Bajo la excusa de no volver a dejarme sola con Stiles, Lydia me arrastró al resto de sus clases y me obligó a tomar apuntes en sus cuadernos. Según ella porque quería que me distrajera, pero yo vi el árbol que dibujaba en su agenda. Tuve clase de matemáticas y de física, en ambas anoté mal las ecuaciones para castigar a Lydia por obligarme a estar presente y tomar sus notas. Es una genio y estoy segura de que son ecuaciones que ya debe saber, pero en mi mente la venganza funciona.
No me he podido sacudir la sensación de que Derek esté en problemas, sin importar lo mucho que he tratado de ignorarla tratando de que se pase y pienso que tal vez debí haberle preguntado a Boyd si él sentía algo o era solo yo. No pienso buscar a Isaac, tampoco a Scott, Lydia no me deja estar con Stiles, no creo que a Allison le emocione la idea de acompañarme a ver si Derek está bien y, si soy del todo sincera, no sé si sea capaz de mirarlo a los ojos, así que me hago con todas las excusas posibles para no ir a buscarlo.
La última clase en el horario de Lydia es música, la única de la cual no me quejo mientras entramos al salón. Danny se me acerca y me dice lo feliz que está de verme, al igual que otros chicos que en realidad no conozco bien, con los que solo me he dedicado a poner en mis grupos de trabajo y tal vez hablar de música de vez en cuando. Por la mirada de algunos, supongo que la noticia de que Devon desapareció y por eso ninguno de nosotros ha venido a la escuela estos días ya se esparció.
El maestro todavía no ha llegado y hay algunos que ya están cronometrando los quince minutos después de los cuales seremos libres de irnos. Me dejo convencer de que me pongan un violín en las manos, dejándome absorber por la tranquilidad de la madera pulida sobre mis manos. Desde hace meses que ya no soy igual de disciplinada para practicar, así que no me sorprendería si dejara escapar algunos graznidos de las cuerdas, pero cuando posiciono el arco logro sacar un sonido dulce y fluido.
Continuo moviendo mis manos en el instrumento, tocando la primera melodía que se me ocurre, la cual sospecho que es del Fantasma de la Ópera. Tal vez lo imagino, pero mis músculos pierden tensión a medida que la canción avanza, como si los estuviera moviendo por primera vez después de tenerlos quietos mucho tiempo, hasta que el violín se vuelve un poco más pesado e incluso yo me siento más frágil. Vacía. Las garras ya no me pesan y en mi boca no hay colmillos, por un momento tengo instrumentos en vez de un armamento.
—Todavía lo tienes —me felicita Danny cuando termino.
—¿Acaso lo dudabas?
Al volver al lado de Lydia, veo que sigue dibujando el mismo árbol en el que ha estado todo el día. Es un árbol con un tronco delgado, no tiene hojas, pero sí muchas ramas, tantas que se ve como si estuvieran enredadas las unas con las otras. Danny se acerca para halagar sus habilidades y Lydia, siendo ella, le responde que ya lo sabe.
—Deberías estar en clase de arte —comenta—, ya que no estás en clase de música.
Lydia mira a su alrededor con el ceño fruncido, como si se acabara de dar cuenta de dónde estamos. Las alarmas de varios celulares suenan y un chico canta los quince minutos, por lo que todos comenzamos a salir del salón.
—Ya se acabó el día y tengo hambre, así que más te vale invitarme a kebab por haberme obligado a entrar en tus clases —digo mientras camino hacia la puerta, hasta que me doy cuenta de que Lydia sigue sentada en su asiento—. ¿Lyds?
Ella solo mira a su alrededor con los ojos abiertos de par en par, hasta que se comienza a poner de pie lentamente, sin responderme o siquiera mirarme. Camino hacia ella lentamente para no asustarla mientras sigo llamando su nombre, pero ella no lo escucha o de pleno me ignora.
—¿Qué es eso? —pregunta en voz baja— ¿De dónde viene ese sonido?
—Yo no escucho nada —le respondo.
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[2] Still ↭ || Isaac Lahey ||
FanficLos meses han pasado y el tercer año de preparatoria está dando comienzo. A pesar de que Lyanna y Jackson se han vuelto como uña y carne, van de rodillas ante el peso de todos los problemas que enfrentan. Su padre se fue, se llevó consigo todo el di...