Capítulo V: Habitación

1.5K 178 11
                                    


Amber



Siento frío. Demasiado entre estas paredes. Conozco el lugar. Lo siento correcto e incorrecto a la vez. Algo me dice "huye" "vuelve con papá", pero una voz más... Una diferente me dice "estás segura aquí".

Hay olor en la habitación. Su olor.

Un cosquilleo recorre mis partes íntimas. A tiempo me obligo a no ceder ante tal sensación. El sonido que la puerta hace me confirma que Asaf la está cerrando detrás de mí. Estoy limitada a solo observar cada detalle del lugar.

¿Cómo lo haremos? —pregunta, detrás de mí.

Él cuida en no acercarse. Y no me importa, porque me veo a mí misma atraída hacia la vista del balcón. Mis pies se mueven tan lejos cuando quisiera avanzar más rápido hacia mi objetivo. Deseo ver qué hay más allá del cielo y las montañas.

Un zumbido se cala en mis oídos, obligándome a llevar mis manos hacia ellos a medida que estoy cerca del balcón.

—¿Por qué? —escucho la voz de una mujer.

¿Una mujer?

Conozco la voz.

Es la misma que...

Volteo para ver a Asaf y quién esté con nosotros en este lugar, pero él no está y menos la compañía que pensé que teníamos. Tiemblo. Las paredes se tornan negras. El aire espeso, atrayendo hacia el suelo una especie de neblina. Mis pies se congelan. Tengo miedo.

¡Asaf! —grito, mirando hacia mi alrededor.

Los ventanales que dan hacia el balcón se cierran de golpe, dejándome prisionera en la habitación. Puede ser una visión. Cierro mis ojos. Intento calmarme. Esto puede ser producto de mi Bacis. La escucho. Su voz distorsionada, imponente y maliciosa, aunque sé que mi demonio no fue quién dijo "¿Por qué?

Acéptame, repite una y otra vez.

Recuerdo.

Hoy es mi cumpleaños.

No puedo aceptar mi Bacis por completo en la habitación de Asaf. No está bien está situación. Lo podré matar si no me sostiene Padre. ¡No puedo! Todo es mi culpa. Debí esperarme, pero no. Soy terca. Y ahora estoy pasando las consecuencias. Solo tengo hasta la medianoche para el ritual de aceptación. Debo salir de aquí y contactar con Padre para que me ayude.

No puedo evadir mi visión, huyendo al cerrar mis ojos.

Porque a medianoche soy un monstruo, y tú querrás estar lejos cuando eso suceda —escucho la voz de Asaf.

¿Está en mi visión?

¿Por qué dice eso?

No resisto más. Abro mis ojos. Temo que no es la mejor decisión cuando veo a la chica que reconozco como la del espejo de mi habitación. No puedo moverme. Solo la veo. Lleva una gabardina. Ella está por la puerta y Asaf de espalda a unos pasos cerca de su cama. Se sienta repentinamente en el borde de su esta, terminando por acostarse.

La chica lo sigue, manteniendo la distancia.

La misma que él mantiene conmigo desde que lo conocí.

Yo también tengo un secreto —dice ella, tímidamente, mirando hacia el techo. Siento que al hacer eso desea evadir la mirada de Asaf, pero él hace lo mismo.

Pero su confesión llama la atención de él, logrando que su cuerpo se voltee de lado en dirección hacia ella.

—¿Cuál? —pregunta.

Sabe que él la ve, pero ella sigue en su misma posición de mirar al techo. ¿Busca la fortaleza ahí?

Entro en trance a las 2:00 a.m. y... —Mis oídos están tan agudos que puedo escuchar su suspiro tras hacer la pausa—. Mis pesadillas empiezan.

¿Mis pesadillas empiezan?

No, no, no... ¡No!

¡No es posible!

Sé qué quiere decir. Extrañamente, lo sé.

¡Basta! grito— ¡Quiero que esto pare!

Y como si fuera una orden sus figuras se desvanecen en un humo negro. Siento un alivio y una espina en mi corazón. Asaf tiene ocupado su corazón, y ese lugar le pertenece a esa chica. Estoy segura.

La habitación empieza a aclararse. Sonrío, porque la luz empieza a llenarla hasta que un calor repentino detrás de mí me dice que esa claridad no es por el sol. Recupero la movilidad de mi cuerpo. Volteo.

Llamas.

Los filos paredes empiezan a ser adornadas por ellas. ¿Por qué siento calor con las llamas? Eso solo lo sienten los humanos. A mí no me afectan. Son como parte de mí.

Niego con la cabeza.

Me volveré loca si sigo dejando que mi Bacis me atormente. Pero sé que mi demonio no quiere estar aquí. Lo siento inquieto. Y es por algo más.

Mis manos.

Estas se tornan en su totalidad negra.

Estoy nerviosa —retorna la voz de la chica.

¿Otra visión de ellos?

Volteo enseguida.

Mi corazón da un vuelco.

Yo, también —le susurra Asaf.

Ambos.

Ambos están desnudos en la cama.

El uno sobre el otro.

Lo besa.

Caigo de rodillas al suelo. Siento mi cuerpo atraer las llamas. Lo dejo. Estoy conmocionada por lo que veo. Ellos hacen el amor. Ella lo toca en las partes donde yo deberé tocarlo. Sus alas.

—¡No! —grito, impotente al no poder dejar de ver— Por favor... —suplico, a medida que aparece una sensación que se vuelve familiar. Dolor.

Entonces, caigo.

Me dejo vencer. Mi cuerpo cae hacia delantecontra el piso. El choque retumba mis oídos. Cierro mis ojos. No quiero vernada más. No quiero saber quién es ella para la vida de Asaf. Es suficiente.

Demonios de Día © - [Serie pesadillas] [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora