Te amaré por siempre (Twc NR)

Capítulo XIX

Ok, lo sé, lo sé. Hoy si me he tardado demasiado, pero el tiempo libre ya no existe para mí okno jajaja, en realidad me he puesto a leer muñeco y por eso no tengo tiempo. Sorry, pero ya vine con nuevo cap, y habrá nuevo en El Sin Nombre muy pronto también para los que estén leyendo ese jaja.

Bai.

By Bill

¿A donde ibas tan apresurado, Bill? No pudimos seguir hablando.

¿Por qué tengo que decírtelo?.

¿Por qué tan a la defensiva? Bueno, no quieres decirme. Podemos cambiar de tema.

—¿Con quién tanto mensajeas, Bill?. —Levanté mi rostro del celular y la dirigí a Georg el cual estaba conduciendo. Ibamos para su casa, me había mandado un mensaje para que saliéramos, pero el muy idiota olvidó que hoy era el cumpleaños de su madre. Así que pasaremos a comprar un pastel antes que nada para celebrarlo todos juntos. Sus padres son como míos también, los conozco desde siempre.

—Con nadie.

—¿Con nadie? —preguntó arqueando ambas cejas—. Tu jodido celular no ha parado de sonar y tu inmediatamente respondes. No me vengas con gilipolleces. —Rodeé los ojos incapaz de mentirle, ya que había sido demasiado obvio. Mi celular volvió a sonar, Georg volteó a verme con autosuficiencia por haber dado en el clavo—. Somos amigos, puedes decirme.

Abrí el mensaje ignorando momentaneamente a mi amigo.

¿Tienes novio? Jajaja no me mates, es un tema diferente.

Curvé la comisura de mi labio en una media sonrisa. Elián era alguien simpático y estaba demasiado guapo, al punto que llama la atención por su apariencia extravagante natural. Me daba curiosidad.

¿De donde eres?.

Respondí su mensaje evitando sus preguntas tan directas.

—No me ignores, Bill. —Me había olvidado por un momento de Geo.

—Lo siento —respondí haciéndome el inocente—. Bueno… alguien nuevo entró a la clase, creo que es de intercambio. No tengo idea.

—¿Estudiante de intercambio? —preguntó incrédulo—. ¿Un… hombre?.

—Sí, un hombre, un macho, pelo en pecho, con una anaconda o culebrita, testosterona. ¿Ya?. No sé como aún no te tragas que sea gay. —Noté su nerviosismo.

—Es que aún es raro para mí. No me culpes, crecí contigo y habías sido hetero hasta antes de conocer a Tom. —Sí, yo no era gay. Me gustaban las mujeres, en realidad estaba coladito por Mía, la estudiante de psicología, pero luego conocí a Tom, bueno… me salvó, y me mostró un lado tan atrayente que me comenzó a gustar. En resumen, no me atraen las mujeres o quizás no me atrae nadie que no sea Tom—. No me mal interpretes, me alegra que trates de olvidar al maldito de Tom, pero... creí que con una mujer.

Volvió a sonar mi celular, pero el remitente “desconocido” apareció en la pantalla haciendo que mi corazón diera un vuelco.

Voy por ti, maricón de mierda. Eres una decepción. Me jodiste la vida.

Asustado guardé el celular y no quise tocarlo más. Quizás si le decía a Georg lo que pasaba… mi celular sonó una segunda vez como si me hubiera leído la mente.

No le digas a nadie de mi existencia, los va a alarmar y no quiero eso, no queremos eso ¿Verdad que no? Porque tendré que matar a cada uno de ellos mientras tu ves como ocurre, y yo no quiero eso, solo quiero matarte a ti. Al culpable de todo.