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Varios años atrás

  Kim TaeHyung se despidió de su madre con un beso cariñoso para luego dirigirse hacia su nueva escuela, la cual se encontraba a unas cuantas calles de su nueva casa. Estaba nervioso, había vivido un tiempo fuera de la cuidad y temía no poder hacer amigos, aunque la verdad siempre había sido un chico muy sociable.

  Comenzó a caminar las dos cuadras que le quedaban para llegar a su nueva escuela mientras jugaba a no pisar las líneas del asfalto y con un palito iba rozando la pared junto a la calle. A sus 9 años TaeHyung se comportaba de una forma más infantil en comparación a los otros niños de su edad, lo cual le había costado varias llamadas de atención en su antigua escuela, pero le había prometido a su mamá portarse muy bien y no pensaba fallarle.

  Cuando faltaba unos cientos de metros para llegar a la escuela vió un grupo de niños empujándo a uno más pequeño contra una pared mientras le gritaban cosas y tiraban de su mochila, tratando de arrebatársela.

  — ¡Maricón! ¡Maricón! ¡JiMin es maricón!

  El pequeño trataba de defenderse, pero eran tres contra uno y los abusadores eran mucho más grandes que él. TaeHyung se quedó paralizado, sin saber que hacer mientras veía como el pequeño trataba (inútilmente) de defenderse.

  — ¡No soy maricón! ¡Ya déjenme en paz!

  Uno de los niños soltó una risotada burlona. Era el más alto y fornido de los tres, su rostro lleno de pecas y sus dientes algo torcidos.

  — No mientas JiMin. Vimos como le dabas un beso a Seung, pequeño maricón. Te gustan los hombres, ¿No? Maricón, eso es lo que eres.— dijo asqueado, mientras le propinaba un fuerte empujón, haciendo que el más pequeño perdiera el equilibrio y cayese entre los otros dos, los cuales lo volvieron a empujar, haciendo que chocase contra la pared.

  El más pequeño se quejó del dolor y los tres abusadores comenzaron a reírse. Le quitaron su mochila y la abrieron, tirando los materiales del pequeño al suelo.

  TaeHyung miró a su alrededor, ¿Dónde estaban los adultos cuando se les necesitaba?

  El pequeño comenzó a llorar, solo logrando más risas por parte de los mayores, los cuales comenzaron a pisotear los lápices del menor, quebrándolos en mil pedazos.

  — Mi padre dijo que a los hombres que le gustan otros hombres deberían castrarlos... —dijo divertido el más bajito de los tres— Yo creo que deberían matarlos. ¿Verdad JiMin?— le interrogó mientras lo miraba burlón, el menor solo siguió sollozando en el suelo mientras se frotaba uno de los golpes que había recibido.

  TaeHyung no lo soportó más y comenzó a correr hacia el grupo de niños mientras les gritaba, tratando de infundirles algo de miedo.

  — ¡Ya déjenlo en paz! ¡Los acusaré y serán castigados!— vociferó el menor, esperando que los bravucones se marcharan frente a sus amenazas. Pero no fue así. Los tres chicos lo miraron divertidos y TaeHyung sintió como el pánico se apoderaba por un momento de él. «Moriré joven»

  — Ya lárgate de aquí, orejotas. Esto no es contigo, no te metas.— dijo molesto el más grande de todos y que parecía ser el líder.

  — Sí, vete. O terminarás como este asqueroso.

  TaeHyung sintió como la rabia volvía a invadirlo con fuerza. Sus manos se hicieron dos puños y miró al mayor con furia.

유독 한 ; toxic ;; yoonmin [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora