Cuidando a los Brinley TERMINADA.

Capítulo 20

Narra Karol.

―¡RUGGERO! ¡NO SEAS HIJO DE FRUTA! ―grité tratando de subir las escaleras para llevarlo a su cuarto. Estaba totalmente borracho, y eso que no tomó tanto.
¿Saben algo más? Bryan también esta borracho. Y Lea y yo tuvimos que bajarlos del taxi, mientras Kurt llevaba a Kira que ya estaba dormida.

―¡Fruta! ¡Quiero comer fruta! ―dijo riendo.

―¡Sí! ¡Te vas a comer una gran piña por parte mía! ―exclamé terminando de subir las escaleras. Ruggero es demasiado pesado para mi diminuto cuerpo. (Piña también se la toma como una trompada)

―No me gusta la piña. Prefiero los melones―me dijo mirándome a los ojos, parando. Y sí, tendre cuerpo pequeño pero no soy virgen de pensamiento. Sacudí mi cabeza para quitarme la imagen asquerosa que se me ocurrió y seguí empujándolo. En un momento lo empuje mucho, cuando ya estábamos por llegar a la puerta de su habitación, y cayó al suelo. Soy pésima en esto chicos.
¿Cómo llegué a esto? Oh, sí. Ya recuerdo.

-Comienzo de Flashback-

―Ruggero, basta―dije mientras tomaba algo de cerveza. Él me imitaba, lo que yo hacia, él lo hacia. No podía parar de reír e imitaba también mi risa.

―Ruggero, basta―me hizo burla. Yo me trate de poner seria y él igual, pero ambos comenzamos a estallar a carcajadas.

Todos estaban bailando, y nosotros seguíamos charlando, riendo y bebiendo. Bueno, yo no soy de ponerme ebria de la nada... pero al parecer Ruggero sí. A mediado de que íbamos hablando, íbamos tomando.
Luego de un rato más de estar hablando y varios bailaban, Bryan no aparecía, Kurt estaba bailando con Lea, y los tíos de Ruggero no sabemos donde se metieron, Ruggero comenzó a hablar sobre lo que no tenía que hablar.

―¡No puedo creer que tengas que ser mi niñera! ¡Dios! ¡Pero una niñera demasiado sexy―hizo una pausa y comenzó a contar con sus dedos―hermosa―levantó otro―risueña―repitió la acción nuevamente―anormal―rió a carcajadas y un hombre que estaba en la mesa de al lado nos veía raro―¿Y mi pulgar? ―preguntó alarmado. ―¡SE HA PERDIDO MI PULGAR! ―gritó y yo lo callé riendo.

―Acá está―le levanté el pulgar y el sonrió al verlo.

―Quiero salir de aquí... ―alargó bufando. Se notaba que estaba ebrio―¡No quiero seguir mintiendo! ¡O sea! ¡No somos esposo y esposa pero me encantaría! ―gritó y yo volví a tener mis cinco sentidos. Miré a mi alrededor pero nadie se dio cuenta de nada.

―Ruggero...

―¿Qué? ―preguntó incrédulo―Vamos, no somos una pareja... eres mi niñera, una niñera infernalmente sexy y hermosa y perfecta con un vestido que a mi tía le queda horrible. Y eso que ella es una treintañera―murmuró lo último.

―Me dijo que tenía 22―dije.

―Miente, como nosotros―rió.

―Creo que tenemos que irnos―dije poniéndome de pie, tomándolo del brazo.

―¡Ño! ―gritó como niño pequeño―quiero bailar ahora... PACHAAAANGAAA! ―se levantó y comenzó a correr por la pista.
Kurt pasó llegó a la mesa a tomar algo de gaseosa.

―Teletubbie―lo llamé.

―Si no me dices Teletubbie talvez te escuche―gruñó limpiándose la boca de la gaseosa restante que quedo en ella.

―Okay, Kurt―me acerqué a él―hay que irnos, Ruggero está borracho y corriendo por todo el salón. Talvez diga lo del matrimonio falso―murmuré.

―Buscaré a Bryan y a Lea así nos vamos―dijo y yo asentí. Ahora...

¿Cómo agarro a Ruggero?