[2] Still ↭ || Isaac Lahey ||

Capítulo 3 - Ojos azules

Había sido que abriera los ojos en la mañana, mucho antes de la hora a la que despertaba normalmente, para que llegara el mensaje de Derek, como si tuviera un radar. Me pedía que fuera a su loft porque necesitaba enseñarme algo, fruncí el ceño confundida en cuanto lo leí pero terminé obedeciendo, presa de la curiosidad. Por las dudas, llevé a Jackson conmigo.

No es que no confíe en Derek.

No, espera, sí es eso.

—¿Qué hace ella aquí? —preguntó Isaac al verme.

—Isaac —lo reprendió Derek en voz baja apretando la mandíbula.

—Oh, hola, Isaac. Yo también te extrañé. Sí, estoy bien. No, mi mamá todavía no me habla, pero gracias por preguntar —respondo con agresividad, una ráfaga de arrepentimiento cruza sus ojos. Miro a Derek para qué me diga porque me había llamado.

— Vamos a tratar de buscar en los recuerdos de Isaac, para saber si encontró a Erica y a Boyd —me explica.

—¿Cómo?

—Peter sabe hacerlo, con algo de suerte creo que tú también podrías hacerlo —frunzo el ceño pero termino por asentir. Me acerco a la mesa sobre la que Derek lee un libro y me siento sobre ella, mi hermano se queda cruzado de brazos junto a mí.

—Empieza a no gustarme esta idea. Parece un poco peligrosa —divaga Isaac caminando de un lado a otro con nerviosismo—. ¿Sabes qué? Definitivamente no me gusta esta idea y definitivamente no me gusta él.

—Estarás bien —respondió Derek con cierto fastidio en la voz.

—¿Tiene que ser justamente él?

—Él sabe hacerlo. Yo no. Aunque si prefieres podemos dejar que Lyanna lo haga y usarte como experimento—dice haciendo uso de un sarcasmo que Isaac no notó, pues me miró con desesperación.

—¿Crees que puedas hacer esto?

—Ni siquiera sé qué es esto -niego. Él suspira.

—Sabes que Scott no confía en él ¿cierto? Personalmente yo confío en Scott.

—Tiene un punto —habla Jackson por primera vez. Lo miro y asiento, aportando con la mirada que para que estos dos estén de acuerdo en algo...

—¿Confías en mí?—inquiere Derek.

—Sí—respondió tras unos segundos, más por compromiso que por otra cosa—. Pero él no me agrada.

—A nadie le agrada—respondió el alfa con voz queda.

—Probablemente no le agradaba a su mamá—agrego yo, tratando de calmar la tensión.

Isaac abrió la boca para hablar pero en ese momento se abrió la gran puerta metálica del apartamento, dejando ver a Peter. No lo veía hacía mucho, desde que Jackson dejó de ser el kanima para ser específica, y en ese momento acababa de volver a la vida, pero de todas formas me sorprendió verlo más grande. Estaba fornido e incluso más alto me atrevería a decir.

—Chicos—saludó.

—Chica—interrumpí por nada más que por ese inmenso placer que es para mí fastidiar. Esboza una sonrisa complaciente, como abonándome un gol.

—Sí, volver de la muerte ha dejado mis habilidades un poco deterioradas, pero mi oído todavía funciona así que espero que se sientan cómodos diciendo lo que estén pensando en mi cara.

—No nos agradas—accede Derek.

—Probablemente tampoco le agradabas a tu mamá—agrego.

—Así que cállate y ayúdanos.