Capítulo II

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By Tom

—¡Andreas! ¿¡Por qué no me dejas terminar de golpear a ese hijo de puta!?.

—Tranquilízate, en realidad no estás molesto con él, solo estás alterado.

—Si que estoy molesto con él y sabes muy bien que yo soy así, deja las mariconadas —digo molesto.

—Tú déjate de idioteces. Ya, vamos a detener esa hemorragia de la nariz —responde suave— acabas de llegar, no quiero pelear Tom.

Luego de escuchar esas palabras, respiro profundo y trato de tranquilizarme. Nos conocemos desde que teníamos cinco años y no nos hemos separado desde entonces, pero el año pasado me fui de intercambio a estados unidos para estudiar mi segundo año de la universidad, estudio negocios porque mi padre quiere que tome el control de su empresa y por mí está bien, pero ahora hizo un trato que me involucra el cual me quiere obligar a cumplir y que por supuesto, no estoy de acuerdo y no lo pienso aceptar, solo por esa razón hizo que regresara a Alemania. Ahora estoy aquí, furioso por todo este problema, sangrando por la nariz y al parecer me desahogué con un pelinegro, aunque si me dio buenos golpes el cabrón.

Le doy la razón a Andreas y le digo que lo llevaré a su casa. Comenzamos a caminar hacia mi auto que está parqueado a unos metros de ahí, dejé a alguien cuidándolo. Solo me lo traigo cuando tengo que dejar mi hermoso Cadillac Escalade en la calle de esa manera porque está hermoso y por favor, quién no querría robarlo. Soy un aficionado a los autos. Tengo tres, pero no me parecen suficiente. Mi sueño es tener mi propia colección.

Entramos al auto después de que quité el seguro y le digo al guardia que se vaya a los asientos de atrás, a mí me gusta conducir, no que me lleven y menos que toquen mis autos.

Voy conduciendo con una mano, en dirección a casa de Andreas ya que me estoy cubriendo el sangrado de la nariz con una camisa que tenía aquí en el auto, aunque ya solo esté goteando poco, pero Andreas me insistió. Le dije que no lo necesitaba, pero no me escuchó. Luego de llegar a su casa me pidió que pasara porque me iba a curar los golpes, pero me negué y después de una discusión que al final yo gané, nos despedimos y me marché a casa.

Cuando llegamos, le dejé el auto a Kevin (el guardia/chofer), para que lo llevara a guardar junto a mis otros dos y yo entré. En el pasillo de entrada justo cuando estoy cerrando la puerta escucho a mis padres hablar. Mierda, creí que ya estarían dormidos.

—Tom, ven aquí ahora mismo —Escucho que dice mi padre y la voz parece provenir del salón.

Gruñendo me dirijo hacia las escaleras porque no pienso ir hacia allí.

—¡No me ignores jovencito! —Se le nota en la voz que comienza a enfurecerse, pero me importa poco y comienzo a subir los escalones.

—Cariño por favor, queremos hablar contigo ¿Puedes bajar un segundo? —Escucho de una dulce voz a la que no puedo negarme, es a la persona que adoro con toda mi alma, a la que me ha apoyado siempre, mi madre.

Cuando regresé del intercambio hace tres semanas, aparte de que me enteré sobre ese acuerdo, también de algo horrible que hizo que me quebrara y es que mi madre está enferma, pero aún no me han querido dar detalles sobre eso.

Suspiro resignado, me doy media vuelta y bajo los dos escalones que había subido para ahora dirigirme al salón.

—Bien ¿Que ocurre, má? —digo entrando al salón, ni siquiera volteo a ver a mi padre. Ella está sentada sobre el sofá, mi padre parado con los brazos cruzados a un lado de la chimenea.

—¡Oh por Dios Tom! ¿Que ta ha pasado? —pregunta mi madre tan sorprendida que abre los ojos como platos y se cubre la boca con su delicada mano.

Te amaré por siempre (Twc NR)Where stories live. Discover now