Capítulo XXIV

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No me maten please.
Ya sé, ya sé. Pueden matarme.
Bai. *Se autosuicida*.

By Bill

Cuando me levanté Tom no estaba junto a mí. Me sentí decepcionado porque quería tenerlo a mi lado al despertar. Lo busqué en los alrededores y nada. Me alisté y no apareció. ¿Tan temprano se había ido a estudiar? Tom no era tan madrugador. Traté de no ponerle inportancia y bajé a desayunar. Me hice una taza de café negro y esperé a que llegara Elián. Ahora no sabía si Tom me llevaría a la Universidad otra vez. ¿Tendría que preguntarle?. No, no podía. Sería comprometerlo a algo que quizás no quisiera y no es como que seamos novios… ¿Qué somos?.

Mi celular sonó dándome un pequeño susto. La habitación estaba en silencio intenso. Ya casi no veía a Gordon, estaba mejor, pero ahora se la pasaba solo trabajando. Fue como si él hubiera muerto también ese día y eso me hizo pensar en si estoy haciendo bien en tener algo con Tom. Sí, esto era lo que quería, pero yo también estaría muerto en vida si le ocurriera algo. Entendía a Gordon, lo hacía muy bien. Era solo de verlo para uno darse cuenta que había perdido su esencia, su alma.

Vi mi celular y Elián ya estaba afuera esperándome. Escribí un mensaje para Tom.

¿Dónde estás? Te estuve esperando. Ya voy para la Universidad. Te veo en la tarde. Te quiero.

Al salir a la calle frente a la casa estaba el auto de Elián y él me esperaba afuera de este. Cuando me vio, me sonrió ampliamente mientras caminaba hacia él. Nos saludamos con un simple beso de mejilla, nos subimos y tomamos marcha. Yo seguía pensando en el paradero de Tom, había revisado mi celular cientos de veces para verificar si se me había pasado algún mensaje de Tom, pero nada. No me respondía. Así que lo llamé una sola vez, no quería ser muy asfixiante. Sonó tres veces, cuatro… habló la operadora. Bufé frustrado y colgué.

—¿Qué ocurre? ¿A quién llamas?. —Había notado mi presente frustración. Elián no sabía nada de lo último que había ocurrido con Tom, bueno, en realidad nadie lo sabía. Apenas había sido anoche, y decirle que tenía una… ¿Una qué? No sé ni qué somos con Tom, pero algo tenemos ¿No?, así que decirle sobre cualquier cosa que tenga con Tom no iba a ser bueno. Quizás él quería esa amistad conmigo solo por el hecho de que yo “odio” a Tom, pero no lo hacía. Ahora no quería decirle que viviría feliz con Tom —al menos cuanto se pudiera— eso podría alejarlo de mí y no quería. Se volvió un gran amigo.

—Nadie en especial.

—¿Entonces por qué te molestas tanto? —preguntó intrigado. Es obvio que no sé mentir. Todos lo saben.

—Era Tom. Es que… no me responde. —Asintió y no dijo nada por un buen tiempo. Quizás estaba procesando, juntando las piezas, pensando en qué decir y como mandarme a la mierda.

—Bill, puedes contarme cualquier cosa. Si es porque piensas que puedes lastimarme que no me cuentas completo… No te preocupes por mí. —Volteó a verme y me sonrió con dulzura—. ¿Tienes algo con Tom? Si hay algo dímelo ahora.

—No, no tenemos nada. Sabes que no le gusto. —Mierda. No debí mentir, todo llega a peor cuando mientes, pero Elián se había vuelto parte de mí, algo que no me podía faltar. Recuerdo uno de esos días cuando Tom me hizo sentir horrible, una escoria, pero Elián estuvo ahí. Cuando Tom se fue no podía ir a clases, así que me metí en el baño y no pensaba salir.

Me había encerrado en un cubículo. No iba a salir, no quería caminar a casa mientras lloraba como una nena, no quería que mis compañeros me vieran así de decaído, así que me encerré. Quizás pasé unas cinco horas allí en posición fetal sobre el inodoro, seguía sollozando como si hubiera sido hace solo un segundo, la herida continuaba fresca.

Te amaré por siempre (Twc NR)Where stories live. Discover now