voy por toda la universidad buscando a Gustav. Hoy cuando me levanté para ir a la universidad, era un día como todos los demás, pero en el momento que salí de la ducha y me paré frente al espejo, vi mi reflejo y había algo diferente en el, algo que había notado desde hace unos días, pero que no supe lo que era o al menos no me había dado cuenta hasta esta mañana. No vine a la universidad por buscar en toda mi habitación y en toda la casa; le pregunté a Kevin, Celeste y todos los trabajadores si habían visto mi cadena, la que me regaló mi madre.

Y hace como una hora se me vino la brillante idea de que quizás fui tan imbécil y la dejé tirada en la puta fiesta del viernes, el problema es que ya estamos en un puto jueves… ¡JUEVES!, han pasado seis días, seis días en los que ni siquiera sabía que la había perdido.

Y por suerte o por desgracia es hora de almuerzo, no logro encontrar a Gustav, ya llevo como quince minutos dando vueltas y vueltas, preguntando a uno y otro. ¿Pero dónde estás Gust…

—Gus —Se voltea al escuchar su nombre.

—¿Tom? —dice con la boca llena.

—Tienes que ayudarme.

—Está bien, dime.

—Tengo un maldito problema. ¿Recuerdas la jodida cadena que llevo siempre y tiene forma de hoja? La que te mostré solo una vez. No la encuentro y no sé desde hace cuanto. ¿La has visto? ¿Soy un maldito con suerte?. —Me quedo esperando hasta que niega con la cabeza y suspira.

—Lo siento Tom, sé de cuál me hablas, pero no la tengo y no la he vuelto a ver desde que me la mostraste —responde poniendo su mano sobre mi hombro a modo de consuelo—, pero yo te ayudaré a pensar donde puede estar ¿Bueno?.

—No importa. Esa mierda ya debe estar en la basura.

—Vamos Tom, no digas eso. Déjame ayudarte, entre Andreas y yo podemos echarte una mano. ¿Es tu mejor amigo, no? No puede negarse.

—Bien. Mira quizás la dejé tirada en la fiesta de tu amiga esta… —Trueno los dedos como si eso pudiera ayudarme a tratar de recordar—. Joder, no se me viene el puto nombre.

—¿Mía? —pregunta dubitativo.

—Sí, como se llame. —Tomo una papa frita del almuerzo de Gus y la meto a mi boca.

—¿Te besuqueaste con ella y no recuerdas el nombre? —pregunta burlón—. Y deja de comerte mis papas.

—Joder, no hago listas con las que morreo, eh y no necesito saber el nombre cuando nos toqueteamos —explico arqueando una ceja y tomo un puño de papas antes de que Gus aleje su comida de mi alcance—. Y solo había tomado una, no exageres. Pero ahora te jodes —digo mientras meto varias papas a mi boca de las que había tomado.

—Bueno, bueno. Ya entendí. Igual puedo preguntarle si vio una cadena por ahí tirada —responde resignado viendo como me las como—. Mira, ahí va. Tienes suerte eh, Tom.

Se levanta y se acerca a ella. Comienzan a conversar un poco; no logro escuchar nada, pero Gus voltea a verme seguido de ella. Un pequeño grano de esperanza se asoma a mi pecho y desaparece al instante cuando ella niega con la cabeza.

Sé que era muy importante aunque ella no me lo haya dicho con palabras. Y ahora la perdí.

Gustav se acerca a mí para disculparse y decirme lo que ya sé, me promete que seguirá buscándola y preguntará a los que él haya visto en la fiesta.

Te amaré por siempre (Twc NR)Where stories live. Discover now