Capítulo XI

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By Bill

Estoy frente al espejo contemplándome. Llevo una camisa blanca de cuello en V metida en el pantalón negro ajustado; un saco del mismo color con mangas de tres cuartos, maquillado intensamente porque así es como me gusta y varios anillos y brazaletes.

Hoy es el día de mi cumpleaños, ya pasaron dos semanas desde que Tom me contó su plan y una desde que mamá salió del hospital.

Ella ahora anda en silla de ruedas, papá arregló la casa para que fuera fácil para ella moverse y ahora una enfermera reside con nosotros para que siempre esté al pendiente.

Hoy vendrá la familia Trümper; se supone que hoy se hará oficial nuestra forzada relación. En realidad no estamos en ninguna relación, quizás sería condición. No quiero esto. Antes pensaba que sintiendo sería mejor, pero ahora que sí siento algo por él es peor, porque no soy correspondido. Yo sé que no podría pasar nada entre nosotros. Lo sé, pero sigue mi insistencia de que algo pase.

Bien puedo considerar que el pedido de Tom es más como un favor de hombre a hombre o al menos eso quiero pensar. Le pedí a Tom que invitara a Gustav y Andreas. No soy alguien de tener muchos amigos, en realidad Georg es mi único amigo y bueno ¿A ellos ya podría considerarlos amigos?.

No sé que pasará luego de esto.
Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no noté que alguien había entrado a mi habitación. Logré divisarla por el espejo.

—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? —pregunto confundido al voltear a verle. Ella se adentra haciendo girar las ruedas de la silla para avanzar.

—Que guapo te ves, hijo —comenta sonriendo.

—Mamá no debes andar tu sola, todavía tienes que reposar esa herida.

—Ay no seas ridículo. Tranquilo Bill. —Agita su mano al aire indicando que mi comentario fue tonto—. En realidad venía a decirte que ya llegaron todos.

Papá se acerca a la puerta y asomando la cabeza me pide que me apresure, entra y toma la silla de mi madre para desaparecer después.

Los nervios comienzan a traicionarme a medida que el tiempo pasa. Escucho como el tic toc del reloj me golpea la cabeza avisándome que es momento. Decidido me propongo a cambiar esta personalidad débil que apareció hace unas semanas, igual todo esto solo es un puto favor que le hago a todos. A mis padres por razones desconocidas y a Tom. Debería ser más egoísta.

Salgo de mi habitación y con miedo de algo que desconozco tomo camino al primer nivel. Bajo las escaleras preparándome para lo que a continuación viene. Mientra bajo escalón por escalón todos me voltean a ver al unísono. Nadie me quita la vista de encima. El último lo bajo tan lento sorprendido por tremenda atención mientras veo los rostros de todos estupefactos a mi persona. ¿Qué tengo en la puta cara?.

Está Georg, los padres de Tom, Gustav, Andreas y al fondo de todos está él con las manos dentro de los bolsillo del pantalón de su traje. Se ve extremadamente apuesto con ese traje azul marino.

Uno por uno se acerca a felicitarme y yo solo sonrío por cortesía.

—Que guapo eres muchacho. —Escucho de la que creo es madre de Tom. Es una mujer muy elegante, anda en bastón, pero eso no le quita la presencia que irradia.

—¿Simone? ¿Cierto? —pregunto estrechando su mano.

—Así es. No creí que fueras tan guapo. —Ríe dulcemente. Le sonrío a modo de agradecimiento un poco ruborizado por sus palabras.

—Ya Simone, lo avergonzaste —reprende el que por obviedad es el padre—. Soy Gordon. Mucho gusto.

No pude evitar reírme por tan simpáticas personas interrumpiendo la pequeña discusión que tenían entre ellos. Ambos me felicitan con un gran abrazo y se hacen a un lado dejándome ver a Tom detrás de ellos.

Te amaré por siempre (Twc NR)Where stories live. Discover now