—¡Meli y Sebas se van a casar! —Mi voz eufórica por la alegría cuenta, con todos los detalles, el plan que hicimos con mi hermano para que él le pida ser su esposa a mi cuñada.
—Que lindo —comenta Bella colocando sus manos en su rostro. —A mí me gustaría que me pase algo así, nada más que quiero casarme en Disney, rodeada de princesas, del castillo...
—Ya, detener. —Gruñe Tomi bromeando. —Tú lo que quieres es un príncipe azul, Bella.
—¿A caso no te gustaría casarte, Tomi? —Lo mira directo a sus ojos achicándolos.
—Claro que sí, pero dentro de muchos años. —Nuestra charla es interrumpida por nuestra directora. Entra al aula, junto al profesor de gimnasia; hoy no teníamos con él, de eso estoy seguro.
—Buenos días chicos, ¿cómo están? —Nos pregunta con su voz gruesa y con una gran sonrisa. —Hoy planeamos una actividad diferente junto a la directora, ¿les parece si salimos todos al patio?
Sin pensarlo dos veces, todos nos ponemos de pie y nos vamos a la salida del salón. Algunos corrían de felicidad imaginando que no tendríamos matemáticas, mientras que, otros simplemente caminar obedeciendo a profesor. En el primer grupo entra mi amigo y, junto a mí, va Bella moviendo sus pies con lentitud.
—Hace frío para salir afuera. —Se queja.
—Seguro nos harán correr y tendremos calor. —Sonrío y me coloco más cerca de ella.
—No importa, hubiese preferido quedarme adentro y no tener que salir. —Cruza sus brazos y frunce su nariz, eso demuestra que en verdad está enojada.
—Muy bien chicos, formen dos filas por favor. —Le profesor se coloca en el centro y tras él, comenzamos a obedecer su orden. Adelante mío esta Tomi y atrás, mi amiga. No puedo evitar no molestarlo, es gracioso ver como aguanta no reír, debido a las cosquillas.
—Basta, harás que nos reten, Bruno —susurra y aprieta los labios para ocultar su risa.
—Bruno deja de molestar a tu compañero, por favor —Y con una pequeña risita, obedezco. —Tenemos cuatro filas, cada uno de ustedes se va a dar vuelta para encontrarse con su compañero de juegos, la fila uno y dos se mirarán y, las otras dos harán lo mismo.
Me giro para encontrarme con la persona que menos quería... Erik.
—Bruno, Bruno, Bruno, nos volvemos a encontrar. —Su voz no suena muy amigable, siento un cosquilleo atrás de mi cuello, no quiero estar con él.
—Con su compañero se ubicarán en algún del patio así podré explicarles las consignas del juego. —Miro a mis amigos con terror, estaré solo con él y no sé qué me dirá o hará. Ellos me hacen señas que nos sentemos cerca, para evitar sentirme tan asilado.
—Vamos, compañero. —Presiona mi muñeca, arrastrándome a una de las esquinas. Mis manos empiezan a transpirar, observo a mi alrededor tratando de pedir ayuda, pero nadie me presta atención.
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Gracias por todo, hermano © ["Hermanos" #2]
Ficción General"Crecer sin mis padres es difícil, todos a mi alrededor me miran con pena o tratan de no hacer comentarios que me duelan, pero ellos no saben que tengo el mejor ejemplo a seguir y que supe cómo enfrentar su ausencia. De bebé mi familia pasó por cosa...