Capítulo 9

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"SOLUCIONES A PROBLEMAS EN GENERAL"
OH POR DIOS, SON MÁS DE 1000 PUNTOS.
Bueno Karol, ya sabes que tendrás que dejar wattpad un poco que tienes otro libro por leer.
Me quedé viendo sorprendida al libro. Dios mio. O la señora Brinley tiene mucho tiempo libre, o en verdad son complicados estos niños.

―Karol, estamos listos―dijo Lea trayendo a Kira en un carrito para bebes. Detrás de ellas estaban el resto de los Brinley.

―Hagamos esto―sonreí triunfadora y me coloqué unas gafas de sol negras. Esperé cinco segundos más para hablar―¿Y? ¿Qué les parece? ¿Se parece a lo de las películas? ―pregunté quitándome los lentes.
Ellos me miraron aturdidos y negaron con la cabeza, hasta Kira se largó a llorar―okay, no lo haré mas―dije dándole su chupete a la bebé.

Salimos de la casa exactamente a las 11:34 a.m., llevamos comida (mucha), agua, una pelota de futbol, unos jueguitos para Kira, un libro para mí y creo que nada más. Oh, por si acaso el manual aquel... a veces que lo pienso de a ratos, me da miedo salir con estos chicos. Son como perros rabiosos que si les sueltas la correa pueden hacer de todo.
Pero unos perros rabiosos tiernos, eso sí.

―Buenos días, señorita―me dijo un chico que no conozco apareciéndose frente a mí mientras caminábamos por el parque buscando un lugar para sentarnos, con sombra. Los chicos pararon detrás de mí.

―Hola―contesté simplemente.

―¿Esta bella dama tiene un nombre?
―preguntó coqueto.

―Sí, se llama "esta comprometida". Vamos amor. ―contestó Ruggero tomando suavemente del brazo, y los chicos nos siguieron. El tipo se quedó parado allí, sin entender mucho. Oh sí, sí entendió... creo que entendió que estoy comprometida, y talvés de Ruggero.

―Oh shit, ¿y eso fue? ―pregunté volteándome y caminando de espalda.

―Te salvé de aquel patán. Hermano de un "amigo" de Lea. ―contestó sentándose debajo de un árbol.

―¿Ese es hermano de Kyle? ―preguntó Lea.

―Ajá―habló el pelinegro.

―Yooo... solo digo que la hermana melliza esta sexy―dijo tirándose al césped Bryan.

―Ay dios Bryan. ―rodó los ojos Lea.

―Gracias―le dije a Ruggero

―De nada―contestó seriamente.

―Bryan, ¿jugamos al futbol? ―preguntó Kurt, Bryan lo miró algo perdido y proceso las palabras, ya que estaba metido en su celular.

―Claro―contestó él y ambos tomaron la pelota y se fueron a jugar.

Ruggero tomó un libro de su mochila y se apartó, para comenzar a leer.

―Yo iré a hacerles de porrista―dijo Lea sonriente, salió en dirección a los chicos.

―Y nosotras que haremos? ―le pregunté a Kira agachándome para estar a su altura, ella seguía metida en el cochecito. Kira rió y yo sonreí jugando con su manita. ―Vamos a ver cómo juegan estos perdedores―le guiñé el ojo y saqué una manta.

Tomé a la bebé en brazos y nos colocamos a un lado de la cancha de futbol (soccer) que habían armado los chicos. Nos sentamos sobre la manta y veíamos el uno contra uno que hacían sus hermanos.
Nos reímos bastante, porque después de todo Kurt le sacaba ventaja jugando a Bryan, e iba ganando por un punto.

―¡VAMOS KURT! ―grité.

―Oh, gracias Karol por el apoyo―dijo Bryan ya algo agitado de correr por casi veinte minutos ya.

―¡Hasta que no aprendas a no hacer lo que ya sabes no te alentaré! ―exclamé y me sacó la lengua.

Lea estaba al otro lado de la cancha haciendo piruetas y "alentando". Me contó que es porrista, y a decir verdad es muy buena. Sabe cómo moverse. También le gusta mucho bailar.
En un descuido de Kurt, Bryan le empató el partido y ahora iban 2-2. Ambos se miraron y cayeron al suelo cansados.

―¡Vamos chicos! ¡Son unos debiluchos! ―grité.

―¡Ven a correr tú! ―gritó Bryan.
Yo levanté una ceja y escuché un "Oh oh" de alguien.

―Okay, Kurt ven a cuidar a tu hermana. Esto es entre el debilucho número 1 y yo―dije poniéndome de pie. Kurt rió y le entregué a Kira.
Me puse de pie y Bryan me miró expectativo, también poniéndose de pie.

―¡Y que comience el juego! ―gritó Lea y le quite la pelota a Bryan.
(...)

―Tres a cero, ¡vamos chico! ¡Sé que tienes más para dar! ―exclamé riendo.

―No puedo más, me quedo sin aire―contestó sentándose al lado de Kurt.

―Oush. Yo que quiero seguir jugando―dije haciendo puchero.

―¿De dónde sabes jugar tan bien? ―preguntó Bryan.

―Estuve un verano entero en Argentina, allí conocí más el futbol (soccer) y me gustó, así que lo práctico mucho. ―asentí.

―¡Que Ruggero juegue contra Karol! ¡Él también sabe jugar al soccer! ―exclamó Lea saltando feliz.

Miré a Ruggero y él levantó la cabeza del libro y miró nervioso.

―Estoy ocupado monita, leyendo este libro―sonrió él.

―¡Bien que veías el partido recién! ―lo dejó en evidencia ella. Lo tomó de la mano y lo jaló―Vamos―dijo haciendo fuerza y él se levanto.

―Okay. Pero uno corto―contestó serio.

Se puso frente a mí y me vió fijamente a los ojos.

Que juego lindo que va a ser este.

Cuidando a los Brinley  TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora