Mi hermano dice que falta poco para las vacaciones de invierno y que podré dormir un poco más, pero, aunque trate de darme ánimos, no quiero ir a la escuela, estoy cansado. Sé que solo tengo siete años y no debería sentirme así, pero ya no tengo aliento de ir allí. Las burlas de Erik comienzan a molestarme, pensé en decirle a Sebas, pero no quiero que se enoje, además de que tiene problemas con Meli, aunque no me lo digan, yo lo noté.
Todas las mañanas trato de quedarme dormido, haciendo que estoy enfermo o fingiendo que me no escuche cuando vienen a despertarme, pero es imposible escaparme de los juegos y lamidas de Coni.
Me levanto como todas las mañanas, ellos ya están en la cocina, hoy están más felices o al menos así los veo, ella lo está abrazando mientras él hace el desayuno, supongo que esto sería lo más parecido a ver a mis padres, me hubiese gustado ver cómo eran cuando recién se levantaban.
—Pequeñín, buen día. —Meli se acerca y se agacha para darme un beso. —¿Cómo has dormido?
—Bien, aunque todavía tengo sueño —contesto con mi voz apagada y mis ojos entrecerrados.
—En unas semanas ya podrás dormir más y. —Se pone de pie. —Podremos pasear los tres, ¿Te parece?
—Está bien. —Camino hacia la mesa y me siento en mi silla, nosotros tenemos nuestros lugares y siempre los respetamos. En la punta de la mesa, va mi hermano, a la derecha yo y a la izquierda Meli.
—Bruno, sabes que mañana es un día especial, ¿No? —Sebas deja mi desayuno y se sienta.
Niego con la cabeza, mañana solo sé que es viernes y será el último día de la semana que iré al colegio. —Está bien, hermanito, lo único que te voy a decir es que, pasaremos el día juntos, hoy irás a la escuela y mañana no.
—¡¿Me lo estás diciendo de verdad?! —grite de la emoción, un día más que pasaré lejos de Erik.
—Sí, es verdad, pero luego hablaremos el motivo por el cual no vas a ir, ahora termina de desayunar y vámonos que se hace tarde.
Desayune con un poco más de felicidad, no sé qué será lo que ocurre mañana, pero me alegra que pueda quedarme en mi casa y pasar el día con mi hermano.
En la puerta del colegio, me despido de Sebas y me marcho con Tomi, que ya estaba esperándome con su mamá. Los dos entramos y nos vamos directo al salón, él sabe de los problemas que estuvieron ocurriendo con Erik y le pedí por favor que no le dijera nada a nadie y por suerte, lo hace.
—Hola, chicos. —Nos saluda Bella. —¿Cómo han estado?
—Enojado, mis padres quieren desarmar la habitación de mi hermano, pero yo no quiero que lo hagan, es el único lugar donde siento que está conmigo. —Se sienta en su asiento y apoya su cabeza en sus manos.
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Gracias por todo, hermano © ["Hermanos" #2]
Ficción General"Crecer sin mis padres es difícil, todos a mi alrededor me miran con pena o tratan de no hacer comentarios que me duelan, pero ellos no saben que tengo el mejor ejemplo a seguir y que supe cómo enfrentar su ausencia. De bebé mi familia pasó por cosa...