Te amaré por siempre (Twc NR)

Capítulo X

Hola
No quiero molestar, pero antes de leer este quiero que por favor revisen si ya se leyeron los anteriores y si por alguna razón se los saltaron entonces no hay problema. Solo eso era. Disfruten.

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By Bill

Ya pasaron dos días luego de esa cena. Tom no respondió, no dijo ni una sola palabra, solo dió media vuleta y se marchó. Me dejó ahí muy confundido ¿Qué había pasado? Solo se fue y no supe que pensaba, si estaba de acuerdo o en contra. Si me hubiera dicho que le daba asco y que no quería saber de mí, me hubiera resignado, mataría cualquier esperanza que se alojara en mí, porque sí, lo acepto, me gusta Tom, me gusta la persona que me apoyó y ayudó en ese momento tan crucial, tan horrible; si me hubiera dicho aquello al menos tenía una respuesta, algo que me impidiera seguir pensando en él, pero no, no me dio nada y ahora no sé si seguir o retroceder, estoy varado en medio de un dilema.

Es sábado por la mañana y decidimos pasar todo el día con nuestra madre. Carlos nos está llevando al hospital (Diego y a mí). Mi padre y Dolores solo han llegado ciertas veces a casa para tomar una ducha o llevarse ropa limpia ya que nuna se van del hospital. Al llegar subimos hacia su habitación la cual conocemos de arriba a abajo, de pies a cabeza; las enfermeras nos saludan en los pasillos, algunas aman a Diego y lo cuchichean. Yo no sé que le ven porque tierno e inocente pero ni de broma.

Al abrir la puerta cientos de susurros comienzan a escucharse, pero todo queda en silencio y dejan de hablar de golpe cuando se dieron cuenta de nuestra llegada. Otra vez con los secretos, comienzo a sentir ira recorriéndome; quiero golpear algo. Pero tal pareciera que Diego no se da cuenta del repentino silencio y si lo hizo no le importó porque corrió y se le tiró encima a mamá; la abrazó muy fuerte, todos reímos con su actitud de niño. Yo me acerqué a ella y le di un tierno beso en la frente. Mi enojo se desvaneció al verla postrada en esa cama.

—Hola mamá —saludo tiernamente—. ¿Cómo seguiste?.

—Bien hijo, no tienes que preocuparte. Cuando salga ya estaré mejor, pero la herida por supuesto tardará meses en sanar —comenta con un tono de voz muy desganado—, pero por suerte o por desgracia para mí, estaré en una silla de ruedas, así que no haré mucho esfuerzo. Creo que tiene su lado positivo. —Muestra una gran sonrisa, pero que refleja tristeza. Sé que para ella debe de ser difícil todo esto, pero no quiere preocuparnos—. Por cierto Billy, no creas que se canceló tu fiesta de cumpleaños —comenta burlona—. Todo sigue en pie.

—¿Por qué? —pregunto extrañado—. Sabes que no quiero una enorme fiesta.

—Porque tienes que conocer a Tom Trümper —responde haciéndolo sonar algo obvio.

—Mamá… ya nos conocemos —Ruedo los ojos y tomo el control para encender la televisión—. Así que no es necesario ¿Bien?.

—¿¡Qué!? —responden todos al unísono, mi padre me ve con los ojos muy abiertos, Dolores me ve con el ceño fruncido y mi madre tiene ambas cejas arqueadas.

—¿Por qué se asustan? —pregunto ingenuo.

—¿Cómo lo conociste? —pregunta Dolores evadiendo mi pregunta.

—En un bar —digo encogiéndome de hombros.

—Cuéntanos la historia, queremos saber hijo —pide mi padre un poco burlón.

Suspiro resignado; si no lo cuento ahora seguirán insistiendo. Comienzo a contarles todo desde el principio hasta hace dos días. Al terminar nadie dice nada, yo solo camino para sentarme al sofá y tomar unas galletas que hay en un tazón en la mesa, hay diferentes clases de comida chatarra que Diego trajo, como estaremos aquí todo el día, trajo como distraerse.