—Qué asco —murmuro al ver los puntos de pus morado en cada curita que me quito de las piernas.
El lado bueno es que mis huesos sanaron por completo durante la noche. Me recojo el cabello para entrar a la ducha, pero antes me doy un momento para mirarme en el espejo del baño de Allison. A pesar de haber descansado relativamente bien por dos noches seguidas, las ojeras bajo mis ojos todavía sobresalen. Últimamente se me olvida comer tan seguido que se me marcan ligeramente algunos huesos, como los de la clavícula y algunas costillas.
Suspiro. Supongo que no tengo mucho derecho a quejarme, al fin y al cabo sigo aquí, por muy desastrosa que me vea, Derek no puede decir lo mismo. Aunque, siendo sincera, dadas las circunstancias no tengo más remedio que creer que Derek tuvo suerte, obviamente no es algo que pueda decir en voz alta.
Trato de no demorarme en la ducha, no tanto por el hecho de que me importe la prisa con la que amaneció Allison para cojamos carretera y sigamos el autobús del equipo de lacrosse hacia el encuentro de deportes, sino porque al parecer en esta casa les gusta bañarse con agua fría.
Con un vestido que me presta Allison y el cabello perezosamente desenredado, me siento en la barra de la cocina, donde Allison prácticamente me lanza un plato con huevos, tocino y tostadas, con un vaso de jugo que llega después.
—¿A qué hora planean volver? —pregunta el señor Argent.
—No sé, tarde —responde Allison cortante. Parece que su padre quiere responder algo, pero tal vez es mi presencia lo que lo hace callarse, implantando un silencio incómodo en la habitación.
—Uh, es de canela —exclamo al morder una tostada, lo cual aligera el ambiente lo suficiente como para que Argent libere una sonrisa y se vaya a su estudio—. ¿Todo bien? —le pregunto a Allison.
—Sí —responde casualmente sentándose junto a mí con su propio plato.
—¿Necesitas posada?
Rueda los ojos y deja salir una risa por la pregunta, aunque lo digo enserio.
—Solo come, tenemos que ir por Lydia.
Ambas comemos en silencio, cada una sumida en sus propios pensamientos. Jackson me habló para decirme que Tristan estaba bien, al igual que todos los demás. Alterados, pero bien. Por su parte, Boyd me mandó un mensaje hace como un hora diciéndome que ya estaban en el autobús y había hecho que se sentaran lo más lejos posible de Ethan, por alguna razón su hermano no está con ellos.
—¿Cómo amaneciste? —pregunta Allison de la nada— ¿Todavía te duelen las piernas? Puedes tomarte un analgésico si quieres.
Todos mis huesos están completamente sanados, ninguno de los dolores que siento son de los que puede quitar un analgésico, pero me encuentro a mí misma asintiendo.
✨✨✨
—¿Estoy acercándome mucho? —pregunta Allison por décima vez— Sí, ¿verdad?
—Depende —suspira Lydia—, ¿estás siguiendo el autobús o planeas montarlo en algún momento?
—Sí, debería retroceder un poco.
—Eso también depende, ¿hablas del autobús o del ex novio que acosas?
Ex novio al cual he besado dos veces y no le he contado a Allison porque soy una terrible amiga, yey.
No sé cómo no pensé en eso antes de hacerlo, es uno de los códigos más básicos de las amistades: el ex de tu amiga es terreno prohibido. Pero cuando pasó no podía pensar en nada más que sus ojos marrones y sus manos en su cintura y su rostro tan tan cerca al mío, al menos la primera vez.
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[2] Still ↭ || Isaac Lahey ||
FanfictionLos meses han pasado y el tercer año de preparatoria está dando comienzo. A pesar de que Lyanna y Jackson se han vuelto como uña y carne, van de rodillas ante el peso de todos los problemas que enfrentan. Su padre se fue, se llevó consigo todo el di...