•07•

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  JiMin abrió los ojos lentamente, sentía sus sienes palpitar debido a un naciente dolor de cabeza, su cuello también dolía, lo cual pudo comprobar al tocarlo con delicadeza, logrando solo mostrar una mueca de dolor. Suspiró pesadamente y frotó sus ojos, la habitación estaba levemente oscura, supuso que eran las siete u ocho de la tarde, lo cual significaba que había estado desmayado muchas horas. O tal vez solo había sido una mezcla con el agotamiento que tenía almacenado en su cuerpo desde hace mucho tiempo.

  Frunció el ceño y se levantó lentamente, apretando sus labios al sentir su cuerpo adolorido. Fue al baño y sintió que el alma se le caía a los pies al ver la aureola violácea que comenzaba a marcar su delicada piel, sintió ganas de vomitar y respiró profundamente, su garganta ardía y rápidamente comenzaron a descender lágrimas por su rostro, cayendo en sus pies descalzos.

  Había sido un idiota. ¿Cómo había pensado que podría alejar a YoonGi solo con palabras, que podría hacerlo reaccionar? Que iluso, que tonto. Secó sus mejillas y lavó su rostro, manos y cuello, deseando borrar cualquier rastro de él en su piel. Suspiró pesadamente, para luego dirigirse a la puerta de la habitación. Tomó la manija e hizo presión. Nada. Volvió a moverla, pero estaba cerrada. Buscó la llave por todos lados, poseído por la desesperación. No estaba por ninguna parte. Sintió como el terror se adueñaba lentamente de su corazón, se agazapó y abrazó sus rodillas, espasmos recorriendo todo su cuerpo, mientras el llanto volvía a poseerlo, esta vez con más intensidad. Dios, ¿Cómo había terminado tan jodido?

  Pensó en gritar, pero sabía que era en vano. Vivían en el último piso de su pequeño edificio, y el departamento contiguo estaba deshabitado. Además, no quería alterar a YoonGi.

  Suspiró, secó sus lágrimas y se tendió en la cama, esperando a que algo sucediera. Y así estuvo, largos minutos corriendo lentamente, hará que pudo oír el golpe de la puerta cerrarse. Tragó saliva y se dijo que debía controlarse, no podía permitirse mostrar esa veta asustada y desesperada que purgaba por salir.

  Sintió movimiento en la cocina, y luego como los pasos de su "novio" se dirigían hacia la habitación, para detenerse frente a la puerta. Respiró pesado y tragó saliva, sintiendo sus manos temblar. Escuchó el sonido de la llave al entrar en la cerradura y la puerta se abrió, dejando ver al atractivo pelinegro que lo miraba fijamente, para luego regalarle una adorable sonrisa, excepto que esa ternura no se reflejaba en sus ojos, los cuales eran fríos como el hielo.

  — Me alegro de que hayas despertado, amor.

  JiMin no respondió, solo abrazó sus rodillas sobre la cama y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Tenía miedo, y estaba tan malditamente enamorado de él azabache frente a él...

  YoonGi suspiró, y cerró la puerta tras de sí, para luego caminar lentamente hacia el rubio y sentarse a su lado— JiMin...—estiró la mano, para darle una suave caricia, gesto que el menor evitó apartándose bruscamente de él.

  — N-No me toques.

  El pelinegro lo miró en silencio, para luego asentir mientras se encogía de hombros, su mirada delatando que le molestaba o dolía el trato que estaba recibiendo por parte del rubio— Está bien, como quieras. Sólo quería revisar que estuvieras bien.

   JiMin se mantuvo en silencio, observándolo con sus grandes ojos cual animalito asustado, despertando el líbido del mayor, el cual se obligó a controlarse. «No todavía»

  — Estarás aquí por unos días, hasta que entres en razón, amor.

  — ¿Qué...?— el rubio tenía la boca abierta, y el poco color que tenías en su rostro había desaparecido, dejándolo enfermizamente pálido— Tienes que estar bromeando, YoonGi.

  — No. —exclamó el mayor con dureza— Estoy hablando muy en serio. Ya te excusé en tu trabajo, así que todo está en orden. —explicó mientras se levantaba lentamente del lecho, para luego comenzar a caminar lentamente hacia la puerta— No voy a dejar que salgas hasta que esas estúpidas ideas tuyas se vayan.

— No puedes hacer eso. —dijo JiMin con voz temblorosa, también levantándose de la cama.

  El pelinegro se volteó y le sonrió sin emoción alguna— Ya lo hice, así que puedes ir haciéndote la idea de estar aquí, al menos por esta semana. No quiero ningún problema de tu parte, ¿entendido? —su voz sonó fría y peligrosa, mostrando su verdadera máscara tras todo ese circo del novio amoroso.

  El menor no respondió, mordió su labio tembloroso y bajó la mirada, ocultando sus ojos con su flequillo. El pelinegro vió como las lágrimas se deslizaban por sus regordetas mejillas, y suspiró— JiMin...- el pequeño se estremeció y levantó la mirada temerosamente, para encontrase con que el pelinegro lo miraba con tristeza. Verdadera tristeza.

  Sintió como el pelinegro lo rodeó con sus brazos, para luego estrecharlo con fuerza y acariciar amorosamente sus cabellos, sintió como el cuerpo de su novio se mantenía tenso entre sus brazos, pero aun así no lo apartaba— Lamento haberte herido. Lo siento mucho. Pero no puedo dejar que me dejes, no podría soportarlo. Por lo mismo —se separó y tomó su mentón con delicadeza, secando sus mejillas con la manga de su otra mano—, haré todo lo que esté al alcance de mis manos con tal de mantenerte aquí conmigo. Incluso si nos daño en el proceso.

  — Y-YoonGi... Sabes que eso no está bien.

  — No me importa, yo solo... Yo solo no voy a dejar que te vayas. —exclamó con vehemencia, su mirada gritándole que sus palabras eran verdad. Posó delicadamente su mano en la suave mejilla de JiMin, para luego dedicarle una dulce mirada, la cual se entristeció al ver la aureola violácea que le había provocado a su novio.

  JiMin tragó, sintiendo un nudo de emociones que no podía comprender. Amor y miedo, eran las más abundantes. ¿Cómo podía dejar de amarlo, si le regalaba esas miradas? Sabía que era enfermizo, pero esos pequeños paréntesis en la retorcida relación que mantenían era lo que mantenía el amor del pequeño por su hyung. Lo miraba de la misma forma en que lo había mirando al principio de su relación, con amor y preocupación.

  El pelinegro acarició delicadamente los gruesos labios de JiMin, mirándolos con disimulada hambre— ¿Puedo?

  El rubio soltó un suspiro tembloroso, odiándose al escuchar la respuesta salir de sus labios— Sí.

  YoonGi no esperó un segundo al oír la respuesta afirmativa y unió sus labios con los de su novio, acariciándolos con parsimonia, disfrutando del contacto. Park cerró con fuerza los ojos y suspiró, lágrimas corriendo por sus mejillas constantemente.

  El mayor se separó, secó sus mejillas y salió de la habitación en silencio, cerrando con llave sin siquiera voltear a verlo. El rubio se dejó caer sobre la mullida alfombra, para luego cubrir su rostro y romper en ruidoso llanto.

  — Soy tan estúpidamente débil...

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¡Hi! Espero estén muy bien ^^

Como verán, Yoongi y Jimin están igual de fallados xd

Iré desarrollando más adelante sus problemas y profundizando en sus sentimientos y su psicología c:

Igual no sé cuándo será xdxd

NO TENGO IDEA DE COMO SEGUIRÁ ESTO, S.O.S D:

유독 한 ; toxic ;; yoonmin [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora