By Bill
—Sí Georg, lo sé. No te preocupes. Estoy bien. No, no necesito distraerme. No hay depresión en mí, no estoy muy animado, pero nada a ese punto. Sí, lo prometo. —Georg sabe todo lo que ocurrió hace una semana con Tom y ahora cree que entraré en depresión. Solo está preocupado—. Sabes que no me gustan las fiestas. No te preocupes, si lo veo lo ignoro y ya está, hago como si no estuviera —susurro lo último por si hubiera alguien cerca—. Bueno, me tengo que ir. Ya tengo hambre, iré a ver si hago algo. Sí sí, adiós.
Llevábamos como dos horas hablando, y lo peor es que era de lo mismo, Geo no paraba de hablar sobre como Tom es un imbécil, un idiota, un cabrón, una mierda y todos los adjetivos despectivos que existan; agradezco la preocupación de Geo, pero no pienso decirle como me siento, además, Tom estaba en su derecho de mandarme a la mierda. No se le puede obligar a alguien a querer, y yo no voy a obligarlo, aunque quisiera no podría.
Claro que no estoy bien, pero aún puedo respirar, significa que aún puedo seguir viviendo, aunque una vida nada placentera. Igual colgué porque en serio tenía hambre.
Solo espero no encontrarme a Tom en el camino, no quiero verlo ni en pintura, no tengo los cojones para hacerlo, aún no podría verle al rostro después de haber sido rechazado, es un poco humillante ya que me abrí a él y ni le importó, y ahora, Gordon está tan deprimido que me da lástima, aún no ha superado la muerte de Simone, no ha querido salir de su habitación. Quizás paso por allí y le llevo algo de comer. Igual solo quiero preparar algo rápido y me regreso a mi cueva de mierda.
Me asomo a la habitación ahora solo de Gordon y le doy unos toquecitos a la puerta. Al no obtener ninguna respuesta decido entrar a rienda suelta.
La habitación completamente oscura, las ventanas tapadas con cobertores de camas, de las gruesas, así evitar cualquier rayo de luz que quisiera asomarse. Camino a tientas por la pared para encontrar el interruptor y lograr ver algo. Cuando se enciende, lo primero que veo es el desorden total de esa habitación. Ropa sucia por todos lados, platos donde debió comer noches pasadas, hasta veo restos de lo que cenamos la semana anterior, luego poso mi vista a Gordon tirado en su cama muy demacradao. Despierta en el momento que la luz es encendida, se remueve en la cama encandilado.
—Señor…
—Ya te he dicho que no me llames señor —musita algo severo. Se restriega los ojos somnolientos—. ¿Qué necesitas, Bill?.
—Solo quería preguntar si no quería algo de comer. Iba para la cocina y pensé en usted. —Hace un pequeño chasquido con la lengua como irritado, creí que me mandaría a comer mierda, pero no.
—Claro, Billy. Gracias. —Y da media vuelta para acurrucarse de nuevo. Yo sin decir nada más, decido salir y bajar a preparar lo que sea que vaya a hacer.
A ver, a ver. Algo fácil y rápido para pirarme de la realidad lo antes posible. Antes de entrar a la cocina alguien sale de ahí, encontrándome con la menos ansiada, con la persona que no quería volver a ver y que no debo molestar de nuevo. Tom…
Solo le lancé una mirada furtiva cuando pasó a mi lado, así ver ese perfil perfecto, esa quijada tan masculina. Joder, cálmate Bill. No le mencioné palabra y solo sentí un horrible peso sobre mí, comencé a sentirme como hace una semana, lastimado, destruído al ver su risa burlona al atraparme viéndolo a escondidas. Agaché mi cabeza con resignación. A él le importa dos hectareas de mierda como me siento por él. Podría entender si solo no quisiera algo conmigo, pero reírse de mis sentimientos es más hiriente que cualquier otra cosa. Esa sonrisa tan descarada me sacó de quicio, yo solo quiero quedarme en mi habitación y no salir de ahí por un rato. Había tomado el valor hoy, después de una semana de solo ir a la universidad y regresar a mi cuarto. No vi a Tom una sola vez. Desde ahora me iba caminando a la Uni, algo que no me molesta. Caminar es como la salvación, me encanta sentir el aire azotándome con delicadeza, o los rayos del sol alumbrando la oscuridad de mis pensamientos, las estrellas y la luna iluminando el camino por el que voy. Y justo hoy que me sentía medianamente bien quise salir un momento ¿Y para qué?, Solo para que Tom me destruyera de nuevo lo poco que había mejorado.
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Te amaré por siempre (Twc NR)
FanficTwincest no relacionado. Toll. Bill Kaulitz y Tom Trümper son dos jóvenes de veinte y veintiún años, hijos de los dos más importantes empresarios y dueños de las dos compañías más grandes de Alemania, pero un trato entre estos empresarios hará que l...